25 momentos inolvidables que hicieron únicos los Juegos de Barcelona 92
La elección de la ciudad, la flecha de Rebollo, la mascota Cobi, Los Manolos, el récord de medallas españolas, Vitaly Scherbo, el Dream Team, Fermín Cacho… Repasamos aquellos 16 días mágicos para España y su deporte.
25 julio, 2017 00:32Noticias relacionadas
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“Lo habéis conseguido. Estos han sido, sin duda alguna, los mejores Juegos de toda la historia olímpica. El esfuerzo de todos ha hecho posible este gran éxito. Barcelona no será la misma en el futuro. Tampoco nuestro deporte, después de las grandes victorias obtenidas”. 25 años después de que Juan Antonio Samaranch pronunciase estas palabras en la ceremonia de clausura de los Juegos de la XXV Olimpiada, es difícil no echar la vista atrás hasta el 92 con nostalgia: quizá el techo histórico de todo un país, también del evento deportivo más importante de todos. Así lo demuestran 25 momentos que recogen la esencia de una cita y un verano que muchos revivirían una y otra vez si pudieran.
1. “À la ville de Barcelona”
Un 17 de octubre de 1986, el sueño olímpico barcelonés, catalán y español tomó forma definitivamente en Lausana (Suiza). París parecía la gran favorita para organizar los Juegos de verano de 1992, pero el empeño de Samaranch, presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) desde 1980, disparó hacia la gloria a Barcelona. Él fue el primero que creyó en aquella candidatura, que se impuso sobre las presentadas por la capital francesa, Brisbane, Belgrado, Birmingham y Ámsterdam. Esa convicción acabó trasladándose, en mayor y menor medida, a todos: desde políticos hasta ciudadanos (más de 44.000 voluntarios).
2. La transformación de la ciudad
La imagen hasta entonces industrial de Barcelona dejó paso a la de una ciudad abierta al mar, moderna y atractiva para el turismo. La potenciación de las playas, las rondas para reducir el tráfico dentro de la ciudad y los nuevos barrios dieron aire fresco a la urbe catalana. También la renovación del aeropuerto y de las instalaciones deportivas ya existentes, además de la creación de algunas nuevas, como el Palau Sant Jordi. Montjuïc, el Estadio Olímpico de la gran cita, fue la joya de la corona. Eso sí, los humoristas de la época no se cortaron a la hora de bromear con las obras relativas a los Juegos y su duración.
3. La creación de Cobi
Es muy posible que se trate de la mascota olímpica más famosa de la historia. El perro humanoide de Javier Mariscal, recibido en un primer momento con escepticismo, acabó conquistando a todos. Al igual que su merchandising, que se vendió como rosquillas. Nada que envidiar a Naranjito (mascota del Mundial de España 82 de fútbol) y Curro (imagen de la Expo de Sevilla también en el 92).
4. Freddie Mercury y Montserrat Caballé
Barcelona, el himno oficial de los Juegos, causó furor interpretado por el líder de Queen y la soprano catalana. Ambos artistas actuaron en los aledaños de Montjuïc en octubre del 88, durante el recibimiento que brindó la ciudad a la bandera olímpica justo después de los Juegos de Seúl. Sin embargo, el fallecimiento de Mercury debido al SIDA en noviembre de 1991 impidió que él y Caballé pudiesen cantar el tema en el 92. La canción fue todo un éxito.
5. La ceremonia de inauguración
El 'Hola' gigante en el centro del Estadio Olímpico, la actuación de los mejores cantantes de ópera españoles, la bailaora Cristina Hoyos a caballo, el segmento sobre el Mediterráneo de La Fura dels Baus, la música del oscarizado Ryuichi Sakamoto, el entonces príncipe Felipe ejerciendo como abanderado de la delegación española… Qué noche la de aquel 25 de julio de 1992.
6. La flecha de Rebollo
Fue el colofón inmejorable para la apertura de los Juegos y posiblemente el momento más icónico de Barcelona 92. Primero, los últimos relevos de la antorcha olímpica a su entrada en Montjuïc, protagonizados por el piragüista Herminio Menéndez y el jugador de baloncesto Epi. Después, el lanzamiento de la flecha de fuego, a cargo del arquero paralímpico Antonio Rebollo. El tiro fue perfecto: cuando el objeto pasó por encima del pebetero del estadio, se accionó el mecanismo para encenderlo y llegó el delirio generalizado.
