Nadal, luz verde a Londres
El número uno del mundo jugará la Copa de Maestros tras obtener una respuesta positiva de su rodilla derecha en los primeros entrenamientos.
8 noviembre, 2017 21:35Noticias relacionadas
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Se acabaron las dudas. Rafael Nadal afrontará los días previos a su estreno en la Copa de Maestros de Londres con una intención clara: jugar el último torneo de la temporada para pelear por ganar el único título importante que no tiene en su carrera. Según fuentes de su entorno consultadas por este periódico, el mallorquín aumentará el nivel de esfuerzo en sus próximos entrenamientos para ver si la carga de estrés que sufre en el tendón rotuliano de la rodilla derecha le sigue respondiendo tan positivamente como hasta ahora y asaltará la competición dispuesto a luchar por el título de campeón. El debate (¿debe forzar o debe volverse a casa?) se ha terminado.
“Sí estoy aquí es para jugar”, avisó Nadal en una entrevista con la agencia Efe, realizada el miércoles por la noche durante un evento con Cosentino, uno de sus patrocinadores. “Si no, no habría venido y hubiera hecho otro calendario. No estaría alargando la temporada si no pensara que puedo ser competitivo y estar para jugar”, insistió el español, que se retiró de París-Bercy como consecuencia de su lesión en la rodilla. “Estoy aquí para intentar ganar el torneo. Esa es mi ilusión y mi motivación. Trabajo para que así sea”.
El miércoles a mediodía, dos coches de la organización se acercaron hasta el elegante hotel Marriot County Hall para recoger al tenista y a los que de momento le acompañan en Londres (Toni Nadal, Carlos Moyà, Rafael Maymò y Carlos Costa). En lugar de ir al O2 Arena, donde se disputará el torneo (la pista central se empezó a construir el lunes y los jugadores no podrán utilizarla hasta este jueves), los vehículos se dirigieron al club de Queen’s y dejaron allí al número uno del mundo, que se marchó a entrenarse a una de las canchas cubiertas de la instalación en la que en el mes de junio se celebra el prestigioso torneo sobre hierba previo a Wimbledon.
Nadal practicó sin vendaje en la rodilla, sin demasiadas exigencias físicas y con una buena intensidad. Jack Sock, que hacía lo mismo a unos metros de distancia, volvió varias veces la cabeza para ver si de verdad ese tenista que castigaba la bola con furia estaba dudando si retirarse del torneo. Durante algo más de una hora y media, y con Moyà al otro de la red, el número uno hizo de todo (intercambios desde el fondo de la pista apoyándose en los dos lados, cortados, voleas en la red y remates) excepto sacar, porque todavía le sigue molestando la rodilla al caer después de impactar la pelota.
“Hemos probado y se ha notado bien”, explicó tras el entreno Moyà, abrigado como hasta los pies para protegerse de los pellizcos del frío londinense. “La idea era no forzar nada. Lleva unos días sin sacar y tampoco lo hemos hecho porque ahí le molesta un poco”, prosiguió el mallorquín. “Ha sido un entrenamiento suave, para ver sensaciones, probar la pista y también la pelota”, añadió. “Todo muy tranquilo”.
La decisión de Nadal no es ningún paso en falso. Para empezar, su rodilla está bien porque el tratamiento específico que inició hace menos de una semana con el doctor Ángel Ruiz Cotorro, combinado con fisioterapia, rehabilitación y potenciación muscular, ha respondido satisfactoriamente. Para continuar, porque Nadal debutará el último (lunes por la noche contra el belga Goffin) después de que la ATP cambiase sus planes iniciales (el grupo del español, donde también están Dominic Thiem y Grigor Dimitrov, estaba programado para el domingo) y le diese más tiempo para recuperarse. Y para finalizar, porque el balear tiene algo que con 31 años le mantiene muy vivo: un apetito infinito.