Galicia guarda entre sus tierras impresionantes parajes naturales, uno de ellos este: la Ribeira Sacra y los Cañones del Sil, entre las provincias de Orense y Lugo. La Ribeira Sacra comprende las riberas de los ríos Miño, Sil y Cabe y recibió este nombre por los diferentes asentamientos eremíticos impulsados por la orden benedictina, construidos en su mayoría entre los siglos X y XIII. Entre los tres ríos destaca el Cañón que forma el Sil, una gran garganta excavada poco antes de unirse al Miño al norte de la provincia de Orense.
En el centro geográfico de esta singular zona se encuentra Monforte de Lemos, la única ciudad y que en la época medieval fue un ejemplo de ciudad-fortaleza feudal levantada alrededor de un monasterio. Este es el punto que la mayoría de visitantes escogen para partir hacia la ruta por la naturaleza gallega. Conviene dedicar un tiempo a la ciudad, ya que entre sus calles guarda importantes lugares, así como el Museo del Ferrocarril por la importancia que ha tenido este medio de transporte en la localidad o, también, es la sede del Centro del Vino de la Ribeira Sacra.
Una de las visitas que no debe faltar en Monforte de Lemos es al Conjunto Monumental de San Vicente del Pino, calles que forman el barrio judío y desde donde se puede ver la muralla y otras calles que nos transportarán al Medievo. La Iglesia de la Régoa es un rincón precioso para visitar, así como el altar de Nuestra Señora de Montserrat, la patrona de la ciudad.
Para hacer esta ruta es casi imprescindible contar con un coche, ello permitirá sacar el máximo partido a cada rincón natural, monasterio o mirador. Los balcones y miradores que se encuentran en la extensión de este territorio son uno de sus mayores atractivos, de ahí la importancia de señalar los más destacados:
Cerca de Parada de Sil se encuentran los Balcones de Madrid, uno de los más impresionantes de la Ribeira Sacra. Su acceso es muy fácil, aunque también se pueden seguir las indicaciones para llegar al Santuario de Cadeiras para llegar a él. Desde este punto era desde donde las mujeres despedían a sus maridos cuando emigraban: la mayoría eran barquilleros que iban a Madrid, de ahí su nombre.
El mirador de Santiorxo destaca por su pasarela de madera, desde donde se puede contemplar el monasterio de Santa Cristina de Ribas de Sil. Otros miradores cercanos son el del Cotarro das Boedas y el del Santuario de Cadeiras. En la orilla de Sober se encuentra uno de los más vertiginosos, el mirador de Cividade, con una gran pasarela metálica.
Finalmente, para apreciar la caída casi vertical de 400 metros que alcanza el valle entre Sober y Monforte, hay que destacar el mirador del Duque, desde donde también se verán las terrazas que se utilizar para producir los mejores vinos.
No hay que olvidar que los monasterios que se distribuyen por esta zona cobran especial importancia, tanta como los diferentes miradores. Los dos imprescindibles son el de Santo Estevo de Ribas de Sil y el de Santa Cristina, el primero ya es un parador y se llega a él cruzando Luíntra, mientras que a Santa Cristina se llegará pasando por preciosos y verdes paisajes. A lo largo de la Ribeira Sacra también sorprenden otros edificios religiosos como las Iglesias de A Cova, San Miguel de Eiré o San Fiz de Cangas, además del convento de San Salvador en Pantón o el de San Paio de Diomondi.
Los Cañones del Sil también se pueden recorrer en catamarán. Hay recorridos por los ríos Sil y Miño con embarcaderos en Santo Estevo, Abeleda, Orense, Belesar o Lugo. Para aquellos que cuenten con más tiempo pueden dejar el interior gallego para pasar unos días en la costa, optando por Vigo o, incluso, las Islas Cíes, un bello paraíso natural en la costa atlántica.
Hay que recordar que en las orillas del sur del Cañón del Sil se encuentran los viñedos que producen el vino con Denominación de Origen Ribeira Sacra, un auténtico manjar que hay que probar pero también ver. Todo el recorrido desde Belesar es una auténtica maravilla, especialmente en las épocas de primavera y otoño.
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