A la izquierda, María Rozalén sujeta un yogur de El Cantero de Letur y, a la derecha, Pablo Cuervo-Arango, CEO de la empresa líder en lácteos ecológicos. Twitter | Jorge Barreno

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El imperio de El Cantero de Letur con sus yogures eco: 12 millones al año y Rozalén de 'madrina'

Pablo Cuervo-Arango, CEO de la empresa líder en el sector de lácteos ecológicos en España, abre la mayor granja ecológica de cabras del país.

21 noviembre, 2021 02:45

Nicolás Alba Jorge Barreno

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En lo más profundo de la sierra de Segura, Francisco Cuervo-Arango, en la década de los 80, comenzó a pensar qué negocio podía levantar para sacar a su familia adelante. Debía ser algo distinto, que contribuyese también al desarrollo de Letur, el municipio albaceteño donde vivía. Y tuvo una idea que pudo cristalizar en 1990 “gracias a una herencia” que le llegó inesperadamente: producir lácteos ecológicos. Su nombre: El Cantero de Letur. Hoy, esta empresa es la líder en España en el sector de productos lácteos ecológicos, alcanzando una facturación anual de unos 12 millones de euros. Sin embargo, como se suele decir, comenzó con unas pocas cabezas de ganado y cuatro gatos en la fábrica.

Ahora, es el hijo de Francisco, Pablo Cuervo-Arango, quien pilota la nave de El Cantero de Letur desde el año 2000. Y en estas dos décadas del siglo XXI, el CEO de la compañía láctea se ha vuelto una figura muy importante en la economía de Letur y los pueblos aledaños al emplear a más de un centenar de personas, “tanto directa como indirectamente”. Y es que hay que tener en cuenta que, por ejemplo, Letur sólo cuenta con 892 habitantes censados según el último informe del INE (Instituto Nacional de Estadística). Es decir, es una localidad que es ejemplo de la España Vaciada y empresas como la de Pablo ayudan a frenar la despoblación. Pero esa gran capacidad de la entidad para dar trabajo y contribuir en el desarrollo del medio rural no es gratuita. Se ha conseguido gracias a fuertes inversiones.

La última de ellas es la apertura, durante este 2021, de la granja ecológica caprina más grande de España tras pagar 5 millones de euros. Unas instalaciones que pueden albergar, en régimen de semilibertad, hasta 3.000 cabras de la raza murciano-granadina, cuya leche es fundamental para elaborar todo tipo de productos lácteos ecológicos como yogures, kéfir, batidos, etc. Unos lácteos que, por otra parte, han contado siempre con el especial apoyo de María Rozalén, la cantautora albaceteña con casi tres millones de oyentes mensuales en Spotify. “Letur es mi pueblo y es bonico a reventar”, decía la artista en una publicidad de la marca El Cantero de Letur. Es más, en muchos de sus conciertos la publicidad detrás de la artista es de esta marca de lácteos ecológicos.

El Cantero de Letur Jorge Barreno

En un anuncio, por ejemplo, sujetaba un kéfir ecológico hecho con leche de cabra, uno de los productos estrella de la compañía a los que es fácil acceder en varias cadenas. “Nuestros productos se pueden encontrar en casi todos los supermercados. Por ejemplo, Carrefour o Alcampo. En otros, como Dia, estamos en fase de prueba y, por último, también elaboramos varias marcas blancas de lácteos ecológicos como los de GutBio, vendidos por Aldi”, ha explicado Pablo Cuervo-Arango a EL ESPAÑOL —y a otros medios invitados— durante un agradable día otoñal de este mes de noviembre.

De activista a empresario

Ese mismo día, en el que brillaba el sol y hacía una temperatura media de 6 grados, Pablo Cuervo-Arango (Murcia, 1977) ha conducido una visita a su fábrica de El Cantero de Letur y a dos de sus granjas. La nueva, por ejemplo, cuenta con 300 hectáreas en las que las cabras campan a sus anchas para producir su leche ecológica. No obstante, la filosofía y el amor por la naturaleza de la familia Cuervo-Arango y El Cantero de Letur vienen de antes. Mucho antes.

Fue el pater familias, Francisco Cuervo-Arango, quien inculcó a los suyos ese amor por la ganadería ecológica. Un cariño hacia la naturaleza que el ganadero aprendió de la forma más variopinta, pues, su vida, no deja indiferente a nadie. “Mi padre, cuando era joven, no era ganadero, sino que era sacerdote. Ejerció como cura jesuita desde que tenía 20 años hasta que tuvo 27. Después se salió.”, desvela a EL ESPAÑOL su hijo Pablo.

Las cabezas de ganado de El Cantero de Letur viven en régimen de semilibertad. Jorge Barreno EL ESPAÑOL Letur (Albacete)

Nacido en una familia “muy tradicional y de derechas”, Francisco, durante los últimos años del franquismo, cambió profundamente de color político hasta defender una clara ideología “de izquierdas”. “Mi padre, entonces, se unió a una comunidad que defendía la no violencia, el vegetarianismo y la autarquía, entre otras cosas. Se trataba de la comunidad del Arca, fundada por Lanza del Vasto, un discípulo de Gandhi”, cuenta Pablo a este diario mientras pasea por su granja ecológica caprina.

