Histórica y densa
Aragón, Reino y Corona
26 abril, 2000 02:00En arqueología y numismática, interesa el testimonio de la cerámica islámica de los siglos X y XI, con su utilización del blanco y del verde, colores distintivos respectivamente de la dinastía Omeya y del profeta Mahoma, así como las importantes acuñaciones de los argénteos dineros de vellón de Jaime I el Conquistador, y de los florines y reales de oro de Pedro IV el Ceremonioso, testigos de una fuerte competencia con las divisas francesas e italianas del XIII y XIV. En artes decorativas sobresalen objetos tan singulares como el esenciero en plata repujada, del XI, de la Taifa de Albarracín, en estilo islámico toledano, y el bote hispano-musulmán de Zaragoza, de finales del XIII, en marfil y plata, policromado y dorado, al gusto nazarí. Entre las esculturas, tres grandiosas y apuradas tallas de Cristo crucificado: románico el extraordinario de la catedral de Huesca; románico-gótico, de formas muy suaves, el de la colegiata de Alquézar; y gótico y brillante en su policromía el de Siresa. Y en el capítulo de la pintura, la iglesia del Salvador de Teruel ha prestado por primera vez para una exposición el retablo de San Jorge, con el que Gerónimo Martínez inició el Renacimiento turolense, y se ha reunido para esta ocasión el fastuoso conjunto de tablas que integraron el Altar Mayor del Monasterio de Sijena, cuyas pinturas, obra excepcional del Maestro de Sijena, andan dispersas por diferentes museos y colecciones.