El número de nacimientos en España ha ido cayendo de forma anual desde 2008.

El número de nacimientos en España ha ido cayendo de forma anual desde 2008. Pablo García Santos

Salud

No hay nacimientos en España para tantos ginecólogos: "Van a sobrar médicos en unos años"

Entre 2008 y 2022, el número de nacimientos se redujo un 40% mientras que el de especialistas en Ginecología y Obstetricia aumentó un 28%.

16 marzo, 2024 02:19

En 2023, España marcó un mínimo histórico del número de nacimientos: 322.075 según los datos provisionales publicados por el Instituto Nacional de Estadística. La cifra está por debajo de las proyecciones que había realizado el instituto años atrás. Sin embargo, hay más médicos ginecólogos que nunca y la tendencia en los próximos años es que haya cada vez más.

Los nacimientos en España marcaron un máximo en 2008, en las postrimerías del boom del ladrillo y a las puertas de la Gran Recesión. Se registraron 519.779, la cifra más alta de las tres décadas anteriores. El número de especialistas en Ginecología y Obstetricia trabajando en el sistema público de salud por entonces era de 3.638

Década y media después, en 2022 (el último año con datos consolidados), el número de bebés nacidos se había reducido un 40%, hasta los 329.251. El de médicos especialistas, en cambio, ha crecido un 28%, hasta los 4.667.

Combinando estas dos tendencias, observamos que el número de nacimientos por cada ginecólogo en España se ha reducido a la mitad: de 142,9 nacimientos por especialista en 2008 a 70,5 en 2022.

"Es una pasada", reconoce Beatriz González López-Valcárcel, investigadora del grupo de Economía de la Salud y Políticas Públicas de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y autora, junto a Patricia Barber, de los informes periódicos sobre la oferta y la necesidad de especialistas médicos en la sanidad pública, el último de los cuales abarca el periodo de 2021 a 2035.

"Son datos muy fiables porque nos los proporcionan las comunidades autónomas de forma estandarizada", explica, por lo que la tendencia ha sido clara: a medida que se reducían los nacimientos en España iba aumentando el número de ginecólogos.

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Y lo que se espera es que sigan creciendo. El número de plazas MIR de la especialidad es cada vez mayor: en 2008 se ofertaron 251, entre 2011 y 2016 disminuyeron —consecuencia de los recortes de la crisis— y desde entonces se han incrementando, alcanzado un récord este mismo año: 282 plazas.

"Además, es de las especialidades más jóvenes", señala González López-Valcárcel, "por las cohortes MIR que han entrado masivamente en los últimos años, el perfil del especialista es joven y feminizado".

El 36,7% de los ginecólogos tiene 50 o más años, por el 40,2% de media entre los especialistas hospitalarios. El 14,5% tiene más de 60 años (por el 16,3% de media entre los especialistas). El 74,9% del total de la especialidad son mujeres.

Beatriz González López-Valcárcel.

Beatriz González López-Valcárcel.

Esto quiere decir que se van a producir menos jubilaciones en los próximos años que en otras especialidades, mientras se incorporan cada vez más nuevos especialistas. La conclusión parece clara: la previsión es que en 2028 y 2035 haya un superávit de ginecólogos por encima del 10%, "van a sobrar especialistas".

Como consecuencia de esto, "lo que hay que hacer es bajar el número de plazas para que no se llegue a ese superávit". Cierto es que no es la única especialidad que tendrá superávit según los cálculos del informe, pero sí de las más llamativas.

En la misma línea va un estudio publicado en 2023 por el Centro de Estudios del Sindicato Médico de Granada. Si el número de plazas MIR ofertadas se mantiene en 280 anuales, de aquí a 2036 habrá 2.571 especialistas más que médicos que se jubilen en el mismo periodo.

Embarazos más complejos

¿Cómo están viviendo los propios médicos esta situación? "Cuando comenzamos a ver que disminuía la natalidad empezamos a plantearnos qué hacer", comenta Fátima García Benasach, jefa de la sección de Obstetricia del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda (Madrid). "Pero en los últimos cuatro años nos hemos mantenido estables en cuanto a número de nacimientos y hemos visto que somos necesarios".

El Puerta de Hierro asistió 2.540 partos en 2022. Diez años antes fueron 3.326, unos 800 más. La diferencia se traduciría en dos partos menos al día, pero "no lo hemos notado, tenemos muchas consultas".

En buena parte, porque los embarazos y partos son más complejos. "Las madres son ahora mayores, tienen más complicaciones y hay un mayor número de embarazos por técnicas de reproducción asistida, que tienen un riesgo más alto y requieren mayor seguimiento", explica a EL ESPAÑOL.

