Greta Fernández y Daniel Horvath en un momento del filme

Greta Fernández y Daniel Horvath en un momento del filme

Cine

'El frío que quema', terror nazi en los Pirineos

La ópera prima de Santi Trullenque recupera la figura de los pasadores, aquellos hombres que se jugaban la vida para cruzar a refugiados de la Segunda Guerra Mundial de Francia a España por los Pirineos andorranos

20 enero, 2023 02:40

No es la primera vez que el cine en catalán se acerca a los grandes conflictos del pasado desde las rencillas del medio rural, jugando con elementos del wéstern, del melodrama, del cine de aventuras o incluso del terror. El fred que crema (El frío que quema), película que se estrena el 20 de enero y que está nominada a mejor película en los Premios Gaudí, es un nuevo ejemplo de esta corriente cuyo máximo exponente sería Pa Negre (2010).

Aquel filme de Agustí Villaronga sobre los duros años de la posguerra se hizo inesperadamente con el Goya a la mejor película, y el director trató sin mucha fortuna de reeditar su éxito años más tarde con la apreciable Incierta gloria (2017), en la que repetía la misma fórmula.

Esta épica de lo rural también la vimos en Bruc. El desafío (Daniel Benmayor, 2010), viajando a la Guerra de la Independencia, y la vemos ahora en El fred que crema, que se sitúa en los años de la Segunda Guerra Mundial en un pequeño pueblo fronterizo de Andorra.

La película toma como punto de partida la figura de los pasadores, hombres que bien por dinero o por idealismo ayudaban a salir de la Francia ocupada por los nazis a aviadores aliados abatidos cerca de la frontera o a refugiados de toda Europa perseguidas por su raza o por sus convicciones políticas.

El director debutante Santi Trullenque (Barcelona, 1974), alumno de Werner Herzog en la Rogue Film School y curtido durante años en la publicidad y la televisión, cuenta la historia de un joven matrimonio, Sara (Greta Fernández) y Antoni (Roger Casamajor), que durante un duro invierno de 1942 se ven obligados a acoger en su casa a una familia de judios que huye por los Pirineos hacia España, perseguidos por un oficial nazi.

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La situación de la pareja es ya de por sí complicada, pues esperan un hijo y Antoni está enemistado con el hermano de Sara, Joan (Adrià Collado), quien controla los hilos de la pequeña aldea y le priva del acceso a cualquier trabajo.

La película, con una apuesta visual muy cuidada que captura con el herzoguiano interés por los lugares inaccesibles e inhóspitos la belleza aterradora de los parajes pirenaicos, introduce influencias muy dispersas en una narración a la que le cuesta encontrar el equilibrio: desde el spaghetti western al costumbrismo, pasando por drama o el relato de venganza, y dejando que el gore haga acto de presencia en varias ocasiones.

Por otro lado, el extremo retrato del maquiavélico oficial nazi, interpretado con riesgo por Daniel Horvath, directamente parece proceder de una producción de serie b.

Greta Fernández en un momento del filme

Greta Fernández en un momento del filme

Pero, de alguna manera, el director consigue que el relato no se derrumbe, quizá porque debajo de toda la parafernalia nazi encontramos un personaje convincente, Sara, al que da vida una magnífica Greta Fernández que tras triunfar con La hija del ladrón (2019) sigue manifestando una gran sensibilidad para afrontar su trabajo.

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Esa mujer que hará lo necesario para salir adelante, pese a las traiciones y disputas fraternales, pese al asedio de ese Lobo Feroz interpretado por Horvath y a la dureza del clima y la época, es el corazón del filme. Una pena que Trullenque quiera subrayarlo con una injustificable mirada a cámara en la última secuencia.