La ministra de Sanidad, Mónica García, tras la celebración de un Consejo Interterritorial.

La ministra de Sanidad, Mónica García, tras la celebración de un Consejo Interterritorial. Europa Press

Salud

Por qué el nuevo Plan de Salud Mental de Sanidad sí convence ahora a psicólogos y psiquiatras: "Nuestra oposición ha decaído"

La segunda versión del texto, que se somete a votación este viernes en el Consejo Interterritorial, cuenta con el aval de todas las sociedades científicas.

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El Ministerio de Sanidad volverá a buscar este viernes el consenso de las comunidades con el Plan de Salud Mental. En su primera versión fue rechazado, en un Consejo Interterritorial extraordinario celebrado el pasado 14 de febrero, con la oposición frontal de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM).

Su presidenta, Marina Díaz Marsá, asegura a EL ESPAÑOL que la mayoría de las alegaciones que han presentado, después de "dos reuniones presenciales y llamadas telefónicas", se incluyen en el nuevo texto, que cuenta con el aval de todas las sociedades científicas de Psiquiatría y Psicología.

Uno de los puntos que más críticas había recibido por parte de los psiquiatras era el de la deprescripción de los psicofármacos, ya que consideraban que estigmatizaba a las personas que consumen estos medicamentos. En el redactado actual, se incluye el término "uso racional de psicofármacos".

Aunque desde Sanidad estaban "preocupados por la psiquiatrización de la vida cotidiana", por lo que sí que se utiliza el concepto de "deprescripción" para hacer referencia a "antidepresivos e hipnosedantes según la evidencia científica, en aquellos casos en que esté indicado y en el malestar de la vida cotidiana". Como explica la presidenta de la SEPSM, han cedido en este apartado porque la prescripción de estos fármacos "se hace mucho en Atención Primaria (AP) y luego no se revisa".

Según la última Encuesta sobre alcohol y otras drogas en España (EDADES), con datos de 2024, al menos un 5% de la población de 15 a 64 años ha excedido el consumo en tiempo de hipnosedantes. Por ello el Ministerio promoverá que técnicos independientes elaboren una guía de práctica clínica para el uso adecuado de psicofármacos.

Regulación de la psicoterapia

El vocal adjunto a la presidencia del Consejo General de la Psicología, Fernando Chacón, cree que, además de guías técnicas y formación de profesionales, "uno de los problemas que hay por el abuso de los psicofármacos es que no existe intervención psicológica" por la falta de recursos humanos.

Desde el Consejo General de Psicología, entidad que agrupa a todos los colegios de psicólogos de España, reconocen que, aunque no han sido invitados a participar en este plan, su oposición ya "ha decaído" después de que se eliminara que la regulación de la psicoterapia se iba a realizar mediante un certificado al que sólo podían acceder los especialistas titulados por el Sistema Nacional de Salud.

"Ahora lo han dejado muy light", dice Chacón. "Porque simplemente hablan de crear un grupo de trabajo que iniciará un diálogo para presentar un informe a la Dirección General de Ordenación Profesional". Es probable que participen en él y confían en que de esta forma no sólo se regule, sino que también sirva para que se lleve a cabo un tratamiento que combine psicoterapia y psicofármacos, puesto que lo que se produce actualmente en AP es "un exceso de consumo" de estos últimos.

Acreditar más plazas

Respecto a la necesidad de un mayor número de profesionales, psiquiatras y psicólogos, se aumentó el índice de calidad que medía esta variable de un 80% al 100%. Sin embargo, como el incremento del porcentaje en este criterio no aumenta el número de profesionales porque ya se ofertaban el 100%, se ha incluido en el plan un punto en el que se menciona la creación de grupos de trabajo para que las comunidades incrementen el número de plazas acreditadas.

Desde la SEPSM no ven con malos ojos la figura de los pacientes con experiencia en primera persona en la atención en la salud mental, pero entienden que, en comparación con éste y otros puntos del plan, es "mucho más necesario" que se aumente el número de profesionales, teniendo en cuenta que dentro del Sistema Nacional de Salud hay 9 psiquiatras y 6 psicólogos clínicos por cada 100.000 habitantes. Ambas cifras distan mucho de la media europea.

El término "trastorno mental"

En el redactado que el Consejo Interterritorial rechazó en febrero no se incluía el concepto "trastorno mental". En todo momento se hacía alusión a "problemas de salud mental" cuando, como apunta Díaz Marsá, "en algunas de las consideraciones que había no tenían que ver con problemas de salud mental, sino con trastornos mentales".

En este sentido, el nuevo plan también plantea acciones como crear una guía de identificación y comunicación de la sospecha de trastornos mentales derivados del entorno laboral o la vigilancia de los trabajadores expuestos a riesgos psicosociales.

Una financiación "insuficiente"

Además de las ya mencionadas, otra de las reivindicaciones de los psiquiatras que ha sido aceptada es la de incluir en el texto que el Plan de Salud Mental tiene que estar basado "en el modelo biopsicosocial" para que se tengan en cuenta los aspectos biológicos, psicológicos y sociales que influyen en las enfermedades mentales. También se han añadido alternativas a la hospitalización que incluyen el incremento de hospitales de día y programas psicoterapéuticos intensivos.

La ministra de Sanidad, Mónica García, en la rueda de prensa posterior al 'no' del Consejo Interterritorial al Plan de Salud Mental.

La ministra de Sanidad, Mónica García, en la rueda de prensa posterior al 'no' del Consejo Interterritorial al Plan de Salud Mental. EFE

Con todo, la aprobación del nuevo Plan de Salud Mental recae ahora sobre las comunidades, que tomarán su decisión, a diferencia de la anterior ocasión, sabiendo la memoria económica con la que cuenta este plan para llevarlo a cabo. La financiación inicial es de 39 millones de euros.

Desde la SEPSM habían pedido que se asociara el presupuesto a cada uno de los puntos, pero su petición ha sido desestimada. Díaz Marsá cree que "algo se podrá hacer" con esta cuantía. Aunque ve "imposible que con ese presupuesto se llegue a todo lo que se quiere hacer".

Chacón, por su parte, se muestra más contundente: "39 millones es una miseria". Para demostrar qué tan insuficiente es esta cifra, pone como ejemplo que para incluir a un psicólogo en cada centro de AP costaría unos 200 millones. "Y no es que sea una barbaridad. Aunque la cuestión no es esa, sino generar más plazas de profesionales en el SNS".

"Es mejor que nada", comenta a este periódico Antonio Cano, catedrático de Psicología en la Universidad Complutense. "Aunque no parece una gran inversión si se estima que los costes de la salud mental suponen casi un 5% del PIB". Pese a no haber participado en este nuevo plan, sí que ha trabajado en estrategias anteriores. Y aunque entiende que, en este caso también, "es mejor que se haga algo", desconfía que con "la batalla política" se vaya a alcanzar un consenso en el ámbito de la salud mental en nuestro país.