Una doctora examina a una paciente.

Una doctora examina a una paciente. Efe

Salud

'Cuidado' si tu médico es varón: un estudio apunta que tienes más riesgo de morir que si es una mujer

La diferencia en los resultados de la atención es mayor cuando la paciente es mujer que si se trata de un hombre.

23 abril, 2024 02:59

En los últimos años se han ido haciendo visibles la brecha en la atención a la salud de las mujeres, generalmente por una medicina que estudiaba al hombre y se conformaba con extrapolar sus conclusiones a la mujer. Pero hay otra brecha en función del sexo, esta vez el de la persona que ofrece esa atención médica: si es mujer, la mortalidad del paciente es menor.

Así lo concluye un estudio que ha sido publicado en Annals of Internal Medicine y que analiza 776.927 mayores de 65 años pacientes hospitalizados entre 2016 y 2019 en Estados Unidos bajo la atención del programa Medicare, el servicio público de salud para personas mayores, y atendidos por hospitalistas, médicos que coordinan la atención en pacientes ingresados.

Un equipo de investigadores de varias universidades norteamericanas, liderados por Atsushi Miyawaki, del Departamento de Investigación en Servicios de Salud de la Universidad de Tokyo, ha observado las diferencias en las tasas de reingreso a 30 días y la mortalidad por cualquier causa de los pacientes en función de si su médico era hombre o mujer.

[Una de cada diez mujeres en España sufre una enfermedad del corazón grave sin saberlo]

También han separado los resultados en función del sexo del paciente y del tipo de patología.

Lo conclusión a la que han llegado es clara: si bien las diferencias no son escandalosas, ser atendido por una médica se asocia a menores tasas de reingreso y mortalidad. Esto es evidente, sobre todo, cuando el paciente es una mujer.

Así, ser atendido por una mujer influía en una mejoría en la mortalidad de 0,08 puntos porcentuales independientemente del sexo del paciente. Pero, si la paciente era una mujer, esa mejoría ascendía a 0,24 puntos porcentuales.

Los propios autores del estudio señalan que, si bien puede parecer una diferencia escasa, se observa su importancia al traducirla a números absolutos: estaríamos hablando de 1 muerte de más por cada 417 ingresos.

En el caso de los reingresos, la diferencia se extiende hasta casi medio punto (0,48), lo que implicaría una readmisión hospitalaria por cada 208 hospitalizaciones.

[Por qué el lupus es más agresivo en hombres aunque el 90% de los casos se da en mujeres]

Diferenciando por categoría diagnóstica, las mayores diferencias en mortalidad según el sexo del paciente se dieron en las enfermedades de los riñones y el sistema urinario, donde alcanzaban los 0,63 puntos porcentuales, pero, sobre todo, en las enfermedades del sistema nervioso, con 0,94 puntos porcentuales.

En cuanto a la probabilidad de reingreso, también se hallaron grandes diferencias en las enfermedades del sistema urinario (0,86 puntos) pero, sobre todo, en las del aparato digestivo: 1,31 puntos de diferencia.

Curiosamente,la brecha en esta última categoría se debe a que, mientras que la atención por parte de médicas beneficia a las mujeres, la atención de los médicos lo hace a los hombres.

Subestimar los síntomas

Los autores apuntan a varias razones para explicar estas diferencias. La primera de ellas es que los médicos varones pueden subestimar la gravedad de los síntomas en las mujeres. De hecho, estudios previos han evidenciado esta infraestimación en patrones de dolor, síntomas gastrointestinales y cardiovasculares, mientras que otro observó lo mismo para el ictus.

"La subestimación de los síntomas y riesgos entre las pacientes mujeres pueden resultar en una atención incompleta o tardía, conllevando, en última instancia, a unos peores resultados", afirman los autores.

Por otro lado, apuntan que ser tratado por una mujer puede asociarse con una comunicación más efectiva y centrada en el paciente, y es que fallos en la comunicación pueden traducirse en un diagnóstico y un tratamiento menos precisos.

[Por qué el cáncer afecta más a los hombres que a las mujeres]

También señalan que estas diferencias por el sexo del médico podían deberse también a la posible vergüenza, el tabú y la incomodidad asociada a las exploraciones físicas.

Carme Valls Llobet, endocrinóloga especialista en medicina con perspectiva de género, ha señalado al Science Media Centre que los estudios previos, "hasta la fecha no se habían correlacionado con una disminución de la mortalidad y una disminución de la tasa de readmisión si [los pacientes] eran tratados por una médica".

Para la experta, que dirige el programa 'Mujer, salud y calidad de vida' en el Centro de Análisis y Programas Sanitarios (CAPS), este trabajo, "de buena calidad, con buen análisis estadístico", debería seguirse, en el futuro, de otros trabajos que estudien "si se trata solo de tomar más en serio los síntomas y signos de las pacientes mujeres,o hay alguna otra diferencia que se debería observar y que en el futuro podrían aplicar también los médicos varones".

Un estudio previo, publicado en JAMA Internal Medicine, ofrecía una panorámica de la atención según el sexo del médico en más de 1,5 millones de pacientes atendidos por Medicare entre 2011 y 2014, midiendo la mortalidad a los 30 días del ingreso la tasa de hospitalizaciones reincidentes.

Los autores del trabajo, afiliados a Harvard y al Hospital General de Boston, observaron que los médicos varones atendían a un mayor número de pacientes anualmente: 180,5 frente a 131,9 de media.

[Los hombres, cada vez más sanos: su vida con salud crece el doble de rápido que la de las mujeres]

En este caso, la mortalidad y los reingresos disminuían 0,43 y 0,55 puntos porcentuales, respectivamente, cuando el paciente era atendido por una médica.

Las diferencias fueron significativas en los casos de sepsis, insuficiencia renal aguda y arritmias. En cambio, no se observó el mismo nivel en insuficiencia cardiaca, infección urinaria y hemorragia gastrointestinal.

Los investigadores señalaban que ellas dedican más tiempo a cada paciente, lo que podía explicar esta diferencia, y concluían que, si se supera esta brecha en la atención, se podría evitar la muerte de 32.000 personas al año en Estados Unidos.

El nuevo trabajo añade a estas indagaciones el efecto de la atención no solo según el sexo del profesional médico sino también el sexo del paciente.

Miyawaki y sus compañeros señalan que su estudio no puede eludir ciertas limitaciones a la hora de realizar sus conclusiones.

La primera es que, al tratarse de un estudio observacional (basado en el análisis de unos datos ya existentes), no han podido eliminar posibles variables que puedan influir en los resultados finales.

Además, Medicare ofrece servicios sanitarios solo a la población mayor, por lo que no se conoce si este efecto se produce también en individuos más jóvenes.