7. Amigos para siempre
La otra canción de Barcelona 92. Pero cuidado: Los Manolos, que la popularizaron, no la interpretaron en los Juegos Olímpicos (lo hicieron el tenor José Carreras y la soprano Sarah Brightman), sino en los Paralímpicos. Aun así, la versión rumbera gana por goleada a la lírica, con su puntito emotivo.
8. La primera medalla española
El 27 de julio de 1992, el ciclista José Manuel Moreno abrió la veda llevándose el oro en el kilómetro contrarreloj. Su triunfo en el velódromo le convirtió en el primero de los 13 campeones olímpicos españoles en Barcelona. Consiguió su victoria durante la segunda jornada de competición y con récord del mundo incluido.
9. La exhibición de Egerszegi en la piscina
La nadadora húngara, entonces con 18 años, venía de ganar un oro (200 metros espalda) y una plata (100 espalda) en Seúl 88, así que ya tenía cierto prestigio. No obstante, Barcelona supuso su consagración, con tres oros (100 y 200 espalda y 400 estilos) que la convirtieron en una de las grandes estrellas de los Juegos.
10. Martín López Zubero hace historia
Con una trayectoria intachable ya antes del 92, el nadador hispanoestadounidense se llevó otro de los oros de España el 28 de julio. Su distancia favorita, los 200 espalda, le encumbró en las piscinas Bernat Picornell. Había ganado el oro mundial de la distancia en 1991 y consiguió repetir premio en la mejor cita posible. Se convirtió en el primer campeón olímpico de la natación española.
11. El segundo oro olímpico más precoz
Lo consiguió la clavadista china Fu Mingxia en saltos de plataforma desde 10 metros con sólo 13 años y 345 días de edad. Otra clavadista, la estadounidense Marjorie Gestring, le supera gracias a su triunfo con 13 años y 268 días en Berlín 1936 (saltos de plataforma desde tres metros).
12. Vitaly Scherbo, el rey de los Juegos
El gimnasta del Equipo Unificado (lo que quedaba de la Unión Soviética) fue el gran triunfador de Barcelona 92 gracias a sus seis oros en el Palau Sant Jordi: concurso por equipos, concurso individual, potro con arcos, anillas, salto y paralelas. Sólo los intratables Michael Phelps y Mark Spitz, ambos en la piscina, ganaron más medallas de oro que el deportista bielorruso en otras ediciones olímpicas.
13. El judo y la vela se salen
Ambos deportes contribuyeron de forma importante al festival de oros españoles. La judoca vallisoletana Miriam Blasco se llevó el oro en la categoría de menos de 56 kilos el 31 de julio. Fue la primera campeona olímpica española de la historia. Su compañera valenciana, Almudena Muñoz, siguió sus pasos en menos de 52 kilos justo un día después.
En cuanto a la vela, todas sus medallas cayeron el 27 de julio. Los oros fueron para José María van der Ploeg (clase Finn), Francisco Sánchez Luna / Jordi Calafat (clase 470), Theresa Zabell / Patricia Guerra (también 470) y Luis Doreste / Domingo Manrique (clase Flying Dutchman). Por su parte, Natalia Vía-Dufresne ganó una plata en clase Europa.
14. El Dream Team
Cuando Charles Barkley declaró que Angola tenía un problema, podría haberse referido también a las demás selecciones que participaron en el torneo olímpico masculino de baloncesto. El mejor combinado de la historia del deporte masacró a sus rivales en Barcelona por una diferencia media de casi 44 puntos, ganando el oro sin discusión y con un promedio de 117,2 puntos por encuentro. Ese equipo de ensueño estaba hecho para llegar a lo más alto: Michael Jordan, Magic Johnson, Larry Bird, Scottie Pippen, Karl Malone… Magia irrepetible en el Olímpico de Badalona.
15. El ejemplo de Redmond, Devers y Boulmerka
El atleta británico Derek Redmond era uno de los favoritos a ganar el oro en los 400 metros. Sin embargo, se rompió el tendón de Aquiles en semifinales. Lejos de retirarse, decidió terminar su serie, algo que consiguió ayudado por su padre y en medio de un aplauso atronador. La imagen dio la vuelta al mundo. En la prueba de los 400 vallas, por cierto, Kevin Young instauró un récord olímpico y mundial que sigue vigente hoy: 46,78 segundos.