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García Benasach señala, además, que cada vez hay más métodos y herramientas para detectar precozmente cualquier problema y esto supone una carga mayor: si antes se observaba la mayor parte de las condiciones en el último trimestre de embarazo, "ahora esa tendencia se ha invertido y detectamos más en el primer trimestre".

Miguel Ángel Rodríguez Zambrano, jefe de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario HM Puerta del Sur de Móstoles (Madrid), sí ha advertido en su centro la caída de la natalidad.

"Este hospital lleva 10 años abierto. Empezamos de cero, aumentaron mucho los embarazos y ahora estamos en declive, que es algo generalizado", apunta. "Estamos haciendo unos 110 partos al mes, que son unos tres o cuatro diarios, pero nuestro pico estuvo en 140-150 mensuales".

Miguel Ángel Rodríguez Zambrano.

Miguel Ángel Rodríguez Zambrano. Efe

Esto se está traduciendo en la reversión de la tendencia a la descentralización que dominó la primera década del siglo XXI, cuando "se quería acercar las maternidades a los núcleos de población, con hospitales más pequeños" pero más cercanos a municipios de tamaño medio.

"Al disminuir el número de partos, los hospitales han bajado mucho la atención y llegan a un momento crítico en el que tienes una estructura montada excesivamente grande para ello",  advierte.

Esto lo están notando especialmente los centros privados, con estructuras para una actividad mayor de la que están teniendo. "Esto se sostenía con el cobro de un número determinado número de partos; al disminuir ese número, la estructura económica disminuye muchísimo y eso hace que los equipos estén tensionados".

Menos obstetricia, más ginecología

Aquí se produce una paradoja: hay cada vez más ginecólogos pero cuesta más contratarlos porque hay menos recursos. "Estamos en una situación muy complicada", asume, "tenemos problemas para contratar ginecólogos, que prefieren marcharse fuera porque les ofrecen mejores condiciones".

Rodríguez Zambrano cree que tanto los centros públicos como los privados tendrán que reestructurarse y centralizar sus servicios "para tener un volumen adecuado, porque hace falta un número crítico de entre 80 y 100 partos al mes para mantener un nivel de recursos adecuado".

En cambio, Miriam Turiel, especialista en Ginecología y Obstetricia de la Clínica Universidad de Navarra, pese a reconocer que "es una preocupación global para los ginecólogos ese descenso de la natalidad", en su centro han aumentado los partos, "la gran mayoría de bajo riesgo, pero los de alto consumen muchos recursos".

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Con poco más de un parto al día, la Clínica es una excepción en la masa crítica necesaria para 'engrasar' los recursos de la maternidad. No solo eso, sino que van a la contra en otra tendencia: la maternidad está priorizándose sobre las otras áreas ginecológicas. "Estamos trabajando para tener más espacio, más agendas y más especialistas".

Aunque los embarazos y los partos están disminuyendo en toda España, las patologías ginecológicas no han hecho más que aumentar. Los cánceres de mama, ovario o cuello uterino, que son diagnosticados y tratados por estos especialistas, han crecido notablemente en la última década y media.

Por ejemplo, de los 22.000 nuevos cánceres de mama que se diagnosticaban en 2008 se pasó, en 2022, a cerca de 35.000, según datos manejados por la Sociedad Española de Oncología Médica. Los de ovario han crecido menos, pero también lo han hecho: de 3.000 a 3.600.

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"La especialidad es cada vez menos obstétrica [la atención al embarazo y el parto] y más ginecológica", explica Beatriz González López-Valcárcel, autora del informe sobre la necesidad de médicos especialistas en España.

"Atienden cada vez más a mujeres con problemas oncológicos y cada vez menos a mujeres sanas con una condición fisiológica natural como es parir. Por eso no vemos que haya una reducción drástica de la necesidad de especialistas. Si fueran especialidades separadas, obviamente tendría que haber una caída en el número de obstetras".

Aunque no están separadas, Miguel Ángel Rodríguez Zambrano, jefe de servicio en el HM Puerta del Sur, apunta que "los ginecólogos, en cuanto pueden y llegan a una determinada edad, salen de la obstetricia".

Reconoce que hay poca gente que se dedique exclusivamente a esta rama —"yo personalmente no he conocido a ninguno"— que define como "desagradecida", con cada vez mayor complejidad pero menos recursos, así como un mayor número de demandas, producto de la popularización del concepto 'violencia obstétrica'.

"El valor del ginecólogo en España se ha devaluado. Por eso tenemos un déficit tremendo" a pesar de que cada vez hay más, por paradójico que parezca.