Farruquito: "Uno puede equivocarse en la vida, pero lucho por ser mejor persona"
El bailaor inicia en Salamanca la gira 'Íntimos', que seguirá por Zamora y Valladolid, y concede una entrevista para hablar de su arte y su espectáculo lleno de emoción
4 febrero, 2022 07:00Noticias relacionadas
Juan Manuel Fernández Montoya (Sevilla, 15 de agosto de 1982), más conocido como Farruquito, es hijo del cantaor Juan Fernández Flores 'El Moreno' y la bailaora Rosario Montoya Manzano 'la Farruca'. Farruquito va más allá de los cánones atribuibles a un bailaor, coreógrafo y productor de sus espectáculos. 'El Capitán', como también es conocido, reúne un compendio de dones que lo han convertido en un artista único, capaz de impregnar magia y calidad en todo lo que toca. Heredero de una escuela única fundada por su abuelo Farruco, Farruquito ha marcado historia y ha establecido una forma de baile que conserva la grandeza y la pureza de este arte, de donde brota el estilo depurado y la arrolladora fuerza de una estirpe.
Su último espectáculo, ‘Íntimo', relata los orígenes y la historia del flamenco en la que el baile se muestra en su estado más puro. Bajo una atmósfera íntima, pero a la vez impregnada de fuerza, ensalza cada elemento escénico al servicio intencionado del baile. Se inicia una liturgia en la que se desvela lo más personal de ‘El Capitán’. Una seguiriya anuncia la aparición en escena del Maestro, desde la que se nos traslada a la exaltación de palos tradicionales e insignes como los tangos, la soleá, las bulerías o las alegrías. En cada paso, en cada silencio, en cada movimiento lleno de música, en cada paseo, se despliega sabiduría y fuerza.
Farruquito evoca un viaje por el flamenco lleno de sensaciones, de libertad; devolviendo sus raíces al escenario, contemplando el mundo desde su interior, y este es el espectáculo que estará el día 9 en el Palacio de Congresos de Salamanca, a las 20.30 horas, y sigue en Zamora, el 10 de febrero en el Teatro Principal, para terminar su pequeña gira por Castilla y León, en Valladolid, el día 11 de febrero, en el Teatro Carrión, para marchar después a París, al Teatro Nacional, casi ná!
Pregunta: ¿Quién es Farruquito?
Respuesta: No tengo ni idea (risas). Farruquito es una persona que se enamoró del flamenco siendo muy niño y que sigue enamorado del flamenco y los tablaos. Cada vez más comprometido, más involucrado en todo lo que infunde su arte. Una persona a la que le encanta la familia, estar con sus niños, con su mujer, con su familia, con sus amigos. Y luego, no puede dejar ser un bailaor que lleva desde niño viajando por todo el mundo, intentando difundir el flamenco y emocionarse para emocionar a los demás.
P: Supongo que siempre queda algo de Juan.
R: Si, claro. Juan es el primero que te define en verdad, porque al final yo soy Juan y soy Farruquito, el primero define al que le gusta estar con su familia y con sus amigos. Ese es Juan, pero también es Farruquito, porque fuera de los escenarios tampoco soy una persona que me dedico a ser famoso, como hay otros muchos compañeros que lo hacen, y lo hacen muy bien. Yo quizás nunca he sabido mostrarme de esa manera a los demás. Quizá porque Juan está muy presente.
P: ¿Farruquito se cree tan guapo como aseguran muchas revistas de moda internacionales?
R: Ja, ja, ja. Ni mucho menos. Lo que pasa es que los americanos son muy exagerados.
P: Ha hablado de la familia. Siempre se ha sabido que la familia de los 'farrucos' es la base para llevar esta intensa vida artística.
R: Creo que sí, nosotros lo hemos vivido en casa de una forma muy natural. Nosotros veíamos a mi abuelo Farruco que él era feliz yendo a su peña allí, a dar sus clasecitas, a estar con sus amigos, que compartían con su familia, que éramos nosotros. Íbamos allí desde el más chico hasta el más grande, a verlo, a estar con él, a comer juntos. Yo iba a ensayar desde niño y algunos primos más que luego nos siguieron. Mi madre montaba su espectáculo allí, cuando no íbamos a ensayar, quedábamos también con sus amigos, que era los nuestros y eran artistas como el abuelo Antonio Montoya, o gente del arte como el tío 'Chocolate'. Como nosotros lo hemos vivido de una forma tan natural, a veces no sabemos explicar lo que es ser unos flamencos, porque para nosotros ser flamenco es lo que nosotros somos, algo natural. Muchas veces no sé explicarme muy bien en este aspecto.
Como 'los farrucos' lo hemos vivido de una forma tan natural, a veces no sabemos explicar lo que es ser unos flamencos, porque para nosotros ser flamenco es lo que nosotros somos, algo natural.
P: Desde esa perspectiva, ¿quiénes son 'los farrucos'?
