Vanessa Serén, la "discreta" trabajadora de la limpieza de Oia asesinada por su exnovio de la Guardia Civil
La vida de las víctimas (21): Su verdugo, un agente de Baiona, tenía una orden de alejamiento desde abril. La esperó en el párking donde trabajaba.
5 junio, 2023 02:03Oia amanece devastada otro día más. El cadáver de Ana Vanessa Serén Penas, de 44 años, una de sus vecinas, yació durante horas el sábado en el párking del camping O Muíño atravesada por varios disparos de arma de fuego. El presunto autor del crimen fue su exnovio, un agente de la Guardia Civil, Víctor G. D., originario de La Guardia y destinado en el cuartel de Baiona, quien después de perpetrar el crimen huyó hacia una zona montañosa. Al verse acorralado por las autoridades, se suicidó con el mismo arma. Sobre él pesaba una orden de alejamiento de 300 metros y varias denuncias previas. Nadie entiende qué ha podido fallar.
Hacia primera hora de la tarde, Víctor G. se acercó en una furgoneta al camping O Muíño, donde Serén trabajaba como empleada de la limpieza. Al salir de su puesto de trabajo y dirigirse hacia el aparcamiento, el presunto autor del crimen machista descerrajó a su víctima varios tiros y se dio a la fuga. "Nosotros escuchamos dos disparos. Hasta había niños delante", explica una clienta del camping. Hacia las 22:15 de la noche, tras una hora dialogando con los agentes, que habían cercado al fugado, el autor del crimen decidió acabar con su vida.
"Lo más que puedo decir de ella es que era una auténtica luchadora", explica a EL ESPAÑOL Beatriz González, directora del camping en el que trabajaba Vanessa Serén. "La conocía muy bien, pero sabiendo lo discreta que era ella, por respeto, no puedo ni quiero decir más. Sé que a ella no le gustaría que estuvieran hablando de estas cosas. Puedo decir que era muy sacrificada y que siempre tenía en el rostro una sonrisa".
Ana Vanessa Serén Penas era natural de A Coruña, pero emigró a Lugo cuando aún era una niña, siendo esta la ciudad en la que desarrolló prácticamente toda su vida y a la que viajaba habitualmente para ver a sus padres. No estaba casada ni tenía hijos. Trabajaba donde podía y la aceptaban, aunque la inestabilidad laboral y personal hizo que tuviera que requerir la ayuda de los servicios sociales para salir adelante: "Le ayudaron a encontrar vivienda y trabajo", confirma un concejal oyense.
"Ella ya había trabajado aquí la temporada anterior, en el verano", continúa González. "El año pasado había estado contratada en el supermercado –una suerte de ultramarinos que suministran alimentos a los bungalows del camping– y esta temporada la volví a contratar para el servicio de limpieza". Javier, un escultor local que trabaja frente al lugar del crimen, sólo tiene buenas palabras para ella: "Era una maravilla de mujer. Encantadora. La típica gallega: una mujer bondadosa, sonriente siempre. Yo no suelo decir estas cosas… pero era una pasada de persona".
A pesar de haber trabajado anteriormente en el municipio, Serén llevaba sólo dos meses residiendo en Oia, un municipio muy cercano a Portugal que suma en su censo poco más de 3.000 habitantes. Se trata de un lugar muy turístico, ya que desde hace tres o cuatro años es una de las rutas oficiales del Camino de Santiago, concretamente del conocido como 'Camino Portugués'. De ahí que tanta gente vaya allí buscando trabajo de cara a la temporada de verano, como era el caso de Serén, quien además buscaba rehacer su vida tras la ruptura con su presunto asesino, con el que vivía en La Guarda.
"Eso hace que la hostelería absorba bastante carga", sugiere Pedro, un vecino que ha preferido mantener su nombre oculto. "Los negocios de hostelería tienen una pujanza importante. Somos cuatro gatos y en temporada esto está imposible, pero de normal es un pueblo tranquilísimo en el que nunca pasa nada. Aún no nos lo creemos. Es increíble, porque en lo que va de año ya llevamos dos asesinatos machistas en Galicia, y los dos a menos de 10 kilómetros".
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El de Serén, efectivamente, es el segundo asesinato por violencia machista en Galicia en lo que va de año, sólo cuatro meses posterior al que se produjo en Baiona, Pontevedra, de donde era originario Víctor G. D., el pasado febrero. De allí era también Beatriz Lijó, de 47 años, quien también fue asesinada a manos de su ex, el profesor Ángel Rodríguez, con el que tenía dos hijos de corta edad. De confirmarse de forma oficial que el de la coruñesa es un asesinato machista, sería el número 21 en 2023 y el 1.205 desde 2003.
Sobre la identidad real del presunto asesino existe cierto hermetismo. Se sabe que estaba destinado en el cuartel de la Guardia Civil de Baiona, que no vivía en Oia y que tenía retirado el permiso de armas y sólo prestaba atención ciudadana en calidad de agente. "Él era de La Guarda. Coincidí con él de joven. Lo típico que sales, de chavales… llevaba tiempo sin tener relación con él", explica un vecino de un bar cercano. "Para mí era una persona normal".
No es la misma opinión que tiene Javier, el escultor que trabaja frente al camping. Está al borde del ataque de ansiedad ante la avalancha de periodistas que han pasado por su taller en las últimas veinticuatro horas. "Cuando lo conocí no era una persona normal. Era un impresentable. No puedo definirlo. Una persona que pertenece a los cuerpos de seguridad del Estado debe tener un poco más de cabeza. Era un retrasado mental".
El presunto asesino también tenía antecedentes por violencia de género. Así lo ha confirmado la subdelegada del Gobierno en Pontevedra, Maica Larriba, quien ha asegurado que el caso de Vanessa Serén era de 'riesgo medio'. Además, tal y como adelantó EL ESPAÑOL, el Equipo Mujer Menor (Emume) de la Guardia Civil había intervenido hasta en 56 ocasiones desde abril de este año para proteger a la mujer asesinada ayer en Oia por su expareja.
Estas 56 intervenciones, según explicó la subdelegada del Gobierno en Pontevedra, Maica Larriba, no se debieron a quebrantamientos de la orden de alejamiento que tenía el presunto asesino, sino a seguimientos. "En ningún caso este asunto y esta víctima ha estado desamparada, todo lo contrario; pero estas cosas suceden, lamentablemente, por muchos medios que pongamos. Por muchos recursos que invirtamos. No hay palabras".
El ayuntamiento de Oia, en Pontevedra, convocó un minuto de silencio a las 12:00 del sábado frente al camping O Muíño, al que acudieron allegados de la víctima acompañados de la alcladesa oyense, Cristina Correa, quien no ha querido hacer declaraciones a este medio.
Ana Vanessa Serén Penas es la vigésimo primera víctima de violencia machista en España en lo que va de año. En 2023, también han sido asesinadas Natalia Mosquera, de 46 años; Beatriz Lijó, de 46 años; y Lourdes del Hoyo, de 50 años. La serie 'La vida de las víctimas' contabilizó 53 mujeres asesinadas en 2017, 47 en 2018, 55 en 2019, 43 en 2020 y 41 víctimas en 2021 y 49 víctimas en 2022.