Los hombres, cada vez más sanos: su vida con salud crece el doble de rápido que la de las mujeres
Entre 2006 y 2021, la brecha en años vividos con buena salud se ha reducido en dos años.
1 noviembre, 2023 03:55El pasado 2021 marcó la mayor diferencia en esperanza de vida entre hombres y mujeres de los últimos 10 años: 5,9 años separan a ambos grupos de población, según un informe publicado recientemente por el Ministerio de Sanidad. Sin embargo, hay una distancia que se está estrechando cada vez más, la de los años que hombres y mujeres viven con salud.
En 2021, la esperanza de vida al nacer fue —redondeando— de 80,3 años en hombres y 86,1 en mujeres. Los años de vida saludables fueron, respectivamente, 77,4 en hombres y 81,4 en mujeres.
La diferencia, en este caso, es de cuatro años, ligeramente mayor a las cifras prepandemia. En 2019 fue de 3,8 años, casi dos años menos que en 2006, cuando marcaba 5,6 años. Entre ambos años, la esperanza de vida saludable creció 3,5 años en hombres, duplicando los 1,7 años que creció en las mujeres.
"La reducción de esta diferencia a lo largo del periodo podría reflejar un incremento relativo del riesgo de muerte en las mujeres respecto de los hombres", reza el informe, "como de hecho se observa analizando el aumento de la esperanza de vida entre 2006 y 2019 en uno y otro sexo: 3,2 en hombres y 2,2 en mujeres".
Dando la vuelta a estos datos, el documento también concluye que, mientras los años de vida con limitaciones funcionales en hombres han disminuido en este periodo de tiempo (de 3,2 a 2,8 años), en las mujeres han aumentado: de 4,3 a 4,7 años.
Es decir que, al mismo tiempo que los hombres viven con una salud cada vez mejor, las mujeres pasan cada vez más tiempo en situaciones de discapacidad funcional, sobre todo después de los 80 años.
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"Como indicador de salud, la esperanza de vida no es de los mejores", sostiene Óscar Zurriaga, presidente de la Sociedad Española de Epidemiología, "pero lo usamos mucho para decir que tenemos una de las mayores esperanzas de vida del mundo y que somos un país súper saludable... Y no es así exactamente".
Cuando hablamos de años de vida saludables el indicador mejora, "pero solo un poquito". La brecha en la esperanza de vida (saludable o no) entre hombres y mujeres existe en todos los países.
La reducción de la misma la achaca Zurriaga a dos factores: la incorporación de la mujer al trabajo, "relativamente reciente en términos generacionales", y la asimilación de hábitos de vida que incrementan el riesgo de problemas de salud.
El mazazo del tabaco
"El tabaquismo marcaba la diferencia. Esta era muy elevada hace 20 o 30 años y, a partir de entonces, se ha ido estrechando hasta ser similar en los más jóvenes".
Un ejemplo paradigmático de esto es el cáncer de pulmón. Mientras que la incidencia del tumor en España se ha mantenido estable y ligeramente a la baja entre los hombres en las últimas tres décadas, entre las mujeres se ha duplicado, como mínimo.
Mónica Granja, oncóloga del Hospital Clínico San Carlos de Madrid y secretaria científica de la Sociedad Española de Oncología Médica, señala que, de forma general, el cáncer afecta más a hombres que a mujeres.
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"Cada vez existen más datos de que las diferencias de sexo y género afectan a la epidemiología, la fisiopatología, la clínica y la supervivencia del cáncer". Variaciones a nivel genético, de producción de estrógenos y del sistema inmunitario, explican las posibles diferencias (además, claro está, de los factores ambientales).
La médica recuerda que la máxima diferencia en la esperanza de vida entre hombres y mujeres se dio en 1992: siete años separaba un sexo de otro. Las enfermedades del corazón y los factores de riesgo de la dieta y el tabaco explicaban la brecha, pero la tendencia se ha revertido por la incorporación de la mujer a los factores de riesgo, "especialmente el tabaquismo".
Más vida pero peor salud
Óscar Zurriaga recuerda que, aunque en términos absolutos las mujeres sigan teniendo más años con calidad de vida que los hombres, su salud percibida "siempre es peor que la de los hombres".
Los datos de la última Encuesta Nacional de Salud, que se refieren a 2017, revelan que el 74% de la población española percibe su salud como buena o muy buena, pero, desglosando por sexos, lo hacen el 77,8% de los hombres por el 70,4% de las mujeres.
La salud percibida es similar en las primeras etapas de la vida. La brecha comienza a partir de los 15 años, con su punto álgido en la franja de edad entre los 65 y los 74 años: el 61,6% de los hombres ven de forma positiva su salud, por el 48,5% de las mujeres. Es decir, 13 puntos porcentuales de diferencia.
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Lorenzo Armenteros, responsable del área de salud de la mujer de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, coincide con ese diagnóstico. "Las mujeres viven más pero con una peor calidad de vida. Se sabe desde hace tiempo".
Por ejemplo, las enfermedades osteomusculares, que aumentan con los años, son más prevalentes en mujeres "y tienen una relación directa con la calidad de vida por el dolor, la incapacidad de moverse y el aislamiento".
También les afectan más los ictus, las alteraciones cardiológicas e isquémicas y las enfermedades neurodegenerativas aunque, como señala Óscar Zurriaga, se debe que, al vivir más años, dan la oportunidad de aparecer más enfermedades.
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Armenteros, por su parte, continúa enumerando diferencias. "Sabemos que los diagnósticos son más tardíos, hay una resistencia mayor a determinados síntomas y por tanto, cuando se diagnostican, las enfermedades están más avanzadas".
El médico de familia también apunta hacia un mayor consumo de benzodiacepinas (de efectos ansiolíticos) y antidepresivos. "Es mucho más alto en mujeres; estos medicamentos, en personas de edad, pueden conllevar alteraciones que aumenten el riesgo de caída y sus consecuencias".
Recuerda, además, que las mujeres, al tener mayor esperanza de vida que los hombres, tienen más riesgo de quedarse solas. Unido a los cambios sociales que han hecho aumentar la distancia con los hijos —"antes convivían con ellos y los nietos"— afecte más a sus últimos años.