Patricia Pozo-Rosich, jefa de sección de Neurología y responsable de la Unidad de Cefalea del Hospital Universitario Vall d’Hebron de Barcelona.

Patricia Pozo-Rosich, jefa de sección de Neurología y responsable de la Unidad de Cefalea del Hospital Universitario Vall d’Hebron de Barcelona.

Salud

Patricia Pozo-Rosich, neuróloga: "El paracetamol no funciona para tratar la migraña"

"Todavía no predecimos qué tratamiento funciona mejor para cada paciente" / "Muchos pacientes con migraña no quieren ser tratados" / "España se enorgullecía del bajo consumo de opiáceos, pero ha aumentado" / "Los médicos de primaria están prescribiendo opiáceos por miedo al ibuprofeno"

30 octubre, 2023 02:17

La migraña afecta sólo en España a cinco millones de personas y es la segunda causa de discapacidad en todo el mundo. A pesar de ello, hasta el 30% de quienes la padecen dudan en consultar a su médico, pero ¿por qué? Estos pacientes suelen pensar que su migraña no es lo suficientemente seria o que no van a ser tomados en serio, entre otras razones. Por esta razón, las personas que padecen migrañas tienden a automedicarse y, en algunos casos, lo hacen con medicación ineficaz o, incluso, con opciones peligrosas.

"El dolor de cabeza es uno de los síntomas de la migraña, no es el único, pero sí el principal en los pacientes de edad media", ha explicado Patricia Pozo-Rosich, jefa de sección de Neurología y responsable de la Unidad de Cefalea del Hospital Universitario Vall d’Hebron de Barcelona, durante el I Seminario Lundbeck de Migraña en Sevilla. "Tener episodios de dolor de cabeza, con o sin otros síntomas, de forma repetida o episódica casi siempre es signo de una migraña. Aunque el dolor sea muy leve y aunque tú mismo puedas gestionarlo con antiinflamatorios, casi siempre eso es migraña. El caso es cuánto te incapacita".

Las migrañas, por tanto, pueden ocurrir en pequeños episodios muy distantes en el tiempo, pero también de manera frecuente y con ataques que duren días. Uno de los aspectos en los que más impacta esta dolencia es en el laboral, el 32,7% de las personas que padecen migraña explican que ha impactado en su carrera profesional y el 22,8% tienen miedo a perder su trabajo. "Aunque sea tan leve que tú mismo lo puedas gestionar, es bueno tener una mínima educación sobre qué es la migraña. Saber qué es lo que te pasa es un regalo porque entiendes qué tipo de herramientas puedes utilizar para gestionarlo mejor", afirma la neuróloga.

¿Sabemos que es lo que sucede en nuestra cabeza cuando duele?

Al 100% no lo sabemos, es un misterio. La mayor parte del dolor ocurre en las meninges, las cubiertas del cerebro, porque los nervios sensoriales que transmiten el dolor están por fuera de este órgano. El cerebro por dentro no tiene nervios sensoriales, pero la meninge es un entramado muy denso de arterias que tienen la función de darle oxígeno. Por desgracia, los nervios están al lado de estas arterias y esto nos pone en riesgo de tener muchos dolores de cabeza.

Ahora entiende un ataque de migraña como un circuito de luces con interruptores, que se activan o desactivan. Se puede activar desde dentro o desde fuera: por ejemplo, si una persona contrae covid, se potencia una inflamación desde fuera del cerebro que puede activar el circuito. De todas formas, lo más frecuente es que el circuito se active desde dentro del cerebro. El cerebro de las personas con migraña suele tener necesidades energéticas diferentes cuando el cerebro necesita parar, por eso los ataques pueden estar muy relacionados con el cansancio emocional y físico.

¿Hay algún dato aparte del testimonio del paciente que permita diagnosticar la migraña?

Espero que en el futuro tengamos biomarcadores, porque pienso que hasta los pacientes los necesitan. Si se diagnostica en la clínica preguntando al paciente puede haber quien dude de que sea verdad. Pero esto no va de si es verdad o no, si no de que te provoque discapacidad. Al final, si te manejas tú mismo la migraña tomando medicamentos va al gusto del consumidor. 

Tenemos criterios clínicos que nos ayudan a saber si alguien tiene migraña: la repetición de los ataques, la presencia de aura, dolores que hagan detener la actividad, la molestia frente a la luz o los ruidos e, incluso, las náuseas y los vómitos. Diagnosticar la migraña es fácil, pero hay quien la tiene y piensa que no, probablemente, porque es leve. Yo sólo conozco a los pacientes que sí vienen a la consulta.

La base de esta enfermedad es genética, pero a partir de ahí, ¿cuánto es emocional?