R: Los 'farrucos' es una familia que viene de mi bisabuela 'la Farruca', que es precisamente la que adopta el nombre por el palo del flamenco. En su pueblo había un concurso de baile por 'farrucas' y, por lo visto, pagaban hasta en comida. No había ni dinero en ese momento en el pueblo, pero se habían inventado un concurso y lo habían hecho por 'farruca', por aquella época mandaba el machismo, porque claro, solo se podían presentar hombres. Además, 'la farruca' era un baile de hombres. Y resulta que mi bisabuela, la madre de mi abuelo Farruco, se presenta. Le dicen que no, que es solo para hombres, y le dice ella que qué más les da, si es solo para hombres y ha ganado un hombre, que más da que se presente ella. Total, que se presenta ella al concurso y gana el primer premio. Ella se llamaba Rosario y de ahí adopta el nombre de Rosario, 'la de la farruca', y de ahí viene mi abuelo 'el Farruco'. Nosotros estábamos predestinados a ser flamencos. De alguna forma esa es la parte un poco más emocional y más espiritual. Luego, de once nietos que tenía mi abuelo 'Farruco', solo bailamos cuatro. Después hay mucho trabajo, la alimentación de toda una vida, y la profesión que es muy difícil y muy dura, y no es fácil mantenerse tantísimos años ahí arriba. Por lo menos, pedir que siga uno entreteniendo al público, y que tenga algo nuevo que contarle. Hay muchísimo trabajo, toda una vida.
P: Juan, ¿qué es para usted el flamenco?
R: Ser flamenco es tener una manera de sentir. Creo que una de las pocas culturas de la música, como es el flamenco, se puede permitir ser flamenco sin tocar, ni cantar, ni bailar. O sea, ser flamenco es como ser jipi.
P: No es menos cierto que el flamenco está de moda.
R: El flamenco para mí nunca ha estado de moda. El flamenco siempre ha sido algo muy admirado por todo el mundo. Lo que ocurre es que ahora se difunde más lo que pasa. Pero yo recuerdo que las giras que hacía con mi abuelo y con mi padre cuando yo tenía cinco años, no lo hago ahora siendo una persona conocida en el mundo. O sea, que no, el flamenco nunca ha estado de moda ni pasará de moda, porque algo tan auténtico, como una cultura de historia de un pueblo gitano andaluz, y que luego trasciende al mundo entero, y que cualquiera de cualquier parte del mundo que tenga YouTube, sea capaz de llorar y de enamorarse del flamenco, eso nunca puede estar de moda ni pasar de moda.
P: Es que respecto al baile del flamenco, tienes que enamorarte de lo que Farruquito transmite, es pureza, autenticidad, magnetismo, magia, ilusión y eso son normal que siempre esté de moda.
R: Yo pienso que el arte es contar lo que uno es en lo más profundo de su ser. A veces me cuesta hablando definir quién soy. Sin embargo, muchas veces la gente que me conoce al término de verme bailar, me ha dicho, Juan, creo que tú eres una persona que te gustas, y me digo yo, me cago en la mar, eso no se lo he dicho nunca a esa persona. Cómo se ha dado cuenta, porque me ha visto bailando. Fíjate qué bonito, que pueda uno expresar cosas que ni siquiera es capaz de expresarlas con palabras. Así de bonito es el arte y el flamenco. Es que el flamenco es eso. Aunque hoy día se haya convertido en un ochenta y cinco por ciento en contemporáneo con banda sonora flamenca el otro veinticinco Pero la parte de flamenco que muestran muchos de los espectáculos hoy, esa parte flamenca es la que emociona al público no es la parte contemporánea, que emociona al que le guste lo contemporáneo.
El arte es contar lo que uno es en lo más profundo de su ser. Qué bonito, que pueda uno expresar cosas que ni siquiera es capaz de expresarlas con palabras. Así de bonito es el arte y el flamenco.
P. Supongo que habrá alguien en quien quiera mirarse.
R: Siempre. Alguien no, hay mucha gente en la que yo me miro.
P: Y ese alguien...
R: Soy una persona que siempre he sido muy curioso. Aparte de haber tenido la suerte de vivir con los flamencos de esa época, aparte de mi abuelo Farruco, viví con El Güito, con Antonio Gades, viví con Manolete, con el maestro Canales, con mucha gente, con los más grandes. Y sin embargo, hoy día también hay gente que son grandes y que también son referentes, aunque no sean tan conocidos. Por ejemplo, José Maya y Pepe Torres. Aparte de mis hermanos y mis primos, que para mí son grandes, grandes. Gema Moneo, Karime Amaya, Palomo Fantova, Belén López o Alfonso Losa. Hay gente bailando increíblemente bien, y precisamente muchas veces no son los más conocidos. Eso es un poco las noticias de ese arte.
