Maria Kovalchuk, en el centro, víctima de violación y una brutal paliza en Dubai.
Humillaciones con camellos y palizas al borde de la muerte: la 'cara B' de las modelos e influencers que viajan a Dubái
La brutal paliza a la modelo ucraniana Maria Kovalchuk ha vuelto a poner el foco sobre el fenómeno 'Dubai Porta Potty', por el que jóvenes de medio mundo son obligadas en el emirato a las prácticas más degradantes a cambio de dinero.
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En abril de 2022, el vídeo de un millonario defecando en la boca de una joven en una fiesta en Dubái se hizo viral en TikTok y en el antiguo Twitter. Las imágenes dieron pie al hashtag 'Dubai Porta Potty'; en slang inglés, 'Dubái Baño Portátil'.
Con ese nombre quedó bautizado el oscuro fenómeno que se esconde detrás del brillo de los rascacielos futuristas de la capital de los Emiratos Árabes Unidos, sus playas artificiales y coches deportivos chillones: el de centenares de 'influencers' que viajan al emirato para complacer los más aberrantes fetiches de sus patrocinadores a cambio de sumas de dinero –no siempre grandes– y unos días de una vida de lujo inalcanzable para la mayoría.
El pasado 23 de marzo, la joven ucraniana Maria Kovalchuk, de 20 años, apareció tirada en una cuneta de una autopista dubaití, con varias extremidades rotas y la columna vertebral partida. Estaba inconsciente, ensangrentada, sin habla, y al borde de la muerte. Hubo que practicarle hasta cuatro cirugías para salvarle la vida.
Kovalchuk llevaba 10 días desaparecida, después de acudir a una 'Porta Potty Party' que se celebró en un lujoso hotel de la ciudad. Su familia comenzó a preocuparse cuando, a los dos días de entrar en el hotel para participar en la terrorífica fiesta, la chica perdió un vuelo que tenía programado para Tailandia y no dio más señales de vida.
En su último contacto con su familia, la ucraniana dijo que había quedado con dos hombres "del mundo del modelaje en Dubái" con quienes iba a pasar la noche.
La joven se ganaba la vida en 'Only Fans' y había sido contactada para viajar a Dubái y participar en esa fiesta con supuestos jeques, todos ellos desconocidos. Qué ocurrió luego, todavía se desconoce. Pero medios locales rusos especulan con que Kovalchuk fue secuestrada, convertida en esclava sexual, violada múltiples veces, luego apaleada hasta casi morir y abandonada semidesnuda en la carretera.
Su caso ha vuelto a sacar a la superficie este peligroso fenómeno en el que no sólo se ven envueltas prostitutas profesionales o jóvenes con cuentas en 'Only Fans', sino 'influencers' y chicas corrientes con cuentas en Instagram que despiertan los deseos más oscuros de jeques millonarios.
La modelo ucraniana Maria Kovalchuk.
Expuestas
Los primeros registros sobre estas prácticas se remontan a 2015, en foros de 4Chan, una plataforma de los bajos fondos de Internet parecida a Reddit o Forocoches en España. Allí circulaban rumores de que muchas de las mujeres que proyectaban en Instagram un estilo de vida lujoso en Dubái estaban en realidad patrocinadas por grandes fortunas del emirato a cambio de favores sexuales de lo más extravagantes.
Ese mismo año, los rumores tomaron vuelo en la página web Tag The Sponsor (etiqueta al sponsor), que expuso con capturas de pantalla las conversaciones de los supuestos jeques o sus agentes con las chicas: las capturas pretendieron confirmar que muchas de las influencers que exhibían sus lujos desde Dubái, realmente financiaban su vida con trabajos sexuales encubiertos.
Uno de los aspectos más perturbadores que reveló Tag The Sponsor es la existencia de las fiestas donde las chicas no sólo eran contratadas para sexo, sino que también se veían obligadas a soportar vejaciones extremas, como el consumo de excrementos humanos y actos de zoofilia con camellos, a cambio de sumas de dinero que oscilaban entre los 20.000 y 100.000 dólares por noche.
Por su título, la página pretendía desenmascarar a quienes financiaban las vidas de estas modelos y estarían detrás de estas prácticas. En realidad, la web revictimizaba y exponía con imágenes y nombres reales a las 'influencers', aceptando participar en actos humillantes en Dubái y con fotos de cuando ya estaban allí.
