La RFEF de Pedro Rocha manipuló una oferta lusa por los derechos de TV de Copa y Supercopa

Alfredo Olivares, director ejecutivo de la RFEF, comunicó a los clubes miembros del Órgano de Control la propuesta, aunque fue la Federación presidida por Pedro Rocha y no la televisión portuguesa quien asignó el valor correspondiente a cada uno de los bloques ofertados. 

Necesitaba urgentemente la Federación la aprobación de la propuesta ante la inminente disputa de los partidos de las semifinales de la Copa del Rey. Por ello, Olivares alteró de forma irregular las cantidades asignadas a cada uno de los paquetes en solo 48 horas tras haber sido rechazada la oferta en una primera votación que tuvo lugar el 21 de febrero. 

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Aquella primera distribución daba 100.000 euros por los tres partidos de la Copa del Rey de esta temporada y 40.000 euros por las ediciones del próximo año de la Copa y de la Supercopa, 20.000 por cada una. 

Sin embargo, el Órgano de Control rechazó la oferta de Sport TV por no cumplir con las expectativas. Fue entonces cuando dos días después, el 23 de febrero, Alfredo Olivares volvió a escribir a todos los miembros para que votaran de nuevo la propuesta.

La sorpresa fue que la RFEF alteró las cantidades presentadas sólo dos días antes y entonces se apoyó en un informe externo de Sportradar, una empresa que asesora sobre la venta de derechos internacionales. 

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La RFEF intercambió entonces las cantidades asignadas a los bloques de la Copa del Rey para esta temporada y para el próximo curso. Esta decisión afectaba a lo que recibirían los clubes que habían llegado este año hasta las semifinales - Real Sociedad, Atlético de Madrid, RCD Mallorca y Athletic Club-, siendo estos claramente perjudicados. 

La propuesta con esta alteración indiscriminada fue aprobada entonces por el Órgano de Control, aunque hubo un club que se quejó por la opacidad de todo el proceso y por haber sido la RFEF, y no el operador, quien asignara el valor a cada uno de los bloques.

De hecho, no se entendió por qué hubo que volver a votar una oferta que había sido ya rechazada y que en su cuantía final no había mejorado. La irresponsabilidad de la RFEF en la ejecución en el proceso podría acarrear responsabilidades legales tanto a Pedro Rocha como a Alfredo Olivares. 

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Precisamente, Alfredo Olivares fue uno de los íntimos de Luis Rubiales que llegaron junto a él a la RFEF. En un principio se postuló hasta para ser su secretario general, pero, finalmente, fue Andreu Camps el que ocupó ese puesto. 

Alfredo Olivares es conocido como 'El Salobreño' entre los directivos de la RFEF, ya que fue uno de los asistentes a la fiesta que organizaron Rubiales y su amigo Nené, ahora ambos imputados, en la localidad granadina. 

Clan Granada: directivos, jueces y amigos

La trama de contratos irregulares y mordidas procedentes de la RFEF de la que se le acusa a Luis Rubiales de liderar tiene muchos vínculos con Granada, su provincia natal. Otros imputados como Pedro González Segura -director jurídico de la RFEF-, Ángel González Segura -directivo de la constructora Gruconsa-, Israel Dorado Peregrina -exgerente de Granada CF y testaferro de la trama en República Dominicana- y el propio Francisco Javier Martín Alcaide 'Nene' son granadinos de nacimiento. 

Durante sus años al frente de la RFEF, Rubiales se rodeó de paisanos y amigos. El 'clan de Granada' era poderoso en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Varios granadinos ocuparon puestos de dirección, intermedios e incluso en los órganos de disciplina deportiva, como Marcos Galera López.

El granadino Marcos Galera López llegó a la RFEF de la mano de Rubiales y ocupa el puesto de juez instructor y de disciplina deportiva. Licenciado en Derecho por la Universidad de Granada es CEO del Grupo Agaz Abogados. 

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Otro granadino que se ha visto involucrado por los informes de la Guardia Civil en la Operación Brody es Rafael Caballero. Este empresario afincado en Mallorca y presidente de la revista Grupo Preferente fue utilizado por Rubiales y Nene como supuesto contacto para un negocio en Cabo Verde.

Sin embargo, Rafael Caballero, en unas declaraciones a El Cierre Digital, afirmó no saber "nada de ese negocio" y que "había sido utilizado por Francisco Javier Martín Alcaide en varias ocasiones a su libre capricho". Este, según el empresario, fue el motivo de su distanciamiento hace ya varios meses tras más de una década de amistad.

En Granada también montó Rubiales una empresa para construir pisos turísticos junto a varios miembros de la cúpula de la RFEF. El entonces presidente presionó a sus directivos, les ocultó datos y aún les debe 700.000 euros por la venta de acciones de la sociedad GRX Export PRO en la que figuraban Chema Timón (director de gabinete de la RFEF), Antonio Gómez Reino (director de relaciones institucionales), Rubén Rivera (director de Márketing de la Federación), Albert Luque (director deportivo de la Selección) y Tomás González Cueto (comisionado externo).