Unas latas de conservas abiertas de par en par.

Unas latas de conservas abiertas de par en par.

Nutrición

La conserva con fama de saludable que los médicos piden evitar en España a toda costa

Pese a que muchas conservas son perfectamente sanas, en el supermercado podemos encontrar otras que no lo son tanto. 

22 octubre, 2023 01:55

El chopped ha formado parte de la merienda de muchos niños durante décadas, sin embargo, esta carne procesada está lejos de ser saludable. Lo llamativo es su precio, su disponibilidad y que gusta a los niños, sin embargo, como veremos a continuación, sobre su consumo habitual se cierne una gran sombra de inconvenientes que lo convierten en una de las carnes procesadas más odiadas por los nutricionistas.

En la página web del Ministerio de Agricultura el chopped es "un producto cárnico cocido, de forma cilíndrica y distintos tamaños, más grueso y de sabor menos graso que el salchichón". Aunque lo normal es que esté elaborado con carne de cerdo, también es posible encontrarlo de ternera o de otros muchos tipos de carne.

Aunque tal y como apunta este artículo de EL ESPAÑOL, en la página de este ministerio no se concreta de qué partes del cerdo puede componerse el chopped. De hecho, pone como ejemplo un hilo de Twitter, que ya fue borrado, de la compañía Palacios en el que se reconoce que usan carne de zonas como las carrilleras de cerdo, en la cabeza del animal, y pueden contener papilas gustativas. Es decir, que esta mezcla cárnica está lejos de contener las partes más agradables o nobles del animal.

Por si fuera poco, tal y como explica detalladamente José Luis Rodríguez, tecnólogo de alimentos. "esta mezcla no está compuesta al 100% de carne. Incluso a veces este no llega ni al 50% del total". Entre otros ingredientes que puede tener en su composición están las carnes de diferentes animales como el pollo o el pavo, junto con cortezas de cerdo, grasas animales, almidones, una cantidad excesiva de sal y dextrosa, un tipo de azúcar simple.

Desde una perspectiva nutricional, el chopped enlatado puede ofrecer proteínas esenciales, hierro y otros minerales y vitaminas que son fundamentales para el funcionamiento adecuado del cuerpo humano. Sin embargo, estos beneficios pueden verse opacados por el alto contenido de sodio y de grasas saturadas con los que cuenta este alimento procesado, que contribuyen a condiciones como la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares. Además, puede carecer de algunos de los nutrientes presentes en la carne fresca debido al proceso de conservación.

Diversos estudios han examinado la relación entre el consumo de carne procesada y varios problemas de salud. Por ejemplo, una investigación publicada en el British Medical Journal encontró que el consumo elevado de carne procesada está asociado con un mayor riesgo de enfermedad coronaria y diabetes tipo 2. Además, algunos estudios han mostrado una conexión entre el consumo de carne procesada y ciertos tipos de cáncer, especialmente el cáncer colorrectal, debido a los compuestos formados durante el procesamiento y la conservación de la carne.

Las agencias de alimentación y salud a nivel global también han emitido declaraciones y directrices sobre el consumo de carne procesada. La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica la carne procesada como un carcinógeno del grupo 1, lo que significa que hay suficiente evidencia para afirmar que puede causar cáncer. En este sentido, estas agencias sugieren moderación en el consumo de este tipo de preparado y promueven una dieta balanceada rica en alimentos frescos y poco procesados.

La carne que ya ha sido procesada para conformar el chopped, también se somete a tratamientos térmicos para eliminar microorganismos y se le añaden conservantes para prolongar su vida útil. Estos procesos alteran su composición natural y, en muchos casos, también su perfil nutricional. Además, a menudo se procesan aún más con la adición de sodio, azúcares y otros ingredientes que pueden afectar la salud.

Inicialmente, durante este proceso, el alimento se sella herméticamente en un recipiente, usualmente de acero recubierto de estaño, y se procesa térmicamente para destruir microorganismos que causan descomposición. Los productos enlatados se procesan bajo una presión de 12 a 15 psi. Otro problema añadido es el de la presencia de BPA (Bisfenol A) en los revestimientos de las latas. 

Algunos estudios han sugerido que la exposición a BPA puede estar asociada con una variedad de problemas de salud, incluyendo trastornos endocrinos, aunque la evidencia aún es discutida. Además, el almacenamiento prolongado puede contribuir a la degradación de la calidad nutricional del alimento. Aunque el proceso de enlatado puede preservar la carne por un largo período, algunos nutrientes son sensibles al calor y pueden degradarse con el tiempo. Esto puede resultar en una pérdida de algunos beneficios nutricionales asociados a su consumo, los pocos que queden tras varios procesos industriales.