La revolucionaria 'súper verdura' que llega España: reduce el colesterol y mejora la hipertensión
Con unos valores nutricionales envidiables, es un ingrediente que poco a poco se está dando a conocer por sus propiedades para la salud.
18 enero, 2024 02:17El ruibarbo (Rheum rhabarbarum) es una planta perenne que se cultiva por sus tallos comestibles. En contraste, las hojas son tóxicas debido a la presencia de oxalatos, por lo que se deben desechar. Comúnmente, se utiliza en la cocina para hacer postres como tartas, pasteles, compotas y mermeladas, combinada con azúcar para contrarrestar su sabor ácido característico. Por lo general, su temporada se desarrolla a lo largo de la primavera.
Esta planta es originaria de Asia, aunque se extendió por todo el Mediterráneo oriental y por diversas áreas de Europa gracias a la Ruta de la Seda. Su aspecto destaca por unos tallos firmes de un llamativo color rosa fucsia. Con un aspecto que se asemeja a medio camino entre el apio y la acelga, pero con ese distintivo color rosado, el ruibarbo es una hortaliza relativamente desconocida en nuestro país, aunque goza de gran popularidad en otros países de Europa occidental, como es el caso del Reino Unido.
Si nos fijamos en sus valores nutricionales, podremos observar que por cada 100 g de ruibarbo encontraremos 21 calorías, 4,5 g de carbohidratos, 1,8 g de fibra, 3,9 g de proteínas, 0,2 g de grasas y diferentes proporciones de magnesio, potasio y selenio, así como de vitaminas A, E y K. Estos datos, son interesantes y nos permiten afirmar que el consumo de este ingrediente es potencialmente positivo y beneficioso para nuestro organismo.
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Beneficios para la salud cardiovascular
Entre los principales motivos para incluir el ruibarbo en nuestra dieta, destaca el hecho de que ofrece beneficios significativos para la salud cardiovascular al influir en las grasas del organismo. Así, ayuda a controlar y reducir los niveles de colesterol malo (LDL) y triglicéridos en la sangre, contribuyendo a la prevención de enfermedades como la aterosclerosis, derrames cerebrales e infartos de miocardio.
Además, gracias a su contenido antioxidante con propiedades antiinflamatorias y su riqueza en potasio, un mineral que favorece la relajación de los vasos sanguíneos, el ruibarbo mejora la circulación y ayuda a controlar la presión arterial elevada.
Retrasa el envejecimiento
Además de ser una fuente rica en antioxidantes, el ruibarbo contiene selenio y colina, componentes que benefician la memoria y previenen enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer y la demencia senil.
Pero los beneficios de los antioxidantes van mucho más allá. Como es bien sabido, los antioxidantes neutralizan los radicales libres, retrasando la oxidación celular. De esa manera, retardan los signos de envejecimiento como el deterioro de la piel y la formación de arrugas.
Fortalecimiento de los huesos
Rico en vitamina K, el ruibarbo nos ofrece este nutriente esencial que desempeña un papel fundamental en la salud ósea. Es indispensable para la producción de osteocalcina, una proteína crucial que facilita la fijación de calcio en los huesos. Este proceso es esencial para mantener la densidad ósea y prevenir la descalcificación, convirtiendo al ruibarbo en un aliado valioso para el desarrollo óseo normal.
Así, la osteocalcina ayuda a regular el equilibrio de calcio en el cuerpo al favorecer su incorporación en la matriz ósea, fortaleciendo así la estructura y resistencia de los huesos. Por tanto, consumir ruibarbo de manera regular puede ser beneficioso para prevenir enfermedades relacionadas con la desmineralización ósea, como la osteoporosis, que afecta especialmente a personas mayores.
Control de síntomas de la menopausia
El ruibarbo también presenta propiedades beneficiosas para mujeres durante la menopausia, gracias a la presencia de lindleyana. Se trata de una sustancia con propiedades similares al estrógeno, una hormona que disminuye en el cuerpo durante la menopausia.
Estos compuestos fitoestrogénicos pueden ayudar a aliviar los síntomas asociados con la menopausia, como los bochornos, la ansiedad y las irregularidades menstruales.