Doctor Carmona: "Si el hombre tuviera dolor de testículos tres días al mes, el mundo se pararía"
"En España, se tardan ocho años en tener un diagnóstico de endometriosis" / "Si el hombre tuviera dolor de testículos tres días al mes, el mundo se pararía" / "El trasplante de útero es el avance más espectacular del último siglo en Ginecología" / "Creo que el debate ético sobre el trasplante de útero está bien".
2 diciembre, 2023 03:06El nombre de Francisco Carmona va ligado a muchos logros. El más sonado, quizá, es el ser el cirujano artífice del primer nacimiento de un bebé tras un trasplante de útero en España. La madre, Tamara Franco, nació sin este órgano reproductor por un problema congénito y, para alcanzar su anhelo de ser madre, su hermana le donó el suyo. La proeza está al alcance de muy pocos equipos en el mundo. De hecho, desde que en 2013 el equipo del doctor Mats Brännström lograse el primer nacimiento, en el mundo la cifra no alcanza la centena. Es un proceso complicado y no exento de problemas éticos.
Su otra hazaña es ser uno de los mayores referentes a nivel internacional del estudio y tratamiento de la endometriosis. Fue una paciente de Jaén —su pueblo natal, por cierto—, la que le puso en la pista de esta enfermedad tan prevalente, tan dolorosa para quienes la sufren y, en sus palabras, tan silenciada. En otro intento de intentar sacar la enfermedad a la luz, ha presentado en el Congreso el 37º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), el documento Pautas de actuación y seguimiento de la endometriosis.
Además de todo esto, es el Jefe del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Clínic de Barcelona, profesor titular de la Universidad de Barcelona y cofundador y actual presidente de la Society for Endometriosis and Uterine Disorders (SEUD). Ha publicado más de 200 artículos científicos en revistas internacionales y es revisor de varias publicaciones científicas, incluyendo Human Reproduction, Fertility and Sterilty. Con tantos frentes abiertos, cuesta centrar el tiro de la conversación, pero en su charla con EL ESPAÑOL tiene tiempo para tocar todos y cada uno de ellos.
¿Por qué decidió dedicarse en profundidad al estudio de la endometriosis?
Nunca he planificado mi vida de manera total, sino que me he ido adaptando a las circunstancias. Siempre he sido ginecólogo, pero he ido cambiando mi actividad. En los 90, me dedicaba a la Obstetricia, pero por un problema político en el hospital pedí a mi jefe que me cambiase a la Ginecología.
Empecé el último de la cola y no tenía ni idea de a qué me iba a dedicar. A las pocas semanas de empezar, vi a una paciente que ya había visto en una guardia cuando hacía Obstetricia. En aquel momento, le dije que tenía una endometriosis profunda y la ingresé, pero le perdí la pista porque yo realmente estaba en Obstetricia. Cuando la volví a ver, vino muy agobiada, muy angustiada y estaba igual o peor que antes. Yo había mandado su ingreso para que la operaran y me extrañé muchísimo. Efectivamente, la habían operado, pero todavía tenía la misma lesión que yo había visto unos años antes. Pensé, ¿cómo es posible? Fue ahí cuando me empecé a interesar por esa enfermedad.
Esa mujer fue la primera gran cirugía de endometriosis por resección intestinal que hice. Después me puse a estudiar, a ver más pacientes, a hacer congresos y he tenido la suerte de conocer a los grandes de la endometriosis.
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Dice que la endometriosis es una enfermedad que no es silenciosa, pero está silenciada.
Exactamente. Las mujeres tienen mucha sintomatología; ellas van al médico y se quejan. Pero en España se tarda 8,3 años en tener un diagnóstico desde que empiezan los síntomas. De media, las mujeres han visitado a tres ginecólogos antes del diagnóstico. No es que sea silenciosa, es que la silenciamos. Es una enfermedad de mujeres, no le hacemos caso. Y las mujeres sufren físicamente, pero también psicológicamente por esa negación a las que las sometemos. Todo el mundo duda de ellas, es terrible. Al final se callan, incluso se plantean que las locas pueden ser ellas.
¿El hecho de que sea una enfermedad de mujeres ha contribuido a este silenciamiento?
Ninguna duda. No tengo datos que lo demuestren, pero es mi sensación. Imagínese que un hombre tuviese regularmente dolor de testículos dos o tres días al mes. El mundo se pararía. Estoy convencido.
La sociedad tiene la idea de que la regla es dolor. La sociedad es tanto sanitarios como no sanitarios, familiares, amigos y políticos. La regla no debería doler. Y si duele es que pasa algo y esto es muy importante que se repita.
Precisamente, cuando se aprobaron las bajas por regla dolorosa, una de las críticas la lanzó la Asociación Estatal de Afectadas por la Endometriosis. No se quejaban de la medida en sí, pero creían que perpetuaba la idea de que la regla duele y que iba a silenciar todavía más la enfermedad.
Exacto. Nosotros publicamos un editorial en nombre de toda la Unidad de endometriosis del hospital y en nombre de una unidad que tenemos que se llama experiencia del paciente diciendo que nos parecía muy bien la ley, pero que era absolutamente insuficiente. El si te encuentras mal, no vengas, incluso puede ser muy paternalista. Hay que investigar por qué le duele. Hay que buscar tratamientos. Hay que buscar prevención. La ley, por desgracia, no hizo nada de eso. No quiero negar que es un gran avance, pero esto es un problema muy grande y no se reconoce.
