La nostalgia puede aliviar el dolor: la ciencia avala el poder analgésico de los recuerdos
Una investigación publicada en 'JNeurosci' confirma que llevar al cerebro hacia un recuerdo agradable tiene capacidad terapéutica.
1 marzo, 2022 03:28Noticias relacionadas
En el contexto de crisis sanitaria que vivimos, se ha popularizado el término pandemia silenciosa para referirse a problemas de salud que no percibíamos tan notablemente -a diferencia de la Covid-19-, pero que afectan a numerosas personas. Una de esas pandemias silenciosas es la del dolor, un drama que afecta a millones de pacientes a los que sólo suele ofrecerse tratamientos farmacológicos, que no siempre son aptos para todos. Por ejemplo, en España, según la Sociedad Española de Neurología (SEN), la prevalencia de dolor crónico podría llegar a ser del 11% de la población, de los cuales un 47% viviría con dolor diariamente.
Pues bien, puede que un estudio desarrollado por The Chinese Academy of Sciences (CAS) y publicado en JNeurosci haya encontraro la alternativa para esas personas. Según éste, la nostalgia es capaz de reducir la percepción del dolor. Incluso van un paso más allá en sus apreciaciones: puede ser una forma efectiva de aliviar niveles bajos de dolor, como cefaleas o dolores clínicos leves, sin necesidad de tomar fármacos.
Para llegar a estos resultados, los investigadores midieron la actividad cerebral de varias personas con Imagen por Resonancia Magnética Cerebral, mientras se le sometía a estímulos térmicos que proferían dolor. A la vez, se les enseñaban una serie de imágenes. Unas contenían estampas que recordaban a la infancia de los sujetos y otras hacían referencia a elementos de su vida actual.
Lo que descubrieron fue que la visualización de las imágenes melancólicas reducía la percepción de dolor en los participantes, en comparación con aquellas relacionadas con su día a día. Además, se apreciaba que la nostalgia tenía un efecto más potente en el dolor de baja intensidad.
Según los investigadores, el fenómeno guarda relación con la actividad del tálamo, que se encarga de enviar los mensajes procedentes de los órganos sensoriales a la corteza cerebral. Al parecer, esta región del cerebro también es capaz de recibir la información de la nostalgia y transmitirla a las vías del dolor.
Los resultados de este estudio confirman la línea de los ya elaborados por profesionales de las Universidades de Idaho, Texas y Kyoto, que, en una investigación conjunta, comprobaron si la nostalgia era capaz de reducir la sensación de dolor crónico.
En este caso, el proyecto se dividió en dos partes. Una revisaría la tolerancia temporal al dolor y otra se centraría en el dolor crónico. Además, se contó con sujetos estadounidenses y japoneses, para evitar que el componente cultural pudiera influir en los resultados. En ambos experimentos, las personas que se habían enfrentado al dolor con un recuerdo melancólico del pasado lo habían hecho de una manera más leve que aquellas que no.
Si bien la conclusión era muy prometedora, los propios investigadores matizan en su escrito que no recomiendan la nostalgia como un tratamiento per se o un sustituto de otros cuando se requiere de una atención médica seria. "Nuestra prueba no trató la fuente del dolor ni alivió una condición subyacente de éste, más bien ayudó a que las personas sobrellevaran mejor la incomodidad que sentían ante ese dolor", explican.
Nostalgia y psicología
La pregunta que quedaba en el aire para estos investigadores era cómo o por qué la nostalgia había conducido a una mayor resiliencia del dolor. En su caso, hacían referencia a las investigaciones de Sedikides y Wildschut sobre la nostalgia aplicada a psicología evolutiva y que concluían que una reflexión melancólica aumentaba el optimismo, la autoestima, el afecto positivo y el apoyo social percibido.
Con la aportación del nuevo estudio sobre nostalgia de The Chinese Academy of Sciences se podría añadir la intervención del tálamo y su interpretación afectiva del dolor, aunque, desde el punto de vista de la psicología, también se recoge el papel de la nostalgia para el tratamiento del dolor crónico. Concretamente, ésta entraría en juego como parte de la terapia cognitivo conductual, uno de los tipos de psicoterapia más frecuente y que, de forma muy resumida, trabaja en base a las vivencias del paciente y cómo interpreta el mundo en base a ellas.
Según esta vertiente, el dolor crónico se podría entender como una interacción entre un estado fisiológico, los pensamientos y las emociones del que lo padece. Estudios confirman que la terapia cognitivo conductual ayudaría a las personas a manejar el dolor, ya que el objetivo de este tratamiento psicológico no es eliminarlo, sino otorgar un mayor autocontrol y reducir la angustia emocional. Lo mismo que argumentaban los investigadores estadounidenses y japoneses respecto al uso de la nostalgia: no ataca al foco del dolor, pero ayuda a gestionarlo. El objetivo no es curar, sino ayudar al paciente a tener una vida más normal.