La estadounidense Gail Devers también protagonizó grandes momentos. Después de superar una enfermedad por la que podría haber perdido los pies, ganó unos 100 metros femeninos ajustadísimos: las cinco primeras estuvieron separadas sólo por 0,06 segundos y se necesitó foto finish para conocer a la vencedora. También fue protagonista al tropezarse luchando por el oro en la final de los 100 metros valla. Terminó quinta, cayendo justo sobre la línea de meta.
Por último, la argelina Hassiba Boulmerka ganó los 1.500 metros femeninos después de haber llegado incluso a recibir amenazas de muerte. Algunos grupos musulmanes de su país consideraban que enseñaba demasiado cuerpo al competir. Tuvo que mudarse a Europa para entrenar, pero valió la pena: ganó el oro superando a 200 metros del final a Lyudmila Rogacheva (Equipo Unificado) y marcando el que entonces fue el récord femenino africano en la distancia.
16. La medalla más simbólica
20 años después del atentado terrorista que acabó con la vida de 11 deportistas del país y manchó para siempre los Juegos Olímpicos de Múnich 1972, Israel se reconcilió con los Juegos. La plata de la judoca Yael Arad (menos de 61 kilos) fue la primera medalla olímpica de la historia de la nación. “Fue el mejor momento de mi vida. La victoria en semifinales contra la mujer de Alemania fue la más dulce de todas. Ese día pasé de ser una persona que quería lograr cosas a una que podía hacerlo. Y eso marcó la diferencia”, escribió Arad.
17. La final femenina de los 10.000 metros
Sudáfrica volvía a unos Juegos Olímpicos en los que no competía desde Roma 1960 tras abolir su política racista, el apartheid. Su atleta blanca Elana Meyer fue plata en los 10.000 tras la etíope Derartu Tulu, que consiguió la primera medalla olímpica de la historia para una velocista negra africana. La vuelta de honor que ambas dieron a Montjuïc para festejar el triunfo de Tulu fue otra de las imágenes de Barcelona 92, resultando un gesto inmejorable contra el racismo.
18. El éxito del tenis español
Suya fue la medalla más inesperada según los pronósticos de la organización: la plata de Jordi Arrese. Los resultados del tenista natural de Barcelona en los meses previos a los Juegos de casa no invitaban al optimismo, pero vaya si le fue bien. A punto estuvo de ser campeón olímpico ante el suizo Marc Rosset en la final individual del 8 de agosto, que se alargó más de cinco horas (7-6, 6-4, 3-6, 4-6, 8-6).
Ese mismo día, las dos mejores tenistas españolas de la historia, Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez, ganaban otra plata en dobles femeninos (derrota por 7-5, 2-6 y 6-2 ante Gigi y Mary Joe Fernández). El 5 de agosto, Sánchez Vicario había ganado el bronce en individuales (cayó en semifinales ante a la postre campeona Jennifer Capriati por 6-3, 3-6 y 6-1; no hubo final de consolación).
19. El oro en tiro con arco
La medalla española más sorprendente de todas, dijesen lo que dijesen las previsiones. Quién se iba a imaginar que los arqueros Juan Carlos Holgado, Alfonso Menéndez y Antonio Vázquez iban a ser campeones olímpicos por equipos el 4 de agosto. Pero lo lograron, por delante de Finlandia (plata) y Reino Unido (bronce). Una gesta que, 25 años después, todavía no ha sido igualada.
20. La cúspide del atletismo nacional
Dani Plaza golpeó primero el 31 de julio con su oro en los 20 kilómetros marcha, convirtiéndose en el primer campeón olímpico del atletismo español. Siguió Javier García Chico con su bronce en salto de pértiga, en plena hecatombe del mítico Sergei Bubka, el 7 de agosto. Más tarde, Antonio Peñalver fue plata en decatlón el 9 de agosto. Y la medalla restante, como sabrán, merece apartado propio.
