Villarino: un Lunes de Aguas pasado por agua con mucha animación
El Teso de San Cristóbal tan solo pudo acoger la misa en la ermita, todas las demás actividades gastronómicas y festivas se trasladaron al pabellón de deportes
1 abril, 2024 22:27La tradición implica que los vecinos de Villarino de los Aires celebran, al contrario que la capital y el resto de la provincia, el Lunes de Aguas, por estos lares de Arribes conocido como el Día del Hornazo en el Teso de San Cristóbal, el lunes siguiente al Domingo de Pascua o Resurrección. Al contrario que el Lunes de Aguas que se celebra en la ciudad charra, donde impera la tradición mundana y el desenfreno de aquellos años de Felipe II y los burdeles de la ciudad de Salamanca, en Villarino de los Aires viene condicionado por la tradición religiosa, como era el fin de la abstinencia, como por ejemplo comer carne, con la conclusión del tiempo de Cuaresma y la Semana Santa.
Para ello, los vecinos de Villarino acudían a diversos lugares a celebrar el fin de la abstinencia, como eran el Valle del Palacio, la Rachita antes de la llegada de los saltos o las obras -como se las llama en el pueblo-, o al Teso de San Cristóbal, aunque en este último lugar era más popular la romería de mayo.
El Día del Hornazo es una festividad que tiene sus raíces en antiguas tradiciones religiosas -como hemos explicado- y campesinas. También se dice por estos pagos que en tiempos antiguos, los agricultores llevaban sus productos al cura del pueblo para bendecirlos, y como muestra de agradecimiento, compartían una comida comunitaria que incluía el hornazo, el típico bollo relleno de embutidos, huevos y otros ingredientes.
El Teso de San Cristóbal en Villarino de los Aires es un hermoso paraje natural situado en las escarpias del río Tormes, que transcurre por la sima del cañón. Este lugar ofrece impresionantes vistas panorámicas del territorio arribeño, con una combinación de colinas, valles y pequeños bosques que crean un paisaje pintoresco y tranquilo. Además, cuenta con una ermita dedicada a San Cristóbal, que añade un toque de historia y espiritualidad al entorno. Es un destino ideal para los amantes de la naturaleza y los aficionados al senderismo, ya que ofrece diversas rutas -como la de Vendemoro- para explorar y disfrutar de su belleza natural.
Paella y pinchadiscos
En este lugar y este pueblo se lleva a cabo una festividad única y arraigada en la tradición local: el Día del Hornazo. Este evento es una celebración que combina lo sagrado con lo gastronómico, atrayendo a lugareños y visitantes ávidos de vivir una experiencia cultural inolvidable. Cuando el tiempo lo permite. Por eso también se le conoce como Lunes de Aguas. Y el agua impidió que se celebrara la fiesta gastronómica, a la que invita el Ayuntamiento, y la otra, la del baile y el chupito. Tan solo se pudo celebrar en el lugar una misa en honor al Santo y, después, para el pueblo. La lluvia al mediodía, junto a fuertes rachas de viento, hacían imposible la estancia en el alto promontorio.
El polideportivo municipal fue el resguardo para que más de trescientas personas degustasen una sabrosa paella, helado y la bebida a la que invita el Ayuntamiento, con el alcalde, Julián Martín, presente en el lugar. Además, a estas viandas también se sumaron los tradicionales hornazos, hechos en casa o en la panadería local como mandan los cánones tradicionales, chorizo, lomo y panceta caseros, poco pan y mucho colorado... También las tortillas de patata, como la de Luci Salamanca, que estaba de órdago, un manjar para el mejor paladar. Y todo aquello que las familias o grupos de amigos se dignasen poner sobre las mesas.
Después, para que todo fuera festivo, toda una fiesta en el pabellón con pinchadiscos llegado de Béjar, y qué bien sonaba 'Viva el pasodoble' de la inmortal reina de la canción, Rocío Jurado, en el que Pepe Martín J. se encargaba de marcar los pasos como mandan los cánones tradicionales. Pero también el regatón y todo lo que se echara para adelante.
El Día del Hornazo en Villarino de los Aires es mucho más que una simple celebración gastronómica: es una ocasión para fortalecer los lazos comunitarios -que hoy son buenos-, rendir homenaje a las tradiciones ancestrales y disfrutar de la belleza y la hospitalidad de este encantador pueblo salmantino.