Crítica de 'La Moderna': una serie que aspira a ser un clásico con pedigrí en la línea de 'La Promesa'
La serie adapta la aclamada novela 'Tea Rooms' de Luisa Carnés y se estrena este miércoles 27 en prime time multicanal en TVE.
27 septiembre, 2023 13:44Y ha llegado el esperado momento. Este miércoles 27 de septiembre a las 22:40 horas, TVE estrenará de manera multicanal La Moderna, también llamada Salón de té La Moderna. La adaptación televisiva de la aclamada Tea Rooms. Mujeres obreras de Luisa Carnés (una de las autoras más importantes de la Generación del 27). Una puesta de largo por todo lo alto para saltar a partir de este jueves 28 de septiembre a las sobremesas de La 1, siendo la telonera de La Promesa.
Ahora bien, ¿cómo es esta nueva serie diaria? A diferencia de la ficción de Bambú y Studio Canal, que está ambientada la comarca cordobesa de Los Pedroches en el año 1913, La Moderna está situada en el Madrid de los años 30, en pleno corazón de la capital española. El primer episodio, que ha podido visionar ya BLUPER, comienza con la heroína protagonista, Matilde, caminando por la calle Alcalá, yendo hacia una entrevista de trabajo.
Con este inicio, la ficción producida por Boomerang TV y Mediawan muestra ya parte del espíritu de denuncia de la novela original, al contar con una joven protagonista que deja en evidencia la desigualdad de clases con un gesto tan aparente normal para la época como poner entredicho que, para acudir a la entrevista de trabajo, tenga que utilizar la escalera del servicio y no las escaleras principales o el ascensor, el cual en ese momento nadie usa.
El siguiente gesto, el del espíritu feminista de la novela original, se muestra cuando Matilde rechaza el puesto de secretaria y mecanógrafa cuando su posible jefe le hace una propuesta sexual. La carta de presentación es directa y certera. Ahora bien, la serie diaria tiene el reto de expandir el universo original de Tea Rooms. Eso la producción lo demuestra con las siguientes escenas.
Una expansión del universo creado por Luisa Carnés
El prólogo resulta bastante fiel a lo que Carnés explicaba en el primer capítulo de la novela, son las siguientes secuencias las que muestran que el libro servirá como base de la expansión que han creado Carlos Martín Eguía y Joaquín Santamaría como coordinadores de guion y cuyo equipo está conformado por Miquel Peidró, José Antonio López (Kata), Remedios Crespo, Ignasi Rubio, Juan Manuel Beiro, Ángela Armero, Neus Peidró, Sergio Barrejón, José Ángel Domínguez y Laura Molpeceres.
Es aquí donde se ve la magia de lo que se presupone seguirá siendo la ficción. El salón de té y la galería en la que está instalado llevan al público a un mundo idílico, aparentemente alejado a la época tumultuosa que estaba viviendo la España de los 30, en los años previos al estallido de la Guerra Civil. Unos escenarios que bien podrían estar situados en París, dado que evoca a la elegancia de la Galerie Vivienne o la popularidad del Passage des Panoramas, ambos en el distrito II de la capital gala. A ello se suma la apuesta por localizaciones reales, como el parque del Buen Retiro, que le dan una mayor autenticidad a la ficción.
Con semejantes localizaciones, en las que se ve el compromiso por crear ficciones de época con pedigrí, en la que la calidad comienza con el detalle y el diseño de producción, La Moderna sabe sentar sus bases de serie diaria con una buena presentación de sus personajes protagonistas. Matilde, una joven que busca sacar a su familia adelante y que tuvo que aparcar sus sueños y aspiraciones tras la trágica muerte de su padre en un accidente automovilístico (hecho que será clave para la historia, cabe recordar).
La interpretación de Helena Ezquerro es decidida y a la par frágil, mostrando una combinación exquisita que muestra la fuerza interior de una mujer que debe enfrentarse a una serie de adversidades extra en la España de los 30. Con también fuertes vínculos familiares, aquí se la ve bien acompañada por Miryam Gallego, quien encarna a su madre y cuya presencia en este primer episodio (aunque limitada) es muy potente y muestra otro tipo de personaje para la actriz de Águila Roja e Instinto.
Por supuesto, con un papel protagónico femenino tan potente, no podía faltar un galán que estuviera a su altura. Almagro San Miguel es Íñigo Peñalver, antiguo amor de adolescencia de la protagonista, quien encarna lo aparentemente opuesto de lo que es Matilde. Con cierto aire canalla a lo Clark Gable, detrás de la imagen de mujeriego y bon vivant se esconde un hombre de principios y fuertes lealtades, o eso es lo que se plasma en este primer episodio.
Equilibrio entre protagonistas y una historia coral
La Moderna sabe mostrar ese deseo que existe entre sus protagonistas. Ayuda que ya se conozcan, que su amor sea una cuenta pendiente de juventud, dado que eso permite explorar más a fondo a unos personajes que se reencuentran, pero que tienen sus propios problemas y sus propias vidas. Aunque, realmente, este episodio sirva para presentar principalmente a sus protagonistas, también permite conocer lo que aspira a ser una historia coral al más puro estilo La Promesa o las míticas Acacias 38 o Amar en tiempos revueltos.
Se pueden ver momentos humorísticos que permiten descansar a la trama central y se dan a conocer a esos personajes que desarrollarán sus propias subtramas, como la que tienen Miguel (Llorenç González) y Trini (Bárbara Mestanza), matrimonio que debe ocultar que lo es, dado que el salón de té no permite que haya mujeres casadas trabajando en el local. También se ve el buen corazón de secundarios que ya aspiran a conquistar al público, como Antonia (Teresa Hurtado de Ory) o Pietro (Andrea Fiorillo).
Por supuesto, mención única para la que aspira a ser la gran antagonista de la ficción, doña Carla de Morcuende, encarnada por Stéphanie Magnin. Se intuye que su papel será como el del perro del Hortelano, que no come ni dejará comer. Casada con el jefe del galán protagonista, Jaime (José Luis García Pérez), sigue enamorada de Íñigo, quien fue un antiguo amor. Es también una cuenta pendiente, eso sí, muy distinta. Si Matilde es luz, entereza y dignidad; Carla aspira a ser sagacidad, astucia, pero con un punto de malicia y oscuridad. Será interesante cómo irá desarrollándose este triángulo amoroso.
Con ciertos momentos en los que se ve que los años 30 fueron tumultuosos y la antesala de una guerra fratricida, La Moderna resalta por ser pura luminosidad, un oasis en ese Madrid que vivía tiempos convulsos. Un lugar de ensueño preparado para conquistar al público día sí y día también. Su estreno demuestra el firme compromiso de la Corporación con producciones cuidadas, de calidad y que evidencian la fuerte atracción del público por los relatos de época. Entre cafés, rooibos, croissants y macarons, La Moderna conquista y ofrece ser ese delicioso momento del té para encontrarse con esos personajes que ya aspiran a convertirse en antiguos amigos.