Uno de los mayores retos a la hora de abordar el tratamiento del cáncer es la detección precoz. Muchos de los casos tienen una alta supervivencia si se diagnostican a tiempo, una cuestión que no sucede con el cáncer de páncreas. A diferencia del cáncer de riñón, este tumor del tracto digestivo se detecta cuando ya no es curable, por lo que es uno de los tumores más letales del tracto digestivo.
Los tipos de cáncer de páncreas se dividen según comiencen en el componente endocrino o el exocrino, siendo este último el más frecuente de los dos. De hecho, los tumores endocrinos solo representan alrededor del 7% de todos los casos de cáncer de páncreas. También existen otras variantes que se inician en raras ocasiones en este órgano, como el linfoma no Hodgkin y el sarcoma.
Aunque se trate de uno de los tumores menos frecuentes en España, supone la tercera causa de muerte por cáncer, según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Esta institución estima que en nuestro país se diagnosticarán 8.697 casos nuevos al año, con una tasa de mortalidad de casi el 90% el pasado año.
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Esta enfermedad comienza cuando las células cancerosas se acumulan en el páncreas y forman una masa, el tumor. A medida que crece, el órgano deja de funcionar correctamente y el tumor pancreático puede diseminarse hacia otras partes del cuerpo mediante la metástasis. Si bien es cierto que en la mayoría de ocasiones en las que las mutaciones genéticas se relacionan con los casos de cáncer se desconoce su causa, algunas de ellas se deben a la exposición a químicos como los que se encuentran en el humo del tabaco.
Incidencia en alza
Una población envejecida, como demuestran los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), es uno de los principales motivos por los que se ha observado un incremento en la incidencia del cáncer de páncreas. Por ello los expertos recomiendan abstenerse del tabaco y el alcohol, así como llevar una dieta saludable, que también proporcionará una mayor longevidad.
En España no hay un registro específico, pero según la American Cancer Society, la tasa de supervivencia a los cinco años es de un 44% para el cáncer de páncreas si está localizado. Las cifras se reducen drásticamente si se propaga por otras partes del cuerpo, por lo que conviene prestar atención a las primeras señales para poder acudir a un médico cuanto antes.
Habrá quien pueda pensar que estamos ante una enfermedad acerca de la cual no se realizan investigaciones; sin embargo, no es así. De hecho, un reciente estudio ha descubierto el mecanismo que controla la propagación del tumor pancreático. Pese a esto, al tratarse de un órgano que se sitúa en una región profunda del cuerpo, no se puede ver ni palpar este tipo de tumores en sus etapas iniciales durante los exámenes físicos de rutina.
Síntomas de alarma
Los pacientes no presentan señales, por lo general, hasta que el cáncer ha crecido mucho o ya se ha propagado a otros órganos. Aunque se detecte cuando la enfermedad ofrece pocas posibilidades de curación, es necesario tener en cuenta alguno de los signos que se pueden relacionar con el cáncer de páncreas.
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Uno de los primeros síntomas que aparece es la ictericia, que se manifiesta a través de la piel y los ojos que se tornan amarillentos. Los cánceres de este tipo que comienzan en la cabeza del páncreas presentan esta alarma cuando los tumores son aún bastante pequeños, por lo que a veces se pueden encontrar en una etapa inicial. Además, la ictericia también se puede traducir en orina oscura, heces fecales pálidas o picores en la piel.
En el caso del cáncer que se origina en la cola del páncreas suele acarrear más problemas, ya que provoca dolores de espalda o de abdomen al comprimir otros órganos cercanos. También hay ocasiones en las que la primera señal de que una persona tiene cáncer de páncreas es un coágulo de sangre en una vena grande, a menudo en una pierna. Aun así, esto no tiene que significar que se trata de un cáncer, pues puede deberse a otra causa.
Otros de los síntomas más comunes son la pérdida de peso y la falta de apetito, provocados por la presión del cancer al extremo del estómago. Además, este bloqueo parcial, que dificulta el paso de los alimentos, puede ocasionar náuseas y vómitos.
Factores de riesgo
Existen algunos factores de riesgo modificables como es el caso del tabaquismo. Sin embargo, también hay otros que aparecen con la edad. Y es que en el momento del diagnóstico la edad de la mayoría de los pacientes va de los 60 hasta los 80, pues aumenta de manera pronunciada el riesgo de padecer cáncer de páncreas después de los 50 años.
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Las personas obesas, que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se considera cuando el Índice de Masa Corporal (IMC) es igual o superior a 30, tienen aproximadamene un 20% más de probabilidades de padecer cáncer pancreático. Aunque estén separados por una diferencia muy exigua, los hombres son más propensos a padecerlo que las mujeres. Esto se debe a que históricamente el consumo de tabaco y alcohol se ha asociado más a los varones.
Al tratarse de uno de los cánceres más letales que existen, resulta difícil habar de tratamientos efectivos en pacientes con cáncer de páncreas. Aun así, la quimioterapia se ha consolidado como la vía más recurrente incluso en los casos más avanzados. El gran reto, según la propia SEOM, para poder acabar con esta enfermedad es la terapia personalizada.