Esta es la lista de los 76 héroes sanitarios muertos por el virus, de 60 años de media: Antonio, Sara, Emilio, Pilar...

E.E.

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Emilio Úcar, 58 años. Madrid.

Úcar era director médico y gerente en funciones del Hospital Universitario de Santa Cristina de Madrid. Es más, desde el centro han señalado que era “muy querido por los profesionales sanitarios y directivos de la salud por su gran profesionalidad”. También pertenecía a la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA).
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Aurelio Capilla, 60 años. Madrid.

El doctor Capilla era el director médico del Hospital Beata María Ana de Hermanas Hospitalarias de Madrid. Este centro sanitario lo ha descrito como un “hombre muy apreciado y admirado por su profesión, y también muy querido y respetado entre sus compañeros”. También destacan que, bajo su dirección, se mejoraron los servicios asistenciales del centro.
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Antonio Iniesta. Madrid.

“Se pierde de nuevo un gran profesional, que desarrolló la Medicina del Trabajo en nuestro país con un gran compromiso”. Éstas fueron las palabras que dedicó Joaquín Estévez Lucas, presidente de SEDISA, a Antonio Iniesta Álvarez. Este médico era Gerente del Servicio de Medicina del Trabajo y Prevención de Riesgos Laborales Garrigues.
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Inmaculada Hernández, 63 años. Madrid.

“No eres un número. No eres un porcentaje. No eres una curva ni una recta. Y, por supuesto, nunca lo serás”, escriben sus compañeros de la Fundación IO, a la que pertenecía esta médico del centro de salud de Pavones, en Madrid. Desde la entidad han destacado unas palabra que decía “hasta el final” la doctora Hernández: “Nunca sabes qué tan fuerte eres, hasta que ser fuerte es tu única opción”.
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Joaquín Díaz, 64 años. Madrid.

El doctor Díaz fue jefe de servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo de La Paz, en Madrid. Por su trayectoria recibió el premio Doctorado de la Fundación López Sánchez, concedido por la Real Academia de Medicina. También fue profesor durante 18 años en la Universidad Autónoma de Madrid. “Era querido por todos”, dijeron sus compañeros tras su muerte.
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Jesús Vaquero, 70 años. Madrid.

El doctor Vaquero fue muchas cosas en su vida. A su profesión como jefe de Neurocirugía del Puerta de Hierro Majadahonda (Madrid), habría que sumarle su faceta como docente, ya que era catedrático en la Universidad Autónoma de Madrid. De hecho, como investigador, publicó cuatro ensayos que se cristalizaron en el primer tratamiento con terapia celular para pacientes con lesiones medulares.
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José Antonio Fernández, 61 años. Madrid.

Este médico de Atención Primaria en el centro de salud de San Agustín de Guadalix (Madrid) deja un gran recuerdo en todos su pacientes. El diario El País explica que el facultativo se tomaba todo el tiempo del mundo para atender perfectamente a sus pacientes. Ahora, los vecinos de la localidad, recogen firmas por internet para que su consultorio lleve su nombre.
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Leopoldo Pérez, 54 años. Madrid.

“Siempre tenías la palabra adecuada; esa palabra tuya honesta, irónica, sensata…”. Los compañeros de Leopoldo escribieron una emotiva carta de despedida a este radiofísico del Hospital Universitario La Princesa, a quien definían como “un hombre sabio”. “Podemos decir incluso que eras como un segundo padre para nosotros”, afirmaban sus compañeros.
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Juan Rey, 70 años. Madrid.

Este cardiólogo también fue militar. De hecho, alcanzó el rango de general médico de la Brigada de Sanidad (BRISAN) del Ejército de Tierra. También, según el Ilustre Colegio Oficial de Médicos madrileños, el doctor Rey era miembro del Patronato de la Real Hermandad de Veteranos de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil.
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Manuel Garrido, 46 años. Madrid.

Era médico de Atención Primaria en el centro de salud Alameda en Madrid. Sus pacientes le recuerdan como un excelente profesional. Tanto es así, que uno de ellos quiere ponerle su nombre a una plaza cercana al hospital. Murió el pasado 21 de abril.
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Luis Pérez, 61 años. Madrid.

