"Para viajar lejos, no hay mejor nave que un libro", afirmaba Emily Dickinson, que además de genial poeta sabía un rato de confinamientos. Cuanto más se alarga esta cuarentena, especialmente durante estos días de Semana Santa tan acostumbrados al viaje, cada vez hay más añoranza de maletas, ajetreo y movimiento. Pero si el cuerpo debe estar quieto, puede viajar en su lugar la mente. Por eso, desde El Cultural hemos preparado una selección de libros para viajar desde el sofá.
Como en toda lista, muchas grandes narraciones se han tenido que quedar fuera, desde los relatos de grandes exploradores de siglos pasados, como Marco Polo, Ibn Battuta, Cabeza de Vaca o James Cook, hasta los de sus homólogos más actuales, como Paul Bowles, Ryszard Kapuscinski o Paul Theroux. También, han caído en combate los viajes por los mares del Sur de Stevenson y Jack London, el África siempre misteriosa de Conrad, Naipaul o Flaubert y los imposibles viajes al Centro de la Tierra, las profundidades del mar o a la Luna de Julio Verne.
No obstante, míticos territorios fruto del ensueño y la más desbocada imaginación conviven aquí con exóticos territorios tan reales como inaccesibles y naturalezas salvajes e indómitas dan paso a las complejas e intrincadas arquitecturas urbanas y humanas de los grandes imperios del pasado. Cualquier lugar es susceptible de ser hollado mediante la literatura, que convierte en real el viaje más disparatado. Así que, a leer...
Memorias de África
Isak Dinesen. Alfaguara
Archiconocido por la almibarada adaptación cinematográfica dirigida por Sydney Pollack y protagonizada por Meryl Streep y Robert Redford, Memorias de África narra en clave autobiográfica las experiencias vividas por la escritora danesa Karen Blixen (oculta tras el pseudónimo de Isak Dinesen) durante casi 20 años en los que fue propietaria de plantaciones de café en el África Oriental Británica, aproximadamente la actual Kenia. El intenso affaire de la escritora con el continente negro, que añoraría toda su vida, gana mucho más cuerpo en el libro que su intermitente relación con el cazador profesional Denys Finch Hatton, convirtiendo su historia personal en una vívida fotografía de la vida colonial en su cenit a la vez que en una crítica al imperialismo en vías de desaparición.
Lugares sin mapa
Alastair Bonnett. Blackie Books
En la línea de su anterior libro, Fuera del mapa (2017), Bonnet, profesor de Geografía Social en la Universidad de Newcastle, nos ofrece aquí un pintoresco recorrido por todo tipo de impensables paisajes naturales y humanos. Desde las ciudades de la basura en El Cairo, las comunidades ecologistas en Escocia y los misterios del metro de Tokio hasta tópicos como la danesa Christiania y ciberutopías que desafían las fronteras como Second Life, en este volumen ilustrado transitamos por esos lugares ignotos y descubrimos las razones de que existan: calentamiento global, violencia étnica, experimentos excéntricos, caprichos históricos, evolución tecnológica... Un recorrido que, como proclama el título de otra obra de Bonnet, todavía sin traducir, nos hace repensar qué es la geografía y el papel que juegan el territorio y las convenciones sociales a la hora de construir nuestra identidad y nuestra memoria.
Años de hotel
Joseph Roth. Acantilado
Paradigma de trotamundos en aquella Europa de entreguerras en la que realmente naufragó el Antiguo Régimen, la vida de Joseph Roth fue un viaje constante desde que abandonó Austria en 1920 hasta su muerte en París en 1939. En ese lapso de dos décadas, pocos rincones de Europa escaparon a su afilada y apreciada pluma. Sus vagabundeos, que lo llevaron de un hotel a otro, le brindaron la incomparable oportunidad de observar y escribir sobre los lugares que visitaba. En los artículos que publicó, reunidos por primera vez en esta antología, Roth retrató un continente abocado al cambio y sin embargo aferrado a la tradición. Las lúcidas viñetas de Años de hotel, cuyos ecos llegan hasta hoy, forman una serie de incisivas postales literarias que dan testimonio de la dolorosa deriva de una Europa que, lejos de realizar algunos de los sueños acariciados durante siglos, parecía encaminarse hacia el abismo.