En total, cuatro medallas que convirtieron al atletismo en el segundo deporte que más preseas aportó a España por detrás de la vela. Nunca nos vimos en otra igual compitiendo en el deporte rey de los Juegos. Y hablando de reyes del tartán, por allí estuvo Carl Lewis, haciéndose con dos medallas olímpicas más para su palmarés (salto de longitud y relevo 4x100 metros). No se llevó el oro en los 100 metros, que fue para el británico Linford Christie.
21. Las chicas del hockey hierba
Su deporte apenas tenía tradición en España, pero ellas lograron un oro antológico el 7 de agosto. Cinco meses de entrenamientos en el escenario del torneo olímpico dieron resultado: Canadá, Australia (vigente campeona) y Corea del Sur cayeron antes de la gran final contra Alemania, a la que se derrotó por 2-1. Mari Carmen Barea marcó en el tiempo reglamentario y, tras empatar las alemanas y llevar el partido a la prórroga, Elisabeth Maragall (sobrina de Pasqual, entonces alcalde de Barcelona) anotó el tanto de la victoria. En la fase previa, ambas selecciones habían empatado a dos.
22. El ataque decisivo de Fermín Cacho
El atleta soriano era uno de los favoritos a hacerse con el oro en los 1.500 metros el 8 de agosto. Sin embargo, la final empezó con un ritmo de carrera lento, algo que no le favorecía. Aun así, Cacho controló de cerca a sus principales rivales, en especial al argelino Morceli. A 500 metros para el final, el español era segundo. A unos 300, aprovechó el hueco que le dejó el keniata Chesire y se hizo con el oro: su sprint, arrollador y lanzado poco antes de alcanzar una meta a la que ya llegó celebrando su éxito, con los brazos en alto, fue inapelable. Personificó mejor que nadie el éxito del deporte español en Barcelona.
23. El gol de Kiko
Poco después de que Fermín Cacho diese una de las alegrías más inmensas a la delegación española, la selección de fútbol conquistó el oro frente a la de Polonia en el Camp Nou. Invictos en el torneo, los Guardiola, Luis Enrique, Alfonso, Solozábal y compañía sufrieron para imponerse en la final.
Kowalczyk adelantó a los polacos justo antes del descanso, Abelardo empató en el 65 y Kiko puso el 2-1 para España en el 70. Sin embargo, Staniek convirtió el 2-2 en el 75. Cuando todo parecía indicar que habría prórroga, Kiko volvió a marcar para colocar el 3-2 decisivo en el marcador. Corría el minuto 90 y se acababa de lograr uno de los goles más importantes de la historia de nuestro fútbol.
24. La agonía del waterpolo
Fue la plata más agridulce de la delegación española (además de las ya comentadas, Faustino Reyes ganó otra en boxeo [peso pluma] y Carolina Pascual una más en gimnasia rítmica [concurso completo individual], ambas el 8 de agosto). La selección masculina había hecho soñar con el oro a todo el país gracias a un torneo prácticamente impecable.
Pero Italia fue demasiado cruel con una gran España el 9 de agosto, poco antes de la clausura olímpica. Manel Estiarte encabezaba un grupo inolvidable (Jesús Rollán, Pedro García Aguado, Miki Oca, Dani Ballart, 'Chava' Gómez…) que perdió, tres prórrogas mediante, una final cargada de tensión, emoción y espectáculo. Todo terminó con un 9-8 en contra tras un tiro de Oca que, como regodeo en el dramatismo, se fue al palo. Aunque el orgullo se antepuso a todo lo demás: el equipo español acababa de lograr una sexta posición histórica en el medallero de Barcelona gracias a sus 22 preseas (13 oros, siete platas y dos bronces).
25. “Atletas, bajen del escenario”
La ceremonia de clausura no sólo dejó para la posteridad el número cómico de Tricicle o el adiós de Cobi surcando los cielos en un barco de papel. También la traca final rumbera de la mano de Peret, Los Amaya y Los Manolos. La interpretación de Gitana Hechicera invitó tanto a desmadrarse que los deportistas invadieron el escenario y estuvieron a punto de hacerlo ceder. “Atletas, bajen del escenario”, pidió por megafonía la voz en off del acto, el recordado Constantino Romero. Fue el punto casi imperfecto (al final, no pasó nada) de unos Juegos que, tras 16 días increíbles, alcanzaron la perfección absoluta.