El desplante del embajador de Irán a Letizia y la cara de la Reina al no darle la mano
Los Reyes han ofrecido la tradicional recepción anual al Cuerpo Diplomático.
25 enero, 2023 13:48El histórico y emblemático Palacio Real de Madrid ha sido escenario de un tenso momento protagonizado este miércoles, día 25 de enero, por la reina Letizia (50 años) y Hassan Ghashghavi (65), el embajador de la República Islámica de Irán.
Como cada año, los Reyes han recibido al Cuerpo Diplomático acreditado en España, compuesto, en total, por 126 embajadas residentes en nuestro país y casi 800 Consulados, 153 de carrera y más de 600 honorarios.
A las 12 horas en punto de la mañana, comenzaba el besamanos por el que pasaban los invitados de Sus Majestades para saludar a los anfitriones. Uno de los primeros en acceder a la estancia donde se encontraban Felipe VI y Letizia fue el diplomático iraní que reside como embajador en España desde 2019.
Tras ser presentado, Ghashghavi entra, camina con paso firme hacia los soberanos, estrecha la mano del rey Felipe VI (54) y, en el instante en que le toca saludar a la Reina, se lleva la mano al pecho, pero pasa de largo. Letizia, consciente de la situación mantiene la mirada hasta que el embajador abandona la sala, cuando ella gira la cabeza para dar la bienvenida a la siguiente persona: la embajadora de la República de Croacia.
Pero ¿por qué el máximo representante de la República Islámica de Irán en nuestro país ha hecho ese desplante a la reina Letizia? Según apunta a EL ESPAÑOL Marina Fernández, directora de Comunicación y Relaciones Internacionales del Grupo Escuela Internacional de Protocolo "es un tema de contacto físico entre hombres y mujeres en público. El protocolo nace de las costumbres y tradiciones de los pueblos y, en Irán, las mujeres y los hombres no se tocan en público".
Efectivamente, tal y como señala la experta interpelada por este periódico, para los musulmanes más conservadores, el contacto físico entre personas de distinto sexo está taxativamente prohibido a menos que estén casados o sean familiares directos, es decir, de primer grado. No sucede así con los hombres, que se saludan hasta con tres besos.
En Irán, desde la revolución islámica de 1979, los apretones de manos entre hombres y mujeres quedaron proscritos de la esfera pública. El gesto de llevarse la mano derecha al corazón -que para ellos es la mano del honor- ante una dama se convirtió en la imagen de marca de sus diplomáticos.
Jatamí, un precedente
En el año 2002, el expresidente iraní Mohammad Jatamí visitó España, aunque la organización de su estancia en nuestro país no fue fácil de organizar. "La visita estuvo a punto de caerse", explica Marina Fernández, "por las tres condiciones, muy complicadas de aceptar por parte de Casa Real y Moncloa que intentaron imponer desde Irán".
"Los iraníes pidieron que, en presencia del presidente Jatamí, las mujeres españolas llevaran la cabeza velada. Segundo, pidieron que no hubiera ningún tipo de contacto físico entre el presidente y las mujeres de la delegación española -entre ellas, por supuesto, la reina doña Sofía-; y tercero y último: pidieron que en la cena de gala, en el Palacio Real, ofrecida a la delegación iraní no se sirviera alcohol. Esto estuvo a punto de echar al traste la visita", continúa Fernández.
Y prosigue: "Lo primero que te pide el cuerpo es decir, 'bueno, pues que no venga', pero, claro, si te pones a pensar... Era el año 2002, Jatamí fue primer líder de esa parte del mundo que se alinea con Occidente después de la caída de las Torres Gemelas, permitió que las mujeres iraníes se bañasen en el mar -eso sí, totalmente cubiertas-, que fueran a la Universidad. Para nosotros es difícil de comprender, pero fue un líder aperturista, y el protocolo no se puede interponer en el camino de las relaciones internacionales. Al revés, el protocolo está para ayudar".
"El protocolo es lo más flexible que existe y hubo que negociar para que la visita saliera adelante. Se negoció y se decidió que las mujeres españolas no irían tocadas, pero la reina doña Sofía fue absolutamente cubierta. Sin velo, pero totalmente cubierta en su atuendo. Si yo no te cuento esto, ni te fijas. El ojo entrenado no ve diferencia", expresa la directora de Comunicación y Relaciones Internacionales del Grupo Escuela Internacional de Protocolo.
"En el tema del saludo: Jatamí no tocó a la reina Sofía. Colocó la mano derecha sobre su corazón e hizo una pequeña reverencia. Y respecto al vino, desmontaron la tradicional cena de gala, se hizo un cóctel distribuido por las distintas estancias del Palacio Real. En las de la delegación iraní no hubo alcohol; en las de España, tierra productora de vinos y cavas, sí", concluye.
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