Elvira Lindo, una feminista adelantada a su tiempo
El profesor Antonio Cazorla Castellón reivindica en ‘Una mujer inconveniente’ (EDUAL) la evolución del discurso feminista y de la realidad de la mujer en la trayectoria periodística de la escritora
21 junio, 2023 02:15“Hubo un tiempo –decía Elvira Lindo en 2016– en que sonaba raro decir, ‘soy feminista’, como si no tuviera sentido ya definirse así. Yo lo soy, pero lo digo poco, porque lo doy por hecho, desde siempre”. Combativa y polifacética, a lo largo de su vida Elvira Lindo (Cádiz, 1962) lo ha cosechado casi todo. De autora de éxito, conocida particularmente por su emblemático y queridísimo personaje Manolito Gafotas, primero para la radio y más tarde para la literatura, a lo largo de sus seis décadas de vida ha hecho teatro, ha escrito novelas, autobiografía y guiones de cine y televisión, y ha trabajo en radio y en prensa escrita, donde ha tanteado todos los géneros periodísticos posibles: artículos, reportajes, entrevistas, ensayos y, por supuesto, columnas de opinión.
Título: Una mujer inconveniente
Autor: Antonio Cazorla Castellón
Editorial: Editorial Universidad de Almería (EDUAL)
Año de edición: 2022
Disponible en Editorial Universidad de Almería
Disponible en Unebook
“Tenía todas las papeletas para ser una persona poco considerada –reflexionaría la escritora en 2018–. Primero porque venía del mundo de la comunicación, la radio. Después, mis primeros libros fueron para niños. Escribí muchísimo humor, que esa es otra cosa que se entiende en un nivel secundario. Y luego me casé con un hombre que es muy reconocido como escritor. […] Mi sensación es que he tenido que trabajar muchísimo. Es una sensación a veces de cansancio porque no es solo trabajo en lo mío”.
Pero su éxito, como dice Antonio Cazorla Castellón va mucho más allá de su popularidad como autora de literatura infantil. Conocida por sus exitosas series de columnas como Tinto de verano o Don de gentes, “en todas sus facetas hay un común denominador: la variedad de registros, como consecuencia de la mirada múltiple que tiene de la realidad”. Una mirada, destaca el profesor de Lengua y Literatura de la Universidad de Almería, “comprometida con el feminismo desde sus inicios hasta hoy”.
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Así, a partir de su trayectoria periodística y del análisis de más de cuarenta artículos de opinión escritos a lo largo de más de veinte años, entre 1999 y 2022, Cazorla Castellón analiza la evolución del discurso feminista de Lindo y su toma de conciencia en Una mujer inconveniente (Editorial Universidad de Almería), donde aborda temas de candente actualidad como la sexualidad femenina, la maternidad, la prostitución, la violencia machista, el machismo estructural, el movimiento feminista y los derechos LGTBI.
Acusada de misógina por Anna Caballé en su Breve historia de la misoginia (2006) por utilizar unos personajes tal vez demasiado estereotipados en su serie estival Tinto de verano (2000-2004), “su protagonista –reconoce Cazorla Castellón–, es una mujer, en principio, emancipada y liberal, pero incapaz de librarse de la educación conservadora que recibió”, aunque, y esto es importante para entenderlo, “la finalidad de la escritora realmente fue hacer comedia sometiendo a la ficción aquellos elementos que tomaba prestados de su propia vida”.
Una mirada pionera
Sin perder la perspectiva de género, a la luz de la crítica literaria y las teorías feministas, el pertinente recorrido que hace Cazorla Castellón por la evolución del discurso de Lindo, que ganaría aún más popularidad con sus columnas dominicales Don de gentes que escribió durante diecisiete años, se extrapola perfectamente a la historia de España de los últimos 20 o 30 años y arroja luz sobre la evolución de determinadas cuestiones.
Desde la estigmatización de la menstruación –“la inclusión de la experiencia del ciclo menstrual en la obra periodística de Elvira Lindo, así como en su obra literaria, es una hazaña que aún hoy supone una rareza en el fruto creativo de las escritoras”, recuerda el autor–, hasta la igualdad salarial, la aparición del #MeToo o la idealización de la maternidad, la escritora aborda cualquier perspectiva de género sobre la realidad de la mujer.