Cambiando un poco de tercio, he visto que hace poco publicaba un libro titulado Fertilidad. La guía que te ayuda a conocer y cuidar tu salud reproductiva. Justo hace nada han salido los datos del INE sobre el número de embarazos, natalidad, fecundidad, etc., y denotan que tenemos un problema. En su opinión, ¿cuáles son los principales problemas que tienen las parejas españolas para no concebir?
El principal es la edad. La sociedad está cambiando y las mujeres están retrasando la edad en que se plantean ser madres y eso choca con la biología. A partir de los 35, la calidad de los óvulos de la mujer disminuye y es más difícil quedarse embarazada. Si además tenemos en cuenta que la incidencia de la endometriosis está aumentando, se van a juntar muchas mujeres con edades avanzadas y enfermedades asociadas, lo que dificultará mucho que se queden embarazadas.
Por desgracia, además, no existen políticas en nuestro país tendentes a favorecer la maternidad. No se difunde sobre la opción de congelar óvulos, pero es que tampoco está financiado. Creo que hace falta una reflexión profunda.
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También hay otro tipo de problemas que impiden que la mujer se quede embarazada, como una patología en el útero. Aprovecho aquí para hablar de la famosa operación de trasplante de útero que realizó en octubre de 2020. En marzo de 2023, gracias a ella nació Jesús. A toro pasado, como quien dice, ¿cómo valora todo lo que sucedió?
La evaluación es más que positiva. Desde el punto de vista técnico, el trasplante de útero es el avance más espectacular del último siglo en Ginecología. Hoy en día se pueden trasplantar órganos no vitales y se puede hacer trasplante de órganos muy complejos, como es el útero. Creo que es el trasplante más complejo que existe, más que el de riñón, el de hígado e, incluso, que el de corazón. Estoy hablando técnicamente, ¿eh? Con el de corazón, si no funciona, te mueres. Eso es un matiz. Pero en lo que se refiere a la cirugía en sí, a la técnica manual, sólo es equiparable al trasplante de cara.
Las venas del útero hay que trasplantarlas todas y son muy especiales, muy frágiles. Son venas con paredes que han de permitir el incremento de peso y de flujo sanguíneo, por lo que la sutura debe ser perfecta para que no sufra durante la gestión. Si no eres muy cuidadoso, las puedes lesionar y todo se va al traste. En el trasplante de cara, si una vena se rompe, tienes un trozo que se necrosa, pero aquí no, aquí se va todo al traste. De hecho, hay muchos equipos que han perdido los primeros trasplantes por esto.
Además, la anatomía es absolutamente diferente de una mujer a otra, con lo cual tienes que ir con muchísimo cuidado. Todo esto hace que la cirugía sea muy difícil y que sólo esté al alcance de unos pocos equipos en el mundo.
Su equipo es uno de ellos y he leído que llevaban años perfeccionando la técnica. Sin embargo, el proceso se dilató más de la cuenta porque costó conseguir el visto bueno del comité ético. ¿Por qué?
No, no. El proceso se dilató, pero tuvimos desde el primer momento la aprobación del Comité Ético de Cataluña, la aprobación del Comité de Ética de Investigación y la aprobación del Comité de Ética en Asistencia. Nos tuvieron que crear además un comité específico que nos dio el visto bueno. La Organización Nacional de Trasplantes no lo veía claro, y sigue sin verlo, pero en este caso la entidad que tiene autoridad sobre esto es la Organización Catalana de Trasplantes (OCATT) y la Consejería de Sanidad de Cataluña, de la que teníamos desde el principio el permiso.
Fue difícil porque fue un proceso burocrático muy lento, que nos obligó a gastar mucho tiempo. También tuvimos que formarnos específicamente en ello. Hicimos muchas prácticas, muchos viajes alrededor del mundo: a India, México, Dallas, etc. El viaje a Dallas mereció muchísimo la pena, porque es el equipo que más trasplantes había hecho hasta ese momento y nos han ayudado muchísimo. Ha sido una gran experiencia.
Volviendo un momento al tema ético, en la sociedad sí se formó un debate sobre el tema. De hecho, usted se posicionó a favor de que hubiera ese debate.
Yo creo que debatirlo está muy bien. Cuáles son los límites de la técnica, cuáles son los límites de la ciencia… Yo lo tengo muy claro. La esterilidad es una enfermedad y hay mujeres en las que el tratamiento es este. Es verdad que hay gente que dice que es muy caro, que hay recursos limitados y que esos recursos habría que dedicarlos a otras cosas. Yo creo que hay que debatirlo. Creo que es un tema que hay que abrirlo y que sea una conversación que la sociedad la haga suya también.
En 2022 hicieron un nuevo trasplante de útero. ¿Nos puede avanzar algo de cómo va el proceso?
Va muy bien. Usted esté atenta a después de las fiestas. Y no puedo decir más, que en el hospital me van a regañar.
¿Están trabajando con más mujeres?
Sí, tenemos una paciente a la que vamos a operar ya y varias más que están acabando el estudio. Pero es difícil, porque tenemos unas indicaciones muy restrictivas para poder tener mucho éxito y de las más de 100 mujeres que he entrevistado, sólo tengo activas cinco o seis. Tenemos un protocolo muy restrictivo, pero que está bien para el principio, para asegurarnos de que todos los casos que elegimos van a ir bien. Ya lo ampliaremos.