La Odisea
Homero. Alianza
Primer libro de viajes de la historia, con permiso quizá del Éxodo, y una de las piedras angulares de la cultura occidental, este relato de las aventuras de Ulises en su camino de regreso desde Troya hasta Ítaca, ha sido fuente inagotable de temas e imágenes para escritores y artistas a lo largo de los últimos tres milenios. Lotófagos, feacios, cicones, sirenas, Polifemo y sus cíclopes, la ninfa Calipso o la maga Circe componen un cosmos de personajes inolvidables que han saltado desde las páginas de La Odisea a muchos otros lugares, por ejemplo, al cine, como en la célebre adaptación de Mario Camerini con Kirk Douglas en el papel principal. En esta versión, que traslada los hexámetros de Homero a la prosa de mano del académico y helenista Carlos García Gual, descubrimos también a un héroe de asombrosa actualidad que destaca por su astucia y sabe lidiar con cada uno de los obstáculos que le surgen en el camino.
A lo lejos
Hernan Díaz. Impedimenta
Håkan Söderström, conocido como “el Halcón”, es un joven campesino sueco analfabeto que a principios del siglo XIX se embarca junto a su hermano rumbo a Nueva York. En el puerto de Portsmouth se sube al barco equivocado y termina en San Francisco, así que, sin tener idea de la extensión o la naturaleza del nuevo continente, ni del idioma, decide cruzarlo a pie para ir en busca de su hermano en un viaje a contrapelo de la historia en plena conquista del oeste. Este antiwéstern, que subvierte todas las convenciones del género y cuestiona la visión romántica y glamurosa del mito fundacional estadounidense, es una parada obligada a la hora de planear un viaje literario a través del tiempo y el espacio.
Cartas desde Estambul
Mary Wortley Montagu. La Línea del Horizonte
Envuelto en el exótico oropel del lujo y el mito, el Impero otomano alcanzó su cenit en el siglo XVIII, antes de afrontar una lenta decadencia y descomposición. Hasta allí llego, a comienzos de esa centuria, Lady Mary Wortley Montagu, mujer del embajador británico ante la Sublime Puerta, cuyo ingenio y belleza la convirtieron en una destacada figura de la corte constantinopolitana. Este libro, publicado póstumamente en forma de epistolario bajo el título Cartas de la Embajada Turca, reúne una serie de misivas vivaces y llenas de descripciones gráficas que recogen las observaciones de Montagu sobre la vida en Oriente y los espacios más privados e íntimos de la sociedad, como los harenes. Sus narraciones, inspiración para toda una generación de viajeros, cambiaron para siempre la imagen que Europa tenía del mundo árabe e islámico y fueron pioneras en la corriente de orientalismo que sacudió al continente.
Las ciudades invisibles
Italo Calvino. Siruela
“¿Hay mejor viaje que el que podemos inventar con nuestra mente?”, se pregunta Italo Calvino, el escritor italiano contemporáneo más traducido en el momento de su muerte, al comienzo de este volumen donde recopila una serie de relatos de viajes que, en un giro digno de Cervantes, propone como narraciones que el célebre Marco Polo cuenta a Kublai Kan, emperador de los tártaros. Ante este señor de un territorio casi infinito, el viajero habla de ciudades imposibles, por ejemplo, una ciudad microscópica que va ensanchándose y termina formada por muchas ciudades concéntricas en expansión, una ciudad telaraña suspendida sobre un abismo, otras hechas de recuerdos o que rememoran la muerte. Paralelamente a estos cuentos fantásticos, Calvino desarrolla una disertación sobre la ciudad moderna y sobre la dificultad de habitarla.
Viajeros en el Tercer Reich
Julia Boyd. Ático de los Libros
Cuenta Julia Boyd en este ensayo que hacia 1937 solo el número de visitantes anglófonos a la Alemania nazi se elevaba a más de medio millón al año entre estudiantes, turistas, hombres de negocios y artistas como Virginia Woolf, Samuel Beckett o Christopher Isherwood. Todos ellos escribieron a menudo sus experiencias en diarios y cartas que la autora de este libro ha recopilado ofreciendo a partir de estos relatos una vívida panorámica del ascenso del nazismo y de las complejidades y paradojas del Tercer Reich. Una realidad política a la que en aquellos años 30 muchos se acercaban con simpatía y afabilidad, mientras otros advertían las sombras de “un régimen cruel y opresivo alimentado por políticas obscenamente racistas”.
