Image: David Serrano: El objetivo de toda buena comedia es reflejar como se está viviendo

Image: David Serrano: "El objetivo de toda buena comedia es reflejar como se está viviendo"

Cine

David Serrano: "El objetivo de toda buena comedia es reflejar como se está viviendo"

26 febrero, 2016 01:00

David Serrano (El otro lado de la cama, Días de fútbol), tras un período alejado del cine para dedicarse al teatro, vuelva a la pantalla con Tenemos que hablar, una comedia romántica en la que el dinero, el amor y la familia se enredan en la vida del protagonista interpretado por Hugo Silva.

David Serrano (Madrid, 1975) alcanzó la gloria cuando su primer guión, el de El otro lado de la cama (2002), se convirtió en un inmenso éxito de taquilla. Después llegó Días de fútbol (2003) y el entonces joven Serrano se confirmó como la gran promesa de la comedia patria. Hombre de cine pero también de teatro, muy identificado con el musical, Serrano considera que la adaptación a las tablas de las canciones de Mecano, Hoy no me puedo levantar, sigue siendo su mayor triunfo. Ahora, seis años después de su última película, Una hora más en Canarias (2010), y tras una etapa en Argentina haciendo teatro y con varios éxitos como Lluvia constante sobre las tablas madrileñas, David Serrano estrena Tenemos que hablar. Vuelve a la comedia romántica con la crisis como telón de fondo protagonizada por un ex ejecutivo de banca, Hugo Silva, sobre el que han caído todas las maldiciones posibles y que, sin querer, arruina a su familia política vendiéndoles preferentes o espacios comerciales en el aeropuerto de Castellón. Hundido y humillado, Silva pierde su trabajo, su dinero y sobre todo a su mujer, Michelle Jenner, por culpa de su mal tino para las inversiones. Pero quizá aun está a tiempo de recuperarla.

Pregunta.- De nuevo una comedia, ¿por qué siempre regresa a ellas cuando dirige cine?
Respuesta.- Me gusta hacer comedias y casi de manera inconsciente es lo que me sale cuando me pongo a escribir. En teatro siempre trabajo con textos de otros y es allí donde sale el drama.

P.- En Tenemos que hablar un solo hombre, Jorge (Hugo Silva), acumula todas las desgracias posibles. ¿Es el "hombre-crisis?
R.- La trama está inspirada en una historia que me contó un amigo actor. Me explicó que un compañero de la infancia le había convencido para comprar las preferentes de Bankia y había perdido mucho dinero. Lo terrible es que también perdió al amigo porque se sentía muy avergonzado. Creo que muchos de quienes vendieron ese producto no sabían que estaban engañando. A partir de esa anécdota, fui armando la historia.

P.- La idea es reflejar todo un drama desde el humor.
R.- El objetivo de toda buena comedia siempre es reflejar cómo se está viviendo. Por ejemplo, tengo muchos amigos que se han sacado las castañas del fuego alquilando su casa en Airbnb y tienen esa obsesión por la puntuación. El cine debe ser un medio para contar las cosas que están pasando en la calle, no hay que tener ningún miedo. Hay cosas de las que no te puedes reír pero hay otras con las que reírse es muy sano.

P.- Ese pobre Jorge es un clásico de la comedia, el chico al que le sale todo mal.
R.- Queríamos darle la vuelta al tópico. Normalmente el chico es el motor de la historia y la chica el objeto pasivo. Aquí lo hacemos al revés. Tenemos a un personaje masculino que está tan deprimido que no se puede ni mover y es ella la que hace que la historia se mueva. Yo a él lo veo como un buen tío, el típico español medio que tiene buena intención pero es muy torpe.

P.- Vemos la crisis como una cuestión económica, pero también cómo afecta a las relaciones personales.
R.- El dinero enturbia mucho las relaciones personales. Hay parejas que se llevaban bien y cuando aparecen esos problemas se dejan de hablar toda la vida. También está la idea de que muchos hemos tenido una parte de la responsabilidad en la crisis. Veamos el caso de los padres, no eran ricos pero vivían bien y si pican en las trampas que les pone su yerno es por la codicia. Queremos que también haya un mensaje bonito de que el dinero no te va a hacer feliz, al revés, te puede llevar a sitios complicados.

P.- ¿Qué es lo más difícil de hacer una comedia romántica?
R.- En este caso partimos de una estructura muy clara y clásica y eso te da cierta ventaja. Al mismo tiempo, es complicado mantener la atención del espectador cuando los espectadores ya saben, viendo el cartel, que acabarán juntos. Tienes que hacer que la gente se sorprenda y se ría hasta llegar a ese final.

P.- En medio de todos los tópicos, no podía faltar Seseña. ¿Cómo está eso?
R.- Comienza a ser un sitio en el que se puede vivir bien después de muchos años muy jodidos. Es un barrio que empieza a vivir.

P.- ¿Podríamos ver Tenemos que hablar como una versión de El otro lado de la cama pero con problemas económicos?
R.- Es curioso porque en la primera versión del guión de El otro lado de la cama los protagonistas sí tenían problemas económicos pero el director (Emilio Martínez Lázaro) pensó que despistaban y lo eliminamos. Ahora mismo me parece imposible hacer una película sobre la realidad sin hablar de eso.

@juansarda