Sí, la tendencia a tener migraña es, principalmente, genética. Los otros factores epigenéticos, como las emociones, las hormonas, el cansancio o el sueño, son lo que desencadenan una mayor o menor frecuencia de los ataques. Así es como el ambiente condiciona tus genes. Hoy sabemos que hay variaciones de genoma que te predisponen a la migraña, luego existen ambientes y momentos de cansancio que facilitan los ataques.

¿Impacta tu nivel socioeconómico en el riesgo de padecer migraña?

Sí, hay estudios que afirman que la migraña crónica, que es la migraña más invalidante, es más frecuente en personas que viven en entornos con un nivel socioeconómico más bajo. Este tipo de migraña está muy relacionada con la pobreza, pero también niveles socioculturales más bajos. A lo mejor tiene también mucho que ver con la cultura y no sólo si tienes dinero. España tiene un buen sistema de salud pública, que atiende a todo el mundo. También se ha relacionado con obesidad, con falta de sueño, con los cambios hormonales y edades en las que esta enfermedad se expresa en mayor medida.

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¿Cómo de efectivo es meternos en la cama, con la persiana hasta abajo y tomar un paracetamol, lo que se ha hecho siempre?

Sabemos que los analgésicos básicos, como el paracetamol o el nolotil, no son muy útiles para la migraña. Todo el día veo a pacientes y a algunos sí que les vienen bien, pero pienso que es porque la migraña es leve. El grado de intensidad también varía a lo largo de la vida e igual hasta los 30 años los ataques de migraña se solucionaban con estas pastillas, peo a partir de una edad ya no tanto. Ahora hay otros tratamientos que pueden ayudarte más, pero por desconocimiento tendemos a conformarnos.

Hace unos años el botox para la migraña tuvo un gran impacto, ¿qué tal está considerado ahora?

El botox va muy bien. Estamos viendo pacientes que responden de manera exquisita, son los grandes respondedores. Pero hay otros que no responden y otros que no tanto. Con estos últimos pacientes estamos haciendo una transición a los anticuerpos monoclonales y, entre ellos, algunos responden exquisitamente. Nos está enseñando a entender la biología diferencial que puede tener una expresión clínica común. Es decir, veo un paciente con migraña, pero no sé si va a responder o no a un tratamiento. Eso sí, estamos encontrando respuestas exquisitas.

¿Todavía vamos a ciegas en cuanto a qué tratamiento aplicar?

Sí, pero mi sensación es que estamos en el buen camino. Estamos con un proyecto de financiación pública intentando definir mejor cuando el anticuerpo monoclonal puede ayudar, el impacto que tiene en las distintas edades de la vida y las situaciones hormonales. Da la sensación de que se libera y es mucho más importante en mujeres de edad media de la vida, que es la situación en la que la enfermedad es más grave. Así que algo tiene que ver con la edad y el sexo.

Resulta que el tratamiento precoz también es muy importante en esta enfermedad…

Sí, empezar a tratar antes hace que la migraña sea más fácil de controlar. Necesitamos evidencia clara, pero encontramos problemas porque sólo llamamos enfermedad al momento del ataque de migraña y, además, los pacientes no quieren ser tratados. Estamos frecuentemente en lucha con el paciente para que se anime a probar el tratamiento, pero al decirles que es para toda la vida, no lo quieren. Es una patología que los pacientes tienden a pensar que se solucionará con el tiempo.

Estoy convencida de que si tratamos adecuadamente la enfermedad desde el principio, cuando los pacientes empiezan a tener ataques de tres o cuatro días, se controlaría mejor. Sobre todo, con los nuevos tratamientos que observamos resultados espectaculares con respecto a los que teníamos antes. Son fármacos que podemos administrar mucho tiempo sin que tengan repercusiones. Necesitamos más evidencias científicas para estar seguros de lo que para mi ya es una evidencia personal después de muchos pacientes que hemos visto.

El consumo de opiáceos, que es una lacra en muchos países de nuestro entorno, está creciendo entre personas con migraña…

Sí, es terrible y lo hemos observado en el estudio OVERCOME. Lo ha hecho la empresa Lilly, que también tiene este anticuerpo monoclonal, y han participado países como Estados Unidos, Alemania, Japón y España. Hicieron una encuesta online que mandaron a 200.000 personas y que terminaron contestando entre 1.000 y 2.000. Es decir, que tienes mucha información sobre lo que está pasando. En España nos enorgullecíamos de que el consumo de opiáceos se había observado bajo en estudios anteriores, pero en este apareció un aumento de su consumo de entre un 5% y un 6%.

¿De dónde sacan estos pacientes los opiáceos?

Sobre todo, yo creo que es el tramadol, que muchos médicos de cabecera están prescribiendo con este nuevo miedo a los antiinflamatorios, como el ibuprofeno. Me imagino que es eso, porque además no tienen ninguna evidencia de que sirvan para la migraña. Para algún dolor sí que pueden ser útiles, pero causan adicción, así que cuidado con cogerle el gusto porque hay una pandemia mundial de adicciones.