China para hipocondríacos
José Ovejero. Alfaguara
“No tenía la menor relación con ese país ni sabía gran cosa sobre sus costumbres, historia o paisajes. Del idioma lo desconocía todo”, explica el escritor y gran viajero José Ovejero, que, fascinado e intimidado a partes iguales por los lugares remotos, emprendió a principios de los años 90 un itinerario personal por China, el país tristemente más de moda en estos días de coronavirus. A la manera de Simon Leys en Sombras chinescas, el autor parte de Nanjing, donde estudió los rudimentos del chino, para adentrarse por el sudoeste del país en busca de rincones poco turísticos, de ese mundo inmenso y diverso que escapa a la postal habitual y oficial. A lo largo de esa ruta, que concluiría en Kunming, cerca ya de Myanmar, le aguardan muchos descubrimientos y no pocas aprensiones y sobresaltos que el escritor transmite con franqueza inusual.
Viaje a la Alcarria
Camilo José Cela. Austral
Clásico de la literatura de viajes española del siglo XX, publicado en los todavía monocromos años 40, de él dijo Camilo José Cela que se trataba “quizá mi libro más sencillo, más inmediato y directo”. Un juicio justo que pone en valor esta primera inmersión del Nobel en esa atávica “España profunda”, pues nada hay más difícil en literatura que la aparente sencillez. En su recorrido demorado por pueblos pintorescos y coloridos de La Alcarria como Torija, Brihuega, Cifuentes, Trillo o Pastrana, un andar calmado hoy impensable, el escritor va viviendo curiosos encuentros, minúsculas anécdotas y sorprendentes conversaciones que, impertérrito, transcribe con una suave prosa que aúna realismo, comicidad y ternura. Y al final de todo, se demuestra una de las más insistentes afirmaciones de esa contradicción que fue Cela, “el escritor, aun el que más sedentario pudiera parecer, es siempre un irredento vagabundo y ése es su mayor timbre de gloria y libertad”.
León el Africano
Amin Maalouf. Alianza
"Soy hijo del camino, caravana es mi patria y mi vida la más inesperada travesía…", con esta frase atribuida diplomático y explorador andalusí Hasan bin Muhammed al-Wazzan al-Fasi, nacido en Granada y conocido como León el Africano, arrancaba el periodista y escritor Amin Maalouf su novela sobre el personaje, que le granjeo una fama mundial. Cuajado de personajes históricos como el papa León X, el sultán Suleimán el magnífico, Fernando el Católico o el pintor Rafael Sanzio, el libro recrea muchos episodios históricos ignorados en Occidente, y habla con una profusión inusitada en Europa de lugares como Tombuctú o Sudán, país del que durante varias décadas no existió otra referencia. Todo ello regado con una buena literatura al servicio de la aventura.
El camino más corto
Manuel Leguineche. Ediciones B
Corría el año 1965 cuando un joven Manuel Leguineche, con el tiempo una de las figuras más legendarias del periodismo español y mundial, se embarcó sin saber muy bien cómo en un viaje que cambiaría su vida. Junto a tres periodistas estadounidenses y un fotógrafo suizo, Leguineche dedicaría los dos años siguientes a rodear el globo a bordo de un Toyota Land Cruiser. “¿Cómo pretendes dar la vuelta al mundo en una expedición como esta si no sabes conducir?, me preguntaron, con buen acierto, los organizadores de aquel viaje. Tengo otras condiciones, respondí. No sé conducir ni nada de mecánica, pero sé cantar, jugar al mus, tengo muy buen humor, sé algo de geografía y he leído a Conrad, Stevenson y Verne”, respondió el mítico 'jefe de la tribu', que sacó el título de su relato de un fragmento del diario de viaje del filósofo Hermann Keyserling: “El camino más corto para encontrarse uno a sí mismo da la vuelta al mundo”.
Viajes y otros viajes
Antonio Tabucchi. Anagrama
Sostiene Tabucchi en este viajero viaje sobre el viajar que “un lugar nunca es sólo ese lugar: ese lugar somos en cierto modo nosotros también. De alguna manera, sin saberlo, lo llevábamos dentro y un día, por casualidad, llegamos hasta él”. Y muchos son los alfileres que ha clavado sobre el mapamundi el escritor italiano. En estas páginas lo vemos sentado en el zócalo de la estatua del abate Faria en Goa, delante del templo de Poseidón en el griego Cabo Sunión, o en el cementerio marino de Sète, en el Languedoc. Y allí, con él, compartimos las reminiscencias de El conde de Montecristo, los versos de Sophia de Mello Breyner, el "mar que se repite" de Paul Valéry, pues al viaje físico Tabucchi añade el despliegue del mundo contiguo de las vastas lecturas que han anticipado, provocado y acompañado siempre esos viajes.