Después de varias demandas y presiones legales, Tag The Sponsor fue clausurada así como sus cuentas subsidiarias en redes sociales. También se descubrió que la página funcionaba como una plataforma de extorsión a mujeres: algunas de las conversaciones filtradas las habían iniciado impostores que se hacían pasar por jeques millonarios con el fin de tender una trampa a las jóvenes, para luego exponerlas a su círculo cercano y en público, y finalmente chantajearlas si querían ver las conversaciones retiradas.
La mayoría de víctimas expuestas procedían de países de Europa del Este, pero Tag The Sponsor también filtró las conversaciones privadas de algunas españolas que, a través de Instagram, recibieron y aceptaron propuestas sexuales, incluso con animales, a cambio de dinero y un fin de semana con todos los gastos pagados en Dubái.
"Voy a montar una reunión y busco gente como tú. Recibirás un vuelo en primera clase a los Emiratos y 30.000 dólares. Todo confidencial. No habrá fotos. Tu amiga puede venir", decía uno de estos mensajes, dirigido a dos influencers ibicencas.
A otra de las víctimas se le hablaba de satisfacer "algunas fantasías" como "[sexo] anal, lluvia dorada [orinarse encima de ella] y a veces cropofilia". "Te daré 15.000 dólares y lo registraré como un trabajo de modelo para una de mis compañías", añadía. La chica respondía con un "ok".
Captura de pantalla de la extinta página Tag The Sponsor.
Catálogo online
Más allá de la realidad que expuso Tag The Sponsor, ha habido otras denuncias públicas sobre la oscura realidad de la prostitución en Dubái. La modelo española Laura Leyva aseguró en el pódcast 17 grados que recibió ofertas de viajar al emirato con la promesa de ganar mucho dinero, y no precisamente por dedicarse al modelaje.
Según relató Leyva, las maniquíes son expuestas como mercancía en habitaciones de hoteles donde jeques y millonarios eligen con quién pasar la noche, a veces sometidas a las prácticas más degradantes y sin opción de resistirse.
"Me enteré de que una chica lo hizo, una colega mía, y le pregunté 'cómo va', y es verdad que todos esos lujos los tienes, pero ciertas noches te ponían en fila con todas las que habían ido, venían los jeques y decían 'quiero esta'", confesó la modelo. "Si te resistes, la situación puede volverse muy peligrosa", añadió Leyva en el pódcast.
Asimismo, la maniquí española también confirmó que conversaciones como las que expuso Tag The Sponsor tienen lugar constantemente, y que Instagram se ha convertido en un gran catálogo online donde los poderosos eligen mujeres para satisfacer sus caprichos: "Ya ni modelos, también va gente mona, les escriben por Instagram y ven tanta pasta que van a probarlo".
Un reportaje de la periodista de la BBC Vitoria Derbyshire reveló igualmente que, en el Reino Unido, numerosas modelos y personalidades han recibido propuestas similares. Tyne-Lexy Clarson, una socialité que apareció en la segunda temporada del programa 'Love Island', asegura que una agencia le envió un email ofreciéndole 65.000 dólares para pasar cinco noches en Dubái, previa firma de un contrato de confidencialidad que nunca aceptó.
"Es prostitución de alto nivel. Es tenebroso pensar que si me han enviado mensajes a mí, probablemente también los han enviado a miles de jóvenes bonitas en Instagram", aseguró Clarson a la cadena británica. Clarson también dijo que muchas 'influencers' que puedan estar pasando un mal momento financieramente son presas fáciles de este tipo de propuestas al querer "mantener las apariencias" a toda costa.
La brutal paliza a Kovalchuk, la joven modelo ucraniana, ha vuelto a poner el foco en la permisividad con que en los Emiratos Árabes se toleran estas prácticas. En el país, la prostitución está oficialmente prohibida pero varios informes aseguran la presencia de redes de trata y desprotección a las víctimas de prostitución.
Más allá de los casos de 'influencers' procedentes de Europa, América y Estados Unidos, las redes de trata también atraen a mujeres del sudeste asiático y de orígenes humildes con la promesa de trabajos dignos y bien remunerados. Luego, se ven forzadas a ejercer la prostitución en el que ya se considera el barrio rojo del Golfo Pérsico.