—¿Fue así cómo a su padre le empezó a gustar la producción ecológica de los alimentos en una época en la que aún era muy poco conocida en España?

—Sin duda.

La comunidad del Arca, en este sentido, fue fundada por el filósofo y activista italiano Giuseppe Lanza del Vasto y llegó a España a principios de los años 60. Pero no fue hasta finales de los años 70 y principios de los 80 cuando nació en la sierra albaceteña de Segura, La Longuera, una sede de esta comunidad que vivía en contacto con la naturaleza y a la que se adhirió el fundador de El Cantero de Letur. De hecho, fue ahí mismo donde falleció, en 1981, el discípulo de Gandhi.

Una imagen histórica de El Cantero de Letur. A la derecha, Francisco Cuervo-Arango, fundador de la empresa. Cedida

Pero unos años antes, Francisco Cuervo-Arango, usando métodos no violentos, comenzaría una suerte de episodios de activismo político con el fin de demandar una democracia mayor y mejor. “Por ejemplo, en 1979, se encadenó durante tres meses frente a la cárcel de Murcia para reivindicar la liberación de los presos políticos que había dejado el franquismo, puesto que aún la democracia estaba comenzando”, recuerda Pablo ese curioso episodio de la vida de su padre. Él, en aquella época, tan sólo tenía dos añitos.

La vida de Francisco, sin embargo, había dado unos años antes una nueva vuelta. Había conocido a Pilar Lecina, una joven profesora que, a la postre, se acabaría convirtiendo en su mujer y la madre de sus dos hijos. Fue por ella por lo que la familia Cuervo-Arango acabó en Letur. “A mi madre le dieron plaza en la escuela del pueblo y nos trasladamos mi familia y yo a Letur. Yo tenía ocho años”, dice Pablo, el CEO de la mayor compañía de lácteos ecológicos de España.

Desde su fundación, El Cantero de Letur ha producido lácteos ecológicos. Su ganado vive en condiciones dignas. Jorge Barreno EL ESPAÑOL Letur (Albacete)

Por aquellos años, a su padre, que se había quedado desempleado, le llegó una herencia. “Este dinero no es mío y he de ponerlo al servicio de la gente”, pensó, según ha explicado su hijo. Y, con ese dinero —y lo que había aprendido Francisco en sus años en el Arca—, el padre de los Cuervo-Arango fundó El Cantero de Letur y comenzaría su negocio de productos lácteos y ecológicos. “Entonces, sólo eran tres o cuatro empleados y tenían 20 vacas”, esgrime Pablo.

De 0 a 100 en 31 años

Las diferencias entre El Cantero de Letur entre 1990, el año de su fundación, y la actualidad son evidentes y profundas. Para comenzar son dos generaciones distintas de los Cuervo-Arango, Francisco y Pablo, quienes dirigen la compañía. Para continuar, eran sólo cuatro trabajadores en la empresa y ahora son más de 100. “72 empleados directos en la fábrica y las granjas y otros 30 colaboradores indirectos”, explica el CEO de la empresa, que añade: “Antes era mi padre quien vendía su leche ecológica puerta por puerta en su Renault 4. Ahora podemos llevar fuera de Letur hasta seis trailers semanales con nuestros productos”.

Y, para finalizar, Francisco Cuervo-Arango cuidaba de 20 vacas, mientras que Pablo y sus empleados están a cargo de, al menos, 3.000 cabras y 200 vacas. Esto demuestra el exponencial crecimiento de la empresa en poco más de treinta años. Algo que se traduce en que “más del 90% de la leche de cabra producida se ubique en un radio de 35 kilómetros en torno a su fábrica”, explica la compañía, que sólo aspira a seguir creciendo. El año pasado, por ejemplo, El Cantero de Letur creció un 15% y este, se espera que llegue al 4%.

Vista aérea de la granja ecológica caprina más grande de España: viven en ella 3.000 cabras. Jorge Barreno EL ESPAÑOL Letur (Albacete)

Para ello, de hecho, la nueva granja ecológica caprina es clave. “La idea de abrir una granja de cabras surgió porque había muchas pequeñas ganaderías, pero cada vez íbamos más lejos a comprar la leche de cabra. Por tanto, hemos decidido producir parte de la leche nosotros mismos, de modo que también ayudamos y contribuimos a la economía del medio rural”, sentencia Pablo Cuervo-Arango.

—Pablo, ¿qué hay de la siguiente generación de la familia Cuervo-Arango? ¿Le gustaría que continuara con esta empresa de origen familiar?

—Tengo dos hijas de cuatro y seis años. Aún son muy pequeñas. Y haré con ellas lo que mis padres hicieron conmigo: educarlas para que estudien y se dediquen a lo que quieran. Si a alguna le gustase continuar con El Cantero de Letur, por supuesto que le enseñaría todo lo que sé y le ayudaría. Eso sí, comenzaría como empecé yo, es decir, desde abajo para aprenderlo todo.

Pablo Cuervo-Arango, propietario de El Cantero de Letur, la empresa líder en el sector de lácteos ecológicos. Jorge Barreno EL ESPAÑOL Letur (Albacete)