Los iluminadores salen a escena
Miguel Ángel Camacho, Liz Perales y Juan Gómez-Cornejo durante la presentación
La Academia de las Artes Escénicas de España publica el libro La luz, melodía del arte escénico, una reivindicación del oficio de iluminador donde diez de los mayores expertos de España desgranan su experiencia.
La publicación de este volumen, el primero en España de sus características, que inaugura la naciente colección Artes y oficios de la escena, dirigida a acoger estas especialidades que coinciden en la escena pero de las que no se ocupa la bibliografía al uso, supone para Juan Gómez-Cornejo, presidente de la Asociación de Autores de Iluminación "un acontecimiento importante para los que nos dedicamos a la iluminación. Es una oportunidad para la difusión del oficio y para reivindicar la luz, parte principal del proceso creativo, como elemento dramatúrgico", asegura. Para el experimentado diseñador de iluminación, que participa también como escritor en el volumen, una iniciativa así se hace especialmente importante en España, donde "tenemos un erial en el ámbito de la educación de la luz, que todavía no se puede estudiar en este país. Es nuestra labor seguir creando escuela y formando a los jóvenes".
Todos los implicados en la publicación del libro, en la que han participado además de las dos instituciones citadas el INAEM, las empresas Fluge Audiovisuales, Entertainment Equipment Supplies y Robe, y la Escuela Trade, destacan que en un sector como las artes escénicas, que es efímero, es importante dejar los saberes por escrito para hacerlos permanentes. Opinión que comparte Miguel Ángel Camacho, miembro fundador de la AAEE y coordinador del tomo, que asegura que la idea se le ocurrió a raíz de que "hasta ahora no había un libro que recogiera las grandes evoluciones sufridas por nuestro oficio, especialemente desde los años 80. La gran fuerza de este texto reside en las varias y contrastadas visiones que reúne", sentencia. "Hemos tratado de desechar la parte técnica, porque manuales sobre eso ya existen. Los artículos de este libro son subjetivos. La clave de nuestro trabajo es que no existen unas normas férreas, éstas se basan en nuestra experiencia. Por eso este libro, una especie de crónica sobre cómo los profesionales se enfrentan a su oficio y crean esa melodía escénica, es una herramienta de uso para iluminadores profesionales, para estudiantes y para todos los profesionales y amantes de la escena".
Según su directora editorial, la crítica Liz Perales, "podríamos definir el volumen como libro de autor, en el que plasman sus impresiones y vivencias diez iluminadores muy conocidos que firman la gran parte de espectáculos que vemos". En la edición han colaborado, como asegura Perales, algunos de los iluminadores más destacados del panorama nacional: Cayetano Astiaso, Juanjo Beloqui, Ada Bonadei, Nicolás Fischtel, Álvaro Luna, Ezequiel Nóbili, Felipe Ramos, Pedro Yagüe y los propios Gómez-Cornejo y Camacho, que abordan un amplio espectro de especialidades (danza, teatro, luz de directo, simulación virtual, videoescena). Además, el libro, ilustrado con los trabajos más interesantes de estos profesionales desarrollados en los últimos años, así como con muchos montajes históricos, incluye un capítulo firmado por el periodista y académico Antonio Castro que habla de cómo ha evolucionado la iluminación de los teatros, cuya auténtica revolución fue pareja al surgimiento del director de escena y a los desarrollos tecnológicos de principios del XX.
Como adelanto de los aspectos que aborda La luz, melodía del arte escénico, Perales cita, por ejemplo, un capítulo dedicado al Método McCandless, "un equivalente en el mundo de la iluminación a lo que es el Método Stanislavski para los actores. Fue creado por un estadounidense en el año 32 y en su día fue muy importante, pero hoy ya ha sido superado por la técnica. No obstante, se estudia como un referente histórico". Advierte también Perales, que el libro también aborda espectáculos musicales, no solo teatrales o de danza, "por ejemplo, Nicolás Fischtel descubre porqué las luces de danza tienen que ir en ángulos laterales".
Además de repasar la evolución histórica, también incide el volumen en los aspectos más contemporáneos de la iluminación, como la videoescena "no solo como elemento narrativo, sino también escenográfico. Ahora todos los iluminadores están más que acostumbrados a usar programas de ordenador para diseñar previamente los modelos escénicos, porque siempre son los últimos en entrar a los ensayos y tienen poco tiempo", explica Perales, que incide en la idea motriz del libro, "la memoria del teatro es muy frágil y si no la documentamos, puede ocurrir que la realidad de los escenarios actuales pase desapercibida en un futuro".