Así es la dieta de Michael J. Fox para cuidar el cerebro y evitar el párkinson y el alzhéimer
Priorizar las frutas y las verduras son el pilar básico de una alimentación que proteja frente a enfermedades degenerativas.
7 marzo, 2023 02:37Las pautas alimentarias no sólo influyen en las enfermedades más evidentes, como la obesidad o la diabetes tipo 2. También están detrás de la prevención y el cuidado de otras patologías, como las neurodegenerativas. Investigaciones sólidas, como la publicada en 2019 en Cell Metabolism, han demostrado que las dietas ricas en grasa pueden provocar cambios drásticos a nivel neurológico, mientras que otras han llegado a determinar que un exceso de grasa corporal puede causar estragos tanto en la materia gris como en la materia blanca cerebral.
Cuidar la alimentación se postula así como un arma valiosa en la lucha contra enfermedades como el alzhéimer o el párkinson, máxime teniendo en cuenta que no existe todavía un remedio eficaz para ponerles freno. Michael J. Fox, que lleva más de 30 años conviviendo con la segunda, lo sabe bien. Por eso, a través de su fundación, The Michael J. Fox Fundation, ha promovido un pódcast en el que se trata el tema con expertos en materia, como Rachel Dolhun, médico especialista en trastornos del movimiento, estilo de vida y, también, miembro de la entidad del actor.
Lo primero que deja claro es que no existen los alimentos mágicos para el cerebro o la memoria. Nada de lo que comamos va a tener un efecto curativo o preventivo al 100% sobre nosotros, pero sí que se sabe que hay comidas son mejores que otras. Ahí es donde se debe actuar. "Hay que comer el arcoíris: frutas, verduras de colores variados, lo que nos proporcionará una mayor cantidad de nutrientes y antioxidantes", resume la doctora.
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Siguiendo esta estela, frutas y verduras conforman los dos pilares de la alimentación que recomienda la fundación. Los otros van de la mano de los cereales y las legumbres, pilares básicos de la dieta flexitariana, la cual, si bien el actor no ha dicho públicamente que la siga —desde la fundación se recomienda que cada uno se adapte a lo que mejor le convenga y no "ordenar" ninguna pauta fija—, sí se sabe que realiza su mujer, Tracy Pollan. De hecho, es la autora de un libro de recetas sobre ella.
Los antioxidantes
"Las frutas contienen muchos minerales y vitaminas que sustentan la salud del cuerpo y el cerebro. También incluyen fibra, que ayuda a la digestión y a la salud intestinal; y están llenas de antioxidantes, que eliminan las sustancias nocivas que pueden dañar las células y, potencialmente, provocar enfermedades como el párkinson o el alzhéimer", explican desde el pódcast de la fundación.
Todas las frutas son buenas para este objetivo, pero, si hay alguna que destacar, esas son los frutos rojos, es decir, arándanos, moras, frambuesas, etc., por su alto contenido en antioxidantes. El problema que tienen estos productos es su elevado coste, pero hasta para ello se ofrece una solución, adquirirlos en formato congelado: "Cuando la fruta está fuera de temporada o es demasiado cara, su versión congelada está bien, siempre y cuando no lleve azúcares añadidos", matizan.
Mientras, las verduras se vuelven especialmente atractivas por relación con una buena salud intestinal. "Un intestino sano apoya un cerebro sano", se indica. Aunque todavía hay cuestiones por resolver sobre esta unión, sí que hay investigaciones, como una revisión publicada en la revista Neurología, que apuestan por una conexión importante entre ciertos trastornos neurológicos, la microbiota del tracto digestivo y el sistema nervioso central. Es lo que se conoce como eje intestino-cerebro.
Para mantener un correcto equilibrio de este eje, dentro de las verduras, se recomiendan, sobre todo, las de hojas verdes, como las espinacas o la col rizada; o las crucíferas, como el brócoli o la coliflor.
No obstante, no todo es añadir. También hay que quitar. Las grasas saturadas serían el primer enemigo a batir, por los estudios mencionados al principio de este artículo. En segundo lugar, tenemos al azúcar. Un exceso de esta sustancia en nuestro cuerpo está relacionado con una memoria y un pensamiento deficiente, además de con problemas intestinales.
Prebióticos y probióticos
"No queremos poner demasiado azúcar en nuestra dieta porque alimenta a los bichos malos", aclara la médico de la fundación. Sus palabras se ven refrendadas por un estudio publicado en Cell y que confirmó que un exceso de esta sustancia era capaz de "matar" a bacterias intestinales importantes.
Los prebióticos son los héroes que ayudan a que eso no pase. Y no, no es necesario adquirirlos como complemento alimenticio. Los expertos de The Michael J. Fox Fundation señalan cómo consumirlos de manera natural: "Los prebióticos alimentan a las bacterias buenas, por lo que tenemos que asegurarnos de consumir frutas frescas, avena y legumbres".
Esos "bichos buenos" también se pueden reponer, es decir, ingerirlos a través de los alimentos. Son los conocidos probióticos y se aconseja tomarlos de fuentes como el yogur u otros alimentos fermentados.
Si se unen todos los puntos de las recomendaciones, no cuesta mucho dilucidar que una de las apuestas de la fundación es la dieta mediterránea, aunque, como antes se ha mencionado, es sólo un consejo. "La dieta mediterránea es una de las más estudiadas, con resultados que sugieren que las personas que siguen esta dieta pueden tener menos enfermedades del corazón, ataques, enfermedad cerebral, como el párkinson o el alzhéimer; y otras condiciones médicas. En las personas que viven con estas dolencias, la dieta puede incluso ayudar a aliviar algunos de los síntomas", sentencian.