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Sobre esto último, por ejemplo, Lindo se muestra reacia a las modas editoriales. “La escritora reconoce haber escrito artículos en los que reseñaba libros que abordaron este asunto, a los que les dotó de una gran valía literaria tanto por su estilo como por la labor social que desempeñaban; sin embargo, cree que se ha cruzado un límite que roza con el oportunismo”, escribe Cazorla Castellón. “Hay quien ha visto en este tema un filón y ahora brotan como setas librillos en los que las autoras piensan que es una necesidad social hacer pública su tremenda desilusión tras el parto”, reflexionaba Lindo.
Y es que, aunque no sea este su objetivo último, resulta más interesante si cabe observar cómo, a través de estas columnas se abordan temas de la más inmediata actualidad que ya preocupaban diez o hasta quince años atrás, como los límites del humor –y el famoso sketch de Martes y Trece sobre la violencia de género–, el derecho al aborto o la corrección política. En esto, la labor de Cazorla Castellón para contextualizar y crear un hilo narrativo en Una mujer inconveniente no es poca y se agradece.
Su lectura va transformándose en un gran mosaico capaz de componer una visión auténtica y veraz. Sin olvidarse, eso sí, de los derechos LGTBI y del debate trans del feminismo: “Dejando a un lado mi ignorancia generacional, he tratado de ponerme al día escuchando con amplitud de mente, sin prejuzgar a personas que han vivido un dolor para mí desconocido, a la escritora Jan Morris, por ejemplo, que narró magníficamente el dolor que desde niña le provocaba ser una mujer atrapada en un cuerpo equivocado”, empatizaba en una columna de 2021.
Violencia y masculinidad
Entre medias, la escritora lo cuestiona absolutamente todo, poniendo especial interés en los casos de violencia de género, como los crueles asesinatos machistas de Ana Orantes o Laura Luelmo o la violación perpetrada por La Manada. “Los casos de violencia machista preocupan a la escritora, y prueba de ello son los numerosos textos en los que cataloga la violencia contra las mujeres como un tipo de terrorismo o critica las inercias patriarcales de instituciones como el sistema judicial y aboga por tender puentes con otras culturas en las que los feminicidios son una de las principales causas de muerte”, argumenta Cazorla Castellón.
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“Lindo reivindica además un modelo de masculinidad que comprende los peligros a los que tienen que hacer frente las mujeres –analiza en otro momento el autor de este ensayo–, la necesaria perspectiva de género en todos los ámbitos del saber, la conciencia feminista como una obligación moral y el empleo de la voz de las mujeres como arma para reivindicar sus derechos, temas que se estructuran sobre un discurso irónico y reivindicativo”.
En este sentido, cómo no, la autora, que acaba de publicar En la boca del lobo (Seix Barral), tiene también algunas palabras para el partido de la formación de Abascal. “Vox no es susceptible a esas correcciones y se alimenta de la inquina social: su táctica es meter la mano en un lodazal y revolverlo para que acabemos todos llenos de mierda, hasta el punto de que haya hombres que nos estén diciendo que de alguna manera nosotras somos responsables. Por haberlos provocado”, escribía en 2019.
Tareas pendientes
Sin embargo, recalca el profesor, Lindo “no dudará en señalar las tareas pendientes que tiene el activismo feminista español, como la conquista de la libertad sexual, del pleno derecho al aborto, de la igualdad laboral real y del trato igualitario hacia las mujeres. Se mostrará escéptica con la forma en que algunos discursos neoliberales se están apropiando de lemas feministas y denunciará sin vacilaciones a las organizaciones políticas de extrema derecha que quieren acabar con los derechos que las mujeres han conquistado gracias al movimiento feminista”.
Quizás, porque como reconoció en alguna ocasión la propia Lindo, “esta nueva ola de feminismo está integrada, en su mayoría, por mujeres jóvenes que quieren que los cambios sucedan deprisa, que no tienen paciencia, y eso está bien, a veces en la vida hay que dejar de tener paciencia. Pienso en todo lo que yo he vivido como si fuera normal y que no debería ser considerado normal, en todo el tiempo que hemos esperado para que la sociedad avanzara lentamente”.