El doctor Pérez trabajó durante 30 años en los servicios de emergencias de Madrid en su base de El Molar. También, ejercía como médico en el Hospital HM Vallés de Alcalá de Henares. Su hija, Marta Pérez, escribió emotiva carta en la que destacaba que “sólo quería ayudar”, sin embargo, denunció que “le enviaron a las trincheras”. Ahora, tanto ella como su familia, han iniciado una batalla judicial porque su aseguradora negó que su fallecimiento se tratara de una accidente laboral.
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Esteban Peñarrubia, 57 años. Madrid.

Esteban era enfermero del Hospital Severo Ochoa de Leganés. Su muerte causó una gran conmoción entre sus compañeros. Uno de ellos, con el que había trabajado 10 años, leyó una carta en directo en la televisión local y no pudo evitar emocionarse recordando a su compañero.
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Rocío Campos, 77 años. Madrid.

Era jefa de sección de Aparato Digestivo en el Hospital Universitario del Sureste.También era miembro de la Junta Técnica Asistencial, el máximo órgano de asesoramiento del hospital. Accedió a ese cargo por votación de sus compañeros, lo cual indica que era muy querida por los mismos. “Siempre dispuesta ante cualquier requerimiento, siempre receptiva a todo aquello que se le solicitara”, escribían sobre ella en un emotivo obituario.
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Antonio del Villar, 65 años. Madrid.

Antonio era padre y abuelo. Este conductor de ambulancias del Hospital Gregorio Marañón estaba a escasos dos meses de jubilarse cuando el coronavirus segó su vida. Tras su muerte, los sindicatos denunciaron la falta de equipos de protección en las ambulancias madrileñas.
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Javier Ruiz, 52 años. Madrid.

Era celador en el Hospital Universitario Puerta de Hierro y murió por coronavirus el pasado 7 de mayo. Su muerte también provocó una gran indignación entre sus compañeros, que denunciaron que “no le ha matado el Covid-19, le ha matado la precariedad laboral y falta de EPI”.
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Antoni Feixa, 57 años. Barcelona.

Trabajaba en el Hospital Quirón de Barcelona y era uno de los sanitarios más veteranos de este centro privado. Llevaba más de 15 años trabajando allí como otorrinolaringólogo. Como muchos otros, aparcó su especialidad para colaborar en la atención de enfermos de coronavirus.
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José Espinosa, 55 años. Barcelona.

Este médico fue miembro del Grupo de Investigación y Conocimiento en Cuidados Paliativos del Instituto Catalán de Oncología. De hecho, ha estado los últimos 20 años dedicado a los cuidados paliativos. Sus compañeros del ICO destacan su “empuje y compromiso” a través de la cuenta de Twitter del centro.
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Joan Sitjes, 71 años. Barcelona.

Este pediatra especialista en gastroenterología pediátrica en la Clínica Sant Josep (Manresa) dedicó su vida a cuidar la salud de los más pequeños. Trabajó como especialista en pediatría desde 1983, cuando inició su carrera en el Hospital San Juan de Dios, en la entonces nueva área de Pediatría. También fue profesor de universidad.
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Santiago Piñol. Barcelona.

“No es tan fácil encontrar gente como el doctor Piñol en un mundo tan complicado, tan competitivo y complejo como el que vivimos. Costará encontrarle un enemigo, porque en su vida sólo había hecho que ganarse amigos”. Estas sentidas palabras fueron escritas por sus compañeros cuando murió este anestesista del Hospital de Sant Pau.
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Albert Coll, 63 años. Lérida.

Albert Coll fue el primer sanitario fallecido en la provincia Lérida a causa del Covid-19. Era médico de familia y pasaba consulta en los municipios de Os de Balaguer y Castelló de Farfanya. Antoni Sisó, presidente de la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria dijo de él que "amaba la profesión, trabajaba y raramente se le oía protestar", en Twitter.
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Manuel García. Sant Boi de Llobregat.

Manuel García era un reconocido especialista en medicina general. Era muy conocido en Sant Boi por haber sido el fundador del Game Centre Mèdic, un consultorio multidisciplinar que dirigió hasta el día de su muerte.
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Jaime Mata, 72 años. Ciudad Real

El doctor Mata estaba ya jubilado. Fue médico general y, por ello, con el estallido de la crisis del Covid-19 decidió presentarse como voluntario en el Hospital Universitario Príncipe de Asturias, en Madrid. Faltaban manos, y las suyas, experimentadas, volvieron a la labor. “Eres mi héroe”, le decía su hija Carolina Mata en emotivo In Memoriam.
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Jesús Montarroso, 64 años. Ciudad Real.

