“El trabajo de Víctor López tiene un mérito añadido que no es fácil de encontrar en las biografías: que llegas casi a oír la voz de su protagonista, que llegas casi a verle sentado a tu lado”, afirma Javier Reverte, otro miembro de la tribu, en el prólogo de esta documentada y esforzada aproximación a la vida de uno de los periodistas españoles más raciales y heterodoxos de su generación. “Yo, que conocí tanto a Manu, he vuelto a encontrarme con él en estas páginas”.
Fue en 1980 cuando Manu Leguineche (Arrazua, Vizcaya, 1941 - Madrid, 2014) publicó La tribu, a la postre un manual canónico para corresponsales de guerra que le adjudicaría el título de Jefe de la Tribu que subtitula esta semblanza. Una tribu hoy en peligro de extinción, la de los periodistas curtidos en mil batallas, que Leguineche lideró simplemente por su carácter, sus valores y su integridad. De hecho, es de la mano de estos numerosos amigos, casi todos compañeros de profesión, como el también periodista y corresponsal Víctor López va reconstruyendo una trayectoria vital trepidante, extraordinariamente documentada, que es también la historia del periodismo español de los últimos cincuenta años. Y es que Manu Leguineche fue escritor y viajero pero sobre todo periodista, de los que actualmente se echan en falta.
Víctor López reconstruye aquí una trayectoria vital trepidante que es también historia del reciente periodismo español
Desde que otro narrador mayúsculo como Delibes le inoculó el virus del periodismo y viajó a Vietnam, ninguna guerra o revolución fue ya ajena a Leguineche. Filipinas, Australia, Yugoslavia, Nicaragua, Líbano, Bangladés, Afganistán, la Revolución de Argelia o la guerra entre Pakistán y la India fueron algunos de los escenarios que conformarían una justa fama que lo convertirían en uno de los informadores españoles más populares y de mayor prestigio.
Todo ello queda consignado en esta biografía, que incluye también una potente colección de imágenes de su archivo personal o rarezas como una deliciosa novela policíaca infantil titulada Niebla funesta. Un texto fundamental para todos los que vivieron aquellos tiempos, y también la despedida a uno de los grandes representantes de toda una época, la del periodismo de integridad ejemplar.