Nadal: "Puede que el Rey Juan Carlos se equivocara, pero hay que recordar qué hizo por España"

Rafa Nadal ha mostrado su cara más extradeportiva en una entrevista al periódico italiano Corriere della Sera. El tenista opina sobre la situación del rey emérito tras su viaje fuera del país. Considera que el rey emérito Juan Carlos puede que se haya "equivocado" en algunas de sus acciones, pero que "siempre" hay que recordar "lo que ha hecho por España".

"Puede que se haya equivocado, pero hay que recordar siempre lo que ha hecho por España", aclaró en una conversación con el medio italiano, en la que tampoco quiso desvelar si se considera más de izquierdas o de derechas políticamente hablando: "No me hagas hablar de política".

En esta extensa charla, el balear explicó por qué sigue viviendo en España, ya que podría tener su domicilio en otro país y pagar menos impuestos como hacen otros tenistas. "Soy español, y estoy feliz de serlo. Por supuesto, cuando llega la factura de impuestos, estoy un poco menos feliz. Pero tuve la suerte de nacer en un país con muchas virtudes, lo que me dio una buena vida", dijo. "Me siento profundamente manacorí, mallorquín, español y europeo. Y me siento cuatro veces afortunado", argumentó.

No quiso dar respuesta a la duda que le planteaba el medio italiano sobre si cree en la existencia de Dios. "No lo sé, y no me lo pregunto. Para mí lo importante es portarme bien, ayudar a los que lo necesitan. Creo en la buena gente. Y si Dios existe, será maravilloso", explicó.

Lo deportivo

Nadal se mostró aún sorprendido por su rendimiento en Roland Garros que le permitió conquistar su decimotercer título. "Yo tampoco lo sé. Si me pasó a mí, le puede pasar a otro. Soy una persona normal, con mis incertidumbres y mis miedos", dijo, aunque entre ellos no está la derrota. "Miedo a perder, nunca. Pero siempre pienso que puedo perder. Lo pienso todos los días, contra cualquier rival, y esto me ayuda mucho", argumentó.

Su talante es uno de los puntos que más remarcan sus rcivales de su personalidad, una cuestión que le hace evitar rivalizar de forma ofensiva. "Cultivar enemigos me cansa. Nunca me he permitido intimidar a un rival", argumentó, y explicó por qué nunca ha destrozado una raqueta. "De niño me enseñaron que eso no se hace. Soy yo quien me equivoco, no la raqueta", aseguró.

Las manías

"No soy supersticioso, de lo contrario, cambiaría el ritual con cada derrota. Ni siquiera soy esclavo de la rutina: mi vida cambia constantemente, y competir es muy diferente a entrenar. Lo que la gente llama 'tics' son una forma de poner mi cabeza en orden, yo que soy muy desordenado. Son la forma de concentrarse y silenciar las voces internas, para no escuchar la voz que me dice que voy a perder, o que, más peligroso aún, me dice que voy a ganar", explicó Nadal sobre sus manías.

También explicó su situación personal en cuanto a una posible retirada. "El tenis es un deporte de la mente, no es matemática. Cuando llegue el momento, lo sabré", argumentó. Aunque, eso sí, tiene claro su plan de futuro: "Me dedicaré a los niños. Nuestra Fundación ayuda a los niños en riesgo de exclusión social: proporciona alimentación, educación, deporte... Luego tenemos un proyecto de veinte escuelas en España para niños con discapacidad. Y trabajamos en la India para enseñar inglés e informática a los niños".

El reto de la Covid-19

Sobre la pandemia de coronavirus, Nadal se mostró especialmente preocupado por su familia. "Todavía soy bastante joven, sigue respondiéndome el físico. Sin embargo, si me contagio, puedo contagiar a personas de riesgo. Estoy preocupado por mis padres, por mi familia, por mi comunidad. Es el momento más difícil de nuestra vida. Por eso es hora de luchar por cosas mucho más importantes que un partido de tenis. Debemos cultivar la confianza", aseguró.

"Tenemos que tener respeto hacia nosotros mismos, hacia nuestros seres queridos, hacia los demás. Y con responsabilidad y lógica. La gente muere a causa del virus, pero también puedes morir de hambre. El golpe a la economía fue muy severo. Necesitamos encontrar el equilibrio entre salud y trabajo, entre salud y protección social. La seguridad es primordial, pero también lo son la libertad y la dignidad", argumentó.

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