El doctor Montarroso ejerció como médico de Familia del centro de salud Avenida de los Institutos de Alcázar de San Juan (Ciudad Real). Por ello, el Colegio de Médicos de esta provincia mostró sus condolencias a su familia, amigos y compañeros, tras la pérdida de este experimentado sanitario.
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Sara Bravo López, 28 años. Ciudad Real.

Sara Bravo es la persona más joven de este fatídico listado y un ejemplo de como el coronavirus no sólo es letal en personas mayores. Era médico en el centro de salud de Mota del Cuervo, donde atendió sin protección a pacientes contagiados del coronavirus. Al ser asmática, el virus le costó la vida.
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José Luis Elvira, 55 años. Alcázar de San Juan (Ciudad Real).

José Luis era celador del Punto de Atención Continuada de Alcázar de San Juan. Sus compañeros recalcaron de él que estuvo muy implicado desde el inicio de la pandemia, lo que al final le costaría la vida. Según relataron, era un buen amigo que amenizaba las horas de guardia con largas charlas de deporte, política o viajes.
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José Montero, 63 años. Puertollano (Ciudad Real).

“Sin ninguna duda, personas como Pepe Montero han dejado una huella en todos los que le hemos conocido y apreciado por su valía profesional y humana”. Esto declararon sus compañeros de trabajo cuando falleció. José era enfermero de Atención Primaria del centro de salud Carlos Mestre de Puertollano.
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Pilar García Buendía, 63 años. Puertollano (Ciudad Real).

Pili -como era conocida por sus compañeros- era definida como la mujer de la “eterna sonrisa”. Esta auxiliar de enfermería del Hospital de Santa Bárbara murió el pasado 3 de abril. Sus compañeros le dedicaron un minuto de silencio y pidieron que los aplausos de todo Puertollano fueran para ella.
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Julián Cabrera, 67 años. Cuenca.

El doctor Cabrera trabajó en el centro de salud El Valle (Jaén) y residía en el municipio de Baeza. Estaba casado y tenía tres hijos y una hija. Sus compañeros de trabajo destacan de él su amabilidad y decían que “era un gran profesional”. El Colegio de Médicos provincial lamentó “profundamente” la pérdida de este facultativo.
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José Ramón Izquierdo, 61 años. Cuenca.

José Ramón era médico de atención primaria en el centro de salud Cuenca I. Estaba casado y era padre de dos hijos. Además de médico era un consumado deportista y pertenecía a una larga saga familiar de médicos. Murió el 31 de marzo.
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Santos Julián González, 62 años. Albacete.

Quienes trabajaron con él le definían como “magnífico profesional y compañero”. Santos era médico en el centro de salud Zona VIII de Albacete. Compaginaba su faceta profesional con la secretaría general del Colegio de Médicos de Albacete. Murió el 28 de marzo tras varios días ingresado combatiendo el virus.
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Ricardo Pérez, 62 años. Albacete.

El currículum de Ricardo Pérez es una enumeración de logros: licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Valencia con 12 Matrículas de Honor y ocho sobresalientes. Participó en 22 publicaciones en revistas médicas, en más de 200 comunicaciones a congresos y fue coeditor de un libro de la especialidad. Era jefe de servicio de Digestivo del Complejo Hospitalario de Albacete.
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César Augusto Cueva, 68 años. Perú.

Aunque el doctor Cueva era peruano de nacimiento, pasó gran parte de su vida en España. De hecho, era licenciado en Medicina en la Universidad de Salamanca. Tras 20 años ejerciendo en su país natal, tuvo una gran trayectoria en el equipo de Atención Primaria de Los Yébenes (Toledo), donde trabajó “con entrega y dedicación a sus pacientes”.
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Héctor Garrido, 59 años. Colombia.

Nació en la localidad colombiana de Barrancabermeja, pero desde hacía 15 años se había asentado en España, donde ejercía como pediatra en el Hospital de Puertollano (Ciudad Real). Fue el segundo sanitario en morir por el Sars CoV-2 en esta provincia.
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Nerio Aquiles Valarino, 59 años. Venezuela.

Este médico llegó de su Venezuela natal en el año 2017 y trabajó en el Hospital Quirón Salud de Murcia hasta su muerte. Era una persona querida y admirada por sus compañeros de profesión y por sus pacientes, que lo recuerdan por su carácter y dedicación. Era padre de dos hijos.
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Pedro Francisco Marín, 47 años. Venezuela.

