Beverly Hills no necesita presentaciones. Acostumbrada a ser el epicentro del glamour y la fama no le faltan hoteles de lujo que compiten por recibir a las celebrities más admiradas o convertirse en el lugar de moda para tomarse una copa. SLS Hotel at Beverly Hills nació de la mano de Sam Nazarian, un empresario que ya había posicionado sus locales en la exigente vida nocturna de Los Ángeles. Es, sin duda, uno de los imprescindibles en la ciudad.
SLS Hotel at Beverly Hills
No busquen en SLS un acrónimo original y rebuscado. No lo es. Pero, hay que vender la marca y pronto detectaron que SLS se podía corresponder con tres conceptos vitales para este hotel: Style, Luxury and Service. Esa es la esencia de este hotel y eso es lo que vende. Tiene numerosos premios de prestigiosas revistas especializadas y la categoría AAA Four Diamonds. Además, forma parte de The Luxury Collection de Starwood.
Con todos estos ingredientes y a solo 15 minutos en coche del centro de Hollywood, entramos en un hotel en el que lo primero que nos llamará la atención es el diseño. Un ambiente chic y deslumbrante pero sin renunciar al confort. El artífice de la estética del SLS Hotel at Beverly Hills es Philipe Starck. El prestigioso diseñador francés, reconocido internacionalmente, es uno de los grandes innovadores de la decoración. Sus obras se muestran en museos y exposiciones y está especialmente familiarizado con el interiorismo de hoteles de lujo.
SLS Hotel at Beverly Hills cuenta con 297 habitaciones, 61 de ellas son suites de lujo y, dentro de este apartado, dispone de siete Fitness Suites equipadas con Technogym Kinesis. Como dato curioso apuntar que dispone de 32 Pure Rooms, habitaciones especialmente concebidas para evitar las alergias.
El Ciel Spa es el lugar apropiado para liberar tensiones, atender a tratamientos de belleza y, por qué no, disfrutar del relajante y exquisito entorno. Pero estamos en Beverly Hills y este hotel se ha convertido en un punto de encuentro para la gente con clase, cuando llega el momento de disfrutar de la gastronomía. Los restaurantes Trés y The Bazaar by José Andrés son dos lugares de moda en Los Ángeles. La creatividad y el talento del chef español, nacionalizado estadounidense, han enamorado a las estrellas de Hollywood y a los pudientes moradores de Beverly Hills.
Un auténtica visita a Beverly Hills supone alojarse en un hotel exquisito, disfrutar de un cóctel en su salón Altitude Pool Deck -junto a la deslumbrante piscina de la sexta planta-, y pasar una tarde de compras en Rodeo Drive. Glamour a raudales.
Rodeo Drive es una larga calle que une Sunset Boulevard con Beverwil Drive y dentro de ese territorio de las compras se encuentran las tres esquinas del Triángulo de Oro, entre Wildshire Boulevard y Santa Mónica Boulevard. El Triángulo de Oro abrió sus escaparates al lujo de Giorgio Beverly Hills hace más de cincuenta años y Gucci llegó inmediatamente después. Los simples mortales podemos pasear y embelesarnos con los diseños de Gucci, Armani o Cocó Chanel y pasmarnos con las creaciones de joyeros como Cartier y Tiffani.
Cuando el bolsillo no acompaña para tanto despliegue monetario, existe una posibilidad un poco más asequible. Tiendas de ropa “vintage” de lujo, la opción para no perder el sueldo de todo un año. Algunos establecimientos ofrecen prendas y complementos de Hermés, Chanel, Louis Vuitton, Kenzo y un largo etcétera del luxury total. Evidentemente, los precios son altos pero es una pequeña alternativa de ahorro.
Una encantadora jornada de compras o, simplemente, de contemplación de escaparates, mientras rememoramos el romance entre Julia Roberts y Richard Gere en Pretty Woman.
Zona comercial y su Paseo de la Moda
El Paseo de la Fama de los Ángeles tiene su réplica, en Rodeo Drive, en el Paseo de la Moda (The Walk of Style). Sin embargo, no son las huellas de las manos de las estrellas de Hollywood las que decoran las baldosas sino placas de bronce, instaladas en la acera, que recuerdan a personas que han destacado por su contribución a la moda y el diseño.
Los Ángeles, California, exhibe su luxury heart en Beverly Hills. Y, aunque la comunidad es pequeña, las grandes mansiones y las firmas exclusivas no están instaladas en ningún barrio sino en una de las 88 ciudades del Condado de L. A.