La salvación del alma moderna. Terapia, emociones y la cultura de la autoayuda
Eva Illouz
9 abril, 2010 02:00La Venus del Espejo, de Velázquez, 1648
Con apenas cinco libros publicados, las obras de Eva Illouz, traducidas a diez idiomas, se discuten en despachos y seminarios de todo el mundo. Desde que en 1997 publicase El consumo de la utopía romántica. El amor y las contradicciones culturales del capitalismo, Eva Illouz sostiene que la intersección de las emociones románticas con la cultura, la economía y la organización social cristaliza en el discurso terapéutico como expresión de una nueva forma de estar y de entender el mundo.
Nacida en 1961 en Fez (Marruecos), se traslada a Francia a la edad de 10 años y estudia sociología y literatura en la Universidad de París X-Nanterre. Posteriormente realiza un master en comunicación en la Universidad Hebrea de Jerusalé. En 1991 se doctora en comunicación en la Annenberg School of Communication de la Universidad de Pennsylvania.
Profesora en el Departamento de Sociología y Antropología de la Universidad Hebrea de Jerusalén, ha sido profesora visitante de L'École des Hautes Études en Science Social (EHESS) y de la Universidad de Princeton. Apañada a la hora de conseguir becas, su familiaridad con la tradición francesa y anglosajona le proporciona un punto de vista privilegiado.
Su explosión internacional arranca en 2003 con la aparición de su tercer libro, Oprah Winfrey and the Glamour of Misery: An Essay on Popular Culture. En estas páginas Eva Illouz disecciona el talk show más exitoso del mundo. Más de 33 millones de personas siguen los programas televisivos de la norteamericana Oprah Winfrey, cuyo rasgo esencial es utilizar un estilo de entrevista terapéutico destinado, en definitiva, a mejorar a sus entrevistados, abordándoles como personas cuyos problemas son susceptibles de solución.
Illouz explica al lector cómo el enorme tinglado montado alrededor del programa se mantiene por su capacidad para convencer al televidente de la autenticidad del sufrimiento del entrevistado y de sus posibilidades de superación. El análisis realizado por Illouz de los problemas y de las luchas de los invitados al programa muestra que las narrativas presentadas en el plató televisivo están cargadas de un carácter terapéutico cuyo fin es enmarcar y justificar un proceso de autocomprensión que haga más llevadera su situación.
Para entrar con garantías en la lectura de La salvación del alma moderna conviene leer antes Intimidades congeladas. Las emociones en el capitalismo, el texto en el que se recogen las famosas Conferencias Adorno pronunciadas en Francfort y que salió a la calle en forma de libro en 2007.
Lo que aquí se plantea es que la modernidad no puede entenderse sólo como la aparición del capitalismo, las instituciones públicas, la democracia o la idea de individualismo. La modernidad hay que entenderla también como el periodo en el que aparecen con fuerza social las emociones y, en consecuencia, las narrativas terapéuticas.
A través de la industria publicitaria, de los talk show, de los libros de autoayuda o del propio discurso terapéutico los consumidores se convierten en pacientes, en objetos públicos dispuestos a ser expuestos, analizados, discutidos y valorados. Las emociones privadas construyen espacios públicos. Las historias de vida se reconstruyen con el formato de la narrativa terapéutica.
Los sentimientos derivados de la "liberación sexual", la "autorrealización", la búsqueda de la "intimidad" o "el divorcio amistoso" siguen una narrativa terapéutica que se escribe hacia atrás y subraya el sufrimiento y el trauma. Dicha narrativa pone en primer plano, de forma inevitable, emociones negativas como la vergüenza, la culpa, el miedo, la ansiedad o la angustia.
Una cultura emocional
Editado en su versión original en 2008 y vertido al español ahora, La salvación del alma moderna es la fascinante explicación de cómo el capitalismo ha propiciado el desarrollo de una cultura emocional expresada según el modelo del discurso terapéutico. Discurso cuyas piedras angulares son ideas como la de "deseo", "autobiografía", "memoria" o "emoción".
La tesis central, no exenta de controversia, es que la doctrina terapéutica es moderna por excelencia. Eva Illouz insiste en mantener su vieja posición, según la cual Freud y el psicoanálisis (en un sentido amplio en el que cabrían disidentes como Jung) constituyen la encarnación del discurso terapéutico.
El ethos terapéutico que propone la autora contempla a Freud como una figura carismática, en el sentido weberiano del término, que se incardina en la cultura norteamericana a partir de la serie de conferencias impartidas en la Universidad de Clark y la rápida adopción de sus ideas expresadas sobre todo en los ámbitos de la sexualidad, el trabajo y la familia. Eva Illouz ubica ahí el origen de la cultura de la autoayuda y la influencia del psicoanálisis en la publicidad, el cine o las campañas políticas.
Conforme se adentra el lector en este documentado y denso libro, la noción de cultura terapéutica se va desplegando. Al mismo tiempo podemos contemplar el modo en el que las reglas que gobiernan la expresión de las emociones son aprendidas culturalmente y a través de la reflexión. Sobre todo por las mujeres, impulsadas culturalmente a una revisión constante de su autoimagen. Todo ello conduce a Eva Illouz a considerar que "los modelos culturales ofrecidos por la terapia se traducen en una narrativa cada vez más indiferente al género".
Mientras que la racionalidad de los hombres se entrelaza cada vez más con las emociones, la cultura emocional de las mujeres se racionaliza en un grado cada vez más alto. El lector contempla con claridad cómo en el capitalismo avanzado se ha producido un giro hacia la androginia emocional. Para Illouz dicho giro ha sido conducido por el discurso terapéutico, una suerte de lingua franca que proporciona el juego de herramientas adecuado para que todos nosotros podamos manejar nuestras vidas en el desorden contemporáneo.
Quien se adentre en este reflexivo e iluminador libro encontrará las tesis de Eva Illouz apoyadas en una enorme diversidad metodológica en la que se incluyen entrevistas, análisis textuales, perspectivas críticas, aproximaciones etnográficas y un sinfín de datos. Todo ello convierte este volumen en una lectura que convendrá tener a mano mucho tiempo.
Veterinarios del yo
Por Fernando Aramburu
El lunes entregué el cangrejo al terapista para que examinase su ritmo craneosacral. Librado mediante un tratamiento no invasivo de bloqueos en diversas áreas, lo pasaron a acupuntura. El martes tocó sesión de drenaje linfático. El miércoles lo tuvieron practicando Qi Gong con un chino vestido de blanco. Hubo yoga por la tarde para combatir las agujetas de la mañana y treinta minutos de danzaterapia. El miércoles le administraron psicotrópicos a fin de facilitarle las percepciones extrasensoriales durante el viaje astral. Después, con una especialista de medicina cuerpo-mente, practicó el bienestar emocional encaminado a conseguir un grado mayor de autoconocimiento en un ambiente tanto teórico como vivencial. El viernes, depositado sobre una estera, participó en un taller colectivo de meditación dinámica. El sábado lo apunté a un curso de desinhibición de comportamientos no deseados. El domingo mi yo-cangrejo recobró la imperfección chapoteando en un plato de lentejas.