Trabajaba en las urgencias del Hospital de Úbeda. Su mujer también es médico en un centro de salud. Al morir, sus compañeros le escribieron un emotivo memorial donde le definieron como un trabajador incansable, así como excelente compañero, amigo y mejor persona.
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José Luis San Martín, 55 años. Zaragoza.

José Luis San Martín era médico de Atención Primaria del centro de salud San Pablo. Fue el primer sanitario que perdió la vida en Aragón por esta pandemia. El médico estuvo varios días ingresado en la UCI del Hospital Militar de la capital aragonesa hasta que falleció allí.
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Antonio Gutiérrez, 67 años. León.

Este coordinador médico del centro Salud del barrio leonés Eras de Renueva trabajó 32 horas sin parar luchando contra el Covid-19 por la presión asistencial en la localidad, según informó su familia a diario Leonoticias. Fue el primer médico fallecido en León y, por ello, el Colegio Oficial de Médicos de esta provincia le homenajeó con dos minutos de silencio luciendo un crespón negro.
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Isabel Muñoz, 59 años. Salamanca.

Esta médico rural ejercía en el centro de salud de La Fuente de San Esteban (Salamanca) desde hacía siete años. Tuvo a su cargo hasta 1.300 pacientes, a quienes la doctora Muñoz cuidaba con “paciencia, cariño y delicadeza”, según un gran amigo suyo. También destaca su faceta reivindicativa, ya que luchaba incesantemente por mejoras en la Sanidad.
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José Manuel Sánchez, 80 años. Salamanca.

Este cirujano digestivo desarrolló casi toda su carrera en el centro donde falleció, el Hospital del Mar de Barcelona. Su labor le valió varios galardones, como el Premio a la Excelencia Profesional del Colegio de Médicos en 2008 o el Premio Virgili a la trayectoria profesional en 2015.
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Luis Fernando Mateos, 64 años, Linares de Riofrío (Salamanca).

Luis Fernando era médico y coordinador del centro de salud de Linares de Riofrío. Estuvo varios días ingresado en la UCI hasta que finalmente falleció el 7 de abril. Tras su muerte, sus compañeros guardaron un minuto de silencio a las puertas de su lugar de trabajo.

Sonia Gallego
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Marisol Sacristán, 57 años. Segovia.

Marisol pudo superar un cáncer de mama años atrás, pero no pudo con el Covid. Era celadora en el Hospital General de Segovia, donde también trabajaban sus hermanos Elías y Cari. La mujer pertenecía a una saga familiar de trabajadores sanitarios y era muy conocida en Segovia.
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Francisco Luis García, 61 años. Jaén.

Este médico natural del municipio de La Carolina, ejercía su profesión en la Residencia Geriátrica Mixta de Linares (Jaén). Fue el segundo doctor que falleció en esta provincia por Covid-19. Su primo, Cayetano López, ha destacado en una palabras que escribió el “desconsuelo” que ha dejado en la familia su pérdida.
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Pedro Carrillo, 59 años. Jaén.

Fue el primer fallecido por coronavirus en la provincia de Jaén. Estaba casado y tenía dos hijas. Trabajaba como enfermero del Hospital Neurotraumatológico Jaén y como profesor de enfermería en la Universidad de Jaén.
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Joaquín García, 65 años. Sevilla.

Este médico de Urgencias y Medicina Hiperbárica del Hospital Vithas Nisa fue le primer sanitario en morir en Sevilla. “Nuestro mejor homenaje a Joaquín será seguir luchando contra el Covid-19 con la misma entrega y dedicación que lo hizo él hasta caer enfermo”, decía el doctor Manuel González, director gerente de Vithas Sevilla, lugar donde el doctor García prestó sus servicios desde 2007.
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José Manuel Fernández, 62 años. Granada.

Era médico de Urgencias del centro de salud Gran Capitán de Granada. Pasó varios días ingresado en la UCI del Hospital Virgen de las Nieves hasta fallecer. Su sobrina Natalia Pérez, periodista, le hizo un emotivo homenaje recopilando anécdotas de sus compañeros.
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Manuel Barragán, 63 años. Aguilar de la Frontera (Córdoba).

Era médico de atención primaria y fue el primer sanitario en morir en Andalucía a causa del Covid-19. El secretario del Sindicato Médico Andaluz en Córdoba, José Luis Navas, le definió como "una persona excelente, muy querida por sus pacientes y por sus compañeros".
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Manuel Rodríguez, 62 años. San Fernando (Cádiz).

