Portada-Whitman

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El Cultural

Walt Whitman a los 200

Celebramos los dos siglos del poeta analizando todas sus aristas con Rafael Narbona, Eduardo Moga, Agustín Fernández Mallo y José Manuel Benítez Ariza

24 mayo, 2019 17:46

La importancia seminal de Walt Whitman en la poesía norteamericana y mundial es hoy tan indiscutida como desdeñada fue en su época, demasiado rígida y puritana para aceptar la revolución que traía la primera edición de Hojas de hierba. Celebramos los dos siglos del poeta analizando todas sus aristas: Rafael Narbona se ocupa del hombre, de ese impostor que construyó su propio pedestal; Eduardo Moga, autor de la última versión, canónica, de su poesía completa, recorre a ese poeta del yo que es el poeta del nosotros y elige unos cuantos de sus versos; sobre su papel en la construcción del mito nacional estadounidense reflexiona Agustín Fernández Mallo y José Manuel Benítez Ariza reseña su más reciente biografía: El dios más poderoso, de Toni Montesinos, a quien entrevistamos.

- El divino impostor, por Rafael Narbona. Hojas de hierba no es la autobiografía de Walt Whitman, sino la del Poeta que arrojó las virtudes -y los pecados- de los Estados Unidos sobre su espalda. Como creador fue un gigante; como hombre, un divino impostor.

- El poeta del yo y del nosotros, por Eduardo Moga. Walt Whitman es una anomalía en la poesía en lengua inglesa del XIX, y Hojas de hierba también: una anomalía formidable. Era un hombre sin apenas formación, pero autodidacta, que se había criado, como todo el mundo, a los pechos de la poesía isabelina y el romanticismo inglés.

- Fundación mística del nacionalismo americano, por Agustín Fernández Mallo. Según sus biógrafos, el bardo americano no destaca en los estudios y rodará de trabajo en trabajo sin hallar el que colme, especie de vagabundo que de pronto es poseído por una iluminación que le convierte en Padre Fundador de la poesía americana.

- El dios más poderoso. Vida de Walt Whitman, por José Manuel Benítez Ariza. Montesinos acierta en su capacidad de celebrar y ensalzar a su objeto de estudio y animar a su relectura desde el conocimiento de las grandes cuestiones a las que se refiere la poesía del hombre que se llamó Walt Whitman. No es mal modo de celebrar su bicentenario.