P: Vayamos a esta gira por Castilla y León, empezando por Salamanca, que es donde estamos, y sigue por Zamora y Valladolid ¿Tiene alguna anécdota relacionada con esta ciudad?
R: Pues mira, la verdad es que hace muchos años que fui. Solo estuve una vez y recuerdo que fue teatro, hotel , hotel teatro, como la mayoría de las veces. Por lo tanto, para mi es como si fuese la primera vez que voy a Salamanca. Vamos a intentar emocionar al público y que quede un buen recuerdo maravilloso.
En esta gira por Salamanca, Zamora y Valladolid, que para mi es como si fuese la primera vez, vamos a intentar emocionar al público y que quede un buen recuerdo maravilloso.
P: Castilla y León, pero con muchas raíces flamencas.
R: Si, yo lo sé, porque mi abuelo Farruco me hablaba mucho de que a él, cuando en el norte digamos que el flamenco no estaba tan bien visto, a él lo contrataban muchas veces por allí. Gustó muchísimo y a veces iba para un día o dos y se quedaba varios días en algunos sitios, incluso en restaurantes de calidad de entonces donde contrataban flamenco, porque a los teatros iban otras clases de músicas. Pero es verdad que yo recuerdo siempre a mi abuelo hablar muy bien de Castilla y León, y siguió como esa cosa ahí en mi cabeza. En los sitios donde yo voy a bailar, si hay mucho flamenco y mucha afición, bien. Pero si no la hay también, porque así la creamos y hacemos que el flamenco sea un poquito más grande.
P: ¿Qué trae en su espectáculo a esta tierra del centro?
R: Creo que el título lo dice, 'Íntimo'. Está pensado para recrear ese momento de intimidad. Que sucede en una fiesta, en una celebración de la familia o de unos amigos. Ahí pasan cosas muy bonitas. Ahí nadie te va a valorar. Nadie ha pagado para verte, no tienes una hora para salir a bailar, ni a cantar, ni a tocar. Y ahí pasan cosas que son cien por ciento verdad. Guardando siempre el respeto y la compostura de que tenemos que ofrecer un espectáculo para un público. El espectáculo trata de eso, de hacerse partícipe al público de una reunión con nosotros, como si ellos no estuviesen ahí sentados en un teatro, sino que estuviesen sentados con nosotros formando parte del espectáculo. ¿Qué es lo que hacemos todo el tiempo? Crear ambiente, crear clima, pedirnos cosas los unos a los otros, mis músicos y yo. Nos pedimos las cosas con gesto, con miradas, a veces hasta con palabras, pero nos pedimos lo que sentimos, nos cantamos y empezamos a conectarnos. Cuando somos capaces de entendernos y de emocionaros, percibimos que la gente también se lo está pasando bien, que es lo más importante.
P: Si no hubiera sido bailador...
R: Si yo no hubiese bailador, hubiese sido músico igualmente. Una de las poquitas cosas de las que no me canso nunca es de la música y del arte. Yo no me veo, la verdad, en una oficina con un ordenador delante todo día, que también lo hago, porque hoy día los flamencos somos empresarios, igual que cualquier otro, pero no me veo así. Cuando estoy mucho tiempo en ordenador haciendo cuatro gestiones, automáticamente me levanto y llamo a la asistenta y le digo, yo no puedo estar con esto. Encárgate de eso, que yo me tengo que poner a crear, tengo que coger la guitarra, tengo que escribir, tengo que componer, tengo que meterme en el estudio a tocar el piano, a crear. Ese es mi mundo. Soy un niño cuando estoy con la música, cuando no, me vuelvo un adulto aburrido y horrible.
P: De aquellos años de redención hasta hoy, Juan ha mejorado muchísimo. ¿En qué lo ha hecho?
R: Pues mira, creo que toda la experiencia que uno vive en la vida le hace aprender, y lo encamina a ser mejor persona si tienes un corazón dispuesto a serlo. Si no, da igual lo que te pase en la vida, que lo único que vas a aprender es la rabia y te afecte o no. Yo, gracias a Dios, tengo una familia muy bonita, tengo buenos y muchos amigos. Tengo tres niños que son tres tesoros. Lo único que trato es de ser cada día mejor persona, ponerme en el lugar de cada uno, ponerme siempre con el corazón abierto a aprender, a que de Dios y la vida me llenen de bondad y de humildad, y de seguir por el camino del bien, que al final es el único camino que existe. Porque uno puede tener equivocaciones en su vida, pero eso no quiere decir que sea tu condición de persona. Por tanto, uno lucha por ser cada día mejor persona y pienso que ahí se resume todo.
P: ¿Quiere añadir algo más?
R: Que todo el mundo vaya, por favor, a ver el espectáculo, porque yo tengo muchas ganas de ir por esa tierra, que hace muchos años que no voy, y es como si fuese la primera vez. Por lo tanto, me encantaría ver a la gente en el teatro y pasándoselo bien, porque esa es la recompensa de los artistas.