Dormir en un armario no era tan descabellado en la Edad Media: descubre las curiosas camas del pasado
Estas camas, comunes durante siglos, no solo permitían ahorrar espacio, también eran aislantes.
3 marzo, 2024 09:59Cerrada y con forma de armario. Así era una de las piezas de mobiliario que apareció en un periodo clave de nuestra historia: la Edad Media. La cama caja, también conocida como cerrada, surgió en esta época en el norte y centro de Europa. Fue relativamente común hasta el siglo XIX.
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¿En qué consistía? Contaba con cuatro lados por paredes de madera, como cajón. Se podía penetrar abriendo una puerta o sencillas cortinas y constaba, en ocasiones, de patas para aislarla de la humedad.
Según los medios de sus propietarios, era más o menos humilde: mientras algunas contaban con la decoración mínima, otras eran abundantemente decoradas. De hecho, algunas de las más ostentosas fueron conservadas para ser expuestas. Las utilizaban esencialmente agricultores, pescadores y miembros de la nobleza.
Un arcón de tamaño pequeño o medio solía ubicarse delante, tanto para facilitar el acceso como para conservar ciertas pertenencias. ¿Por qué fue tan popular? Suponía, primero, un importante ahorro de espacio ya que no solo una persona podía dormir dentro, las más grandes podían acoger hasta una familia, pese a la incomodidad y los riesgos de asfixia que conllevaba.
Era, sin embargo, una ventaja: conservaba el calor. En invierno, su carácter aislante era de agradecer, sobre todo en el caso de las familias más humildes. Y permitía, asimismo, crear una separación con el ganado.
Fue especialmente relevante debido al periodo de la Pequeña Glaciación o Pequeña Edad de Hielo, una etapa de frío extremo que abarcó desde comienzos del siglo XIV hasta mediados del siglo XIX.
Otro tipo de sueño
Más allá del mobiliario, el hábito del sueño también cambió de forma curiosa con el paso del tiempo. Según el historiador de la Universidad de Virginia Roger Ekirch, el patrón del sueño dominante en otros tiempos era "bifásico", es decir, estaba dividido en dos fases. Nuestros ancestros dormían en dos bloques de cuatro horas. "Estos dos bloques estaban separados por un periodo de vigilia que duraba una hora o más", argumenta el experto.
Una noche de sueño normal en el siglo XVII empezaba a las 21h y podía terminar sobre las 23 h. Otra prueba del desarrollo continuo de la sociedad y del mundo tecnológico.