Carreño, la hora del relevo
- El gijonés, que jugará su primera Copa de Maestros tras la retirada de Rafael Nadal, debuta este miércoles ante Dominic Thiem con opciones de clasificarse para las semifinales.
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“Quedarte como primer reserva da un poco de rabia, pero hay que pensar más allá. Estar en Londres es una experiencia muy bonita, inolvidable, un premio a toda la temporada que he hecho. Mi 2017 ha sido muy bueno, el mejor de mi carrera. La presión extra de estar luchando por algo tan grande me pasó factura al final, pero tenía claro que vendría si me clasificaba como suplente, habría sido una mala decisión no hacerlo. De momento, a esperar. Eso es lo que toca”.
El sábado, dos días antes antes de estar oficialmente dentro de la Copa de Maestros como consecuencia del abandono de Rafael Nadal, obligado a retirarse del torneo por la carga de estrés que sufre en el tendón rotuliano de la rodilla derecha, Pablo Carreño reflexionó con cinco periodistas españoles sobre la opción que había dejado escapar (una sola victoria desde que llegó a las semifinales del Abierto de los Estados Unidos) y se mostró convencido de estar haciendo lo correcto aceptando acudir a la cita como suplente, algo que por ejemplo Juan Martín Del Potro no quiso hacer.
En poco tiempo, los acontecimientos han demostrado que Carreño no se equivocaba. Este miércoles, el gijonés se estrenará por primera vez en el torneo que reúne a los ocho mejores jugadores de la temporada ante Dominic Thiem (0-4 en el cara a cara) con opciones de llegar a semifinales, para lo que debe ganar sus dos partidos (ante el austríaco primero y contra Grigor Dimitrov el próximo viernes) y esperar que los resultados de sus rivales no le cierren el paso.
Hace unas semanas, después de perder a la primera con Nicolas Mahut en el Masters 1000 de París-Bercy, entregando la posibilidad de depender de sí mismo para cerrar su plaza en Londres, Carreño hizo las maletas y se marchó de vacaciones a Gijón con la intención de desconectar de todo. Los suyos, sin embargo, no le dejaron tranquilo cuando vieron cómo el camino se le iba despejando con las eliminaciones de Sam Querrey, Kevin Anderson, Del Potro, Jo-Wilfried Tsonga, Lucas Pouille, Roberto Bautista, John Isner o Albert Ramos, aspirantes todos a estar en Londres.
Así, Carreño llegó al último día del torneo con la ilusión disparada, pendiente de la final entre Filip Krajinovic y Jack Sock porque un triunfo del primero le habría dado automáticamente la clasificación. La carrera imposible de Sock: de París a Londres inesperadamente, remontando la primera, cerró su sueño cuando lo tenía más cerca que nunca y le dejó como primer suplente del torneo, hasta que se convirtió en titular después de la victoria del belga Goffin ante Nadal.
“Saldrá a la pista a ganar, no a cubrir el expediente”, avisó Samuel López, uno de los entrenadores del número 10. “La situación ha cambiado porque ahora sí que va a entrar a jugar, pero la perspectiva es la misma. Vinimos aquí buscando seguir mejorando y poder entrenar con gente buena y ahora vamos a competir contra ellos”, prosiguió el técnico del gijonés. “Lo más importante es que intente jugar bien y disfrute de la situación. Mi mensaje será claro: que se lo pase bien y que busque espectáculo, dentro de la dificultad que tiene todo eso”.
“La temporada ha sido genial y pase lo que pase no voy a cambiar ese pensamiento”, le siguió Carreño. “Vengo sin ningún tipo de presión, preparado para disfrutar. Luego, cuando salte a la pista querré ganar seguro. Vamos a intentar en un principio salir a disfrutar, aunque obviamente queriendo ganar”, añadió el tenista, que es totalmente consciente de su mala racha de resultados, con derrotas a la primera en cuatro de sus últimos cinco torneos. “No voy a pasar de 0 a 100. Ojalá que ocurra, pero no será sencillo. En cualquier caso, sé que es una gran oportunidad y quiero aprovecharla. Estábamos prensando en preparar la próxima temporada, en hacer algún cambio aquí en los entrenamientos y ahora de repente estamos jugando. Tengo mucha ilusión”.