Estamos a menos de un mes del proceso electoral que revelará quien será el próximo presidente de la Federació de Fogueres, en donde todo se dirime si Toñi Martín-Zarco seguirá siendo la mandataria número veintitrés de la historia de la Festa, o David Olivares le relevará, ocupando la cifra veinticuatro de sus dirigentes.
Sea como fuere, realicemos una mirada retrospectiva, intentando comentar algunos detalles en torno a sus dirigentes y formatos de elección sucedidos en la historia festera. Y en ello, convendría desmontar el falso lugar común, indicativo de que hasta el verano de 1980, los diferentes presidentes de gestora tuvieron una designación directa por parte del alcalde de turno.
Así pues, desde aquel julio de 1929 en que se instaura la Comisión Gestora y preside inicialmente el fundador de la celebración, José María Py, y hasta febrero de 1956, cuando Agatángelo Soler nombra a Gastón Castelló como cabeza de la entidad, la práctica totalidad de presidentes que le precedieron fueron elegidos por votación popular de las distintas hogueras.
Es cierto que hablamos de una entidad mucho menos influyente, con limitado margen de actuación y sin subvención municipal, que se tenía que buscar las habichuelas en base a los ingresos generados por sus propios y contados actos. Precisamente a partir de esa debilidad es por lo que Soler procedió al reiterado nombramiento de Gastón -que en modo alguno deseaba este cargo-, otorgándole en su mandato esa tan deseada subvención municipal.
Del mismo modo, el extenso periodo presidencial de Tomás Valcárcel se fue reiterando en renovaciones anuales por parte del alcalde de turno. Y también fue designado Jacinto Masanet en el ejercicio 1979/80, andadura puente por parte del alcalde Lassaletta, primero de la democracia municipal iniciada en abril de 1979.
Tras las hogueras de 1980 y una previa reforma de Reglamento, a primeros de agosto de dicho año se inicia un largo y vigente periodo democrático en la elección de los responsables de nuestro órgano rector, que tuvieron en la figura de Masanet su primer exponente. Era un sistema diferente al actual, ya que se basaba en listas abiertas, cuyos diez componentes con mayor votación formaban la entidad, y entre ellos elegían a su presidente en votación posterior.
Dos años después, con este sistema era elegido Raúl Baeza, y un bienio después Miguel Díaz. Al final del mandato de este último se procedió a otra reforma de Reglamento, en la que el sistema de elección se establecería en listas cerradas, y que en octubre de 1986 permitió el ascenso de Conrado Albaladejo al mando de les Fogueres.
Desde entonces, a grandes rasgos, el sistema ha sido el mismo, con la excepción del aumento de sus componentes. En las elecciones de 1995, en las que los componentes de las listas ascendieron a quince, saldría elegido de manera abrumadora Andrés Llorens, y en ella votaron por vez primera las barracas, que hasta entonces solo elegían a su delegado correspondiente en votación paralela.
Ese aumento de componentes en las candidaturas se ha extendido en el tiempo, hasta llegar a que en 2013 se aprobara -a mi modo de ver de manera irresponsable- a una composición de la entidad, de 32 componentes.
Desde que se creó la entidad rectora podemos señalar los mandatarios más longevos. Diecinueve años Valcárcel, once Ramón Guilabert, siete Pedro Valera y seis Albaladejo, José Manuel Lledó y Manuel Jiménez. Curiosamente, en 2019 no tuvimos presidente ¿Alguien lo echó de menos?