El director de la zarzuela boicoteada: "Es un acto de puro fascismo"
Un grupo de espectadores se rebela y paraliza la función de '¡Cómo está Madriz!', la polémica obra protagonizada por Paco León y dirigida por Miguel del Arco.
9 junio, 2016 18:23Noticias relacionadas
Hay dos momentos en la zarzuela ¡Como está Madriz! -dirigida por Miguel del Arco y protagonizada por Paco León- que acostumbran a herir las sensibilidades de una minoría del público de la obra, según fuentes del Teatro. "Hay una escena que consiste en un trío de ratas -que simulan a tres ladrones-. En ese montaje salen fotografías de políticos imputados o encarcelados: Puyol, Bárcenas, Camps... siempre hay alguien del público que se levanta y se va". El segundo instante polémico se desarrolla en un club de prostitución. "Entonces entra un cura y le hacen una felación". Los profesionales implicados en la obra están hechos a comentarios del tipo "Esto es un panfleto", "Es apología de Podemos", "Si Chueca [autor de la música] levantara la cabeza"... Muchos farfullan algo en voz baja y se marchan indignados. Pero lo de ayer fue distinto.
"Fue un ataque de un grupo de energúmenos", explica Miguel del Arco. "Hay que ponerlo en proporción: el teatro estaba hasta la bandera, había más de mil personas. Toda una fila se levantó y comenzó a gritar, a silbar y a insultar". Del Arco comprende que "ante el disgusto", uno pueda "poner una reclamación, levantarse, esperar al final y patalear en vez de aplaudir o irte a las redes y ponerme a caldo", pero aquello fue "intolerable". Tuvieron que parar la función.
Contra la 'Municipalidad'
"Es curioso, porque no se desarrolló en ninguno de los dos momentos más polémicos [ya citados], sino en un instante cómico y bastante intrascendente", evoca el director. "Se dio durante la aparición de una serie de alegorías... sinceridad, transparencia... y durante la transparencia aparece la Municipalidad, que está endeudada". Llama la atención que justo ayer la alcaldesa, Manuela Carmena, se encontrase en la sala. Se ha especulado con que pudiese ser también un ataque contra ella, pero Del Arco no lo cree: "No pienso que Carmena haya desencadenado esto, pero igual a estos salvajes les sirvió de aliciente ver a la alcaldesa... si venían dispuestos a la jarana, cualquier cosa les vale".
El autor aclara que el momento Municipalidad no lo ha inventado él: "Está en la obra original, y me gustaría recordárselo a esos entendidos y defensores de la pureza que me recriminan que no he sido fiel... lo que ocurre aquí es que suelen ser muy ignorantes y se olvidan de los orígenes". No piensa ceder a "convertir la zarzuela en el género casposo que ellos dicen defender".
No pienso que Carmena haya desencadenado esto, pero igual a estos salvajes les sirvió de aliciente ver a la alcaldesa... Si venían dispuestos a la jarana, cualquier cosa les vale
No sabe -y prefiere no hacer conjeturas- si se trató o no de un boicot organizado desde antes de ver la obra: "Era un grupo de personas que venían juntas, parecían hooligans. Hubo un momento en que continuar con la función era imposible: sus gritos se confundieron con los del resto del público que asistía, que les pedía que se callaran y les decían que eso era una falta de respeto, que los dejaran escuchar, que a ellos les estaba gustando". Fuentes del Teatro sí que respaldan la teoría del escrache ya previsto: "Llevaban silbatos".
En cualquier caso, sostiene el director, fue un acto "de puro y duro fascismo". Los actores intentaron no interrumpir su trabajo, pero, ante la sangría verbal, Paco León se detuvo, se volvió ante las gradas y pidió respeto. Al final era un todos contra todos: la fila del boicot gritando que esa obra les ofendía, el resto de los asistentes intentando acallarles, el equipo exigiendo consideración hacia su trabajo...
"El jefe de sala y los empleados de la Zarzuela invitaron a los espectadores descontentos a marcharse. Una vez fuera del teatro, creo que acabaron pegándose entre ellos", relata el director. ¡Cómo está Madriz! continuó a pesar de las intentonas de derribo: "Los actores retomaron su trabajo con más energía y con más humor, ¿sabes? Ya se han ido blindando...". Los insultos y los desaires les son constantes. "No podemos ni queremos hacer otra cosa que seguir", sonríe Del Arco. Y además, con el feliz desenlace: "Si eran mil personas, 988 acabaron bailando y aplaudiendo encantados. Manuela Carmena entre ellos".