Desarrolló su labor asistencial en la Casa del Mar de Algeciras y en el Hospital Punta Europa. Nacido en San Fernando, pero algecireño de adopción, el doctor Rodríguez era especialista en Medicina Física y Rehabilitación. Murió el pasado 5 de mayo.
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José Manuel Iriarte, 63 años. Motrico (Guipúzcoa).

Este médico nació en Motrico (Guipúzcoa) y se graduó en la Universidad de Zaragoza. Desde hacía 30 años ejercía en Tomelloso. De hecho, en su última etapa trabajó en el 112 de la Base UME de Tomelloso de Ciudad Real. Ahora el Colegio de Médicos de esta provincia traslada “su pesar” a sus familiares y amigos.
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María Isabel Lobo, 67 años. Tolosa (Guipúzcoa).

La doctora Lobo ya tenía problemas de salud antes de contraer el coronavirus. Fue el Covid-19 lo que terminó finalmente con su vida. Era cirujana plástica y reparadora en Sant Cugat del Vallés. Además, tenía de dos hijos. Su inquietud por la ciencia la llevó a hacer numerosos estudios sobre la historia de la medicina, concretamente, de la hidrología médica.
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Juan Antonio Mingorance, 72 años. Murcia.

Era médico general de Atención Primaria y militar de carrera. Estaba casado y tenía tres hijos. Pasó varios días confinado en su casa antes de ingresar en la UCI, donde falleció. Era una persona muy conocida en Cartagena, primero en su etapa castrense y luego también como médico de empresa.
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Sebastián Traba, 65 años. Coria (Cáceres).

Sebastián estaba casado y era padre de dos hijas. Trabajaba como médico de familia en el centro de salud de Nuevo Cáceres. Fue el primer sanitario fallecido por coronavirus en Extremadura. Además de su labor como médico, el doctor Traba era muy asiduo de las actividades vecinales, como las charlas en los colegios.
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Vicente Sánchez. Valencia.

Era médico especialista en Oftalmología del SUMMA de Valencia. A su muerte, su mujer (también médico) escribió una dura carta abierta culpando al Gobierno de Pedro Sánchez de la muerte de Vicente. En la misiva, denunció que Vicente y sus compañeros sólo disponían de una mascarilla que compartían entre varios y nunca recibieron formación para usar los tres EPI. Era padre de dos hijos.
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Julio Sierra. Alcira (Valencia).

“Julio era una gran persona, un sindicalista luchador, discreto, respetuoso y abnegado en la defensa de los derechos de sus compañeros”. Esto fue lo que escribió el sindicato Comisiones Obreras tras la muerte de su compañero Julio sierra. Además de técnico de emergencias sanitarias, era delegado sindical en el Hospital de La Ribera.
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Los demás fallecidos.

Además de los arriba mostrados también han fallecido Baldomero Quintanilla, urólogo en la Clínica Tekton Barcelona; Carlos de Aragón Amunárriz, médico de familia en Yepes (Toledo); Carlos Torres, médico de familia en Toledo; Eliécer Martina López, médico de Atención Primaria en Ávila; Francesc Collado, médico de familia de en la unidad de curas paliativas del Hospital de Barcelona; Luis Mifsut, médico y cirujano del Servicio de Emergencias Sanitarias de Valencia; Encarna Vicente Verdejo, enfermera del Hospital Galdakao-Usansolo (Vizcaya); Fina Belenguer, auxiliar de enfermería del Hospital Doctor Peset de Valencia; Isabel A.B., auxiliar de enfermería centro de salud de Faura (Valencia); Laura, auxiliar de enfermería en el centro privado del IMQ de Zorrozaurre en Bilbao; Yolanda Hernando, auxiliar de enfermería en el Hospital Fuente Bermeja (Burgos); Eloy Pérez Aguarón, limpiador en el Hospital Miguel Servet (Zaragoza); Georgina Vasileva, limpiadora en el Hospital Universitario Puerta del Hierro (Madrid); Judith María Domínguez, odontóloga del SERMAS (Madrid); Alberto Olarte, traumatólogo de Madrid; José Manuel Payá, cirujano de Madrid; Javier Marco, médico del Hospital General de Valencia; Mercedes Moraleda, cirujana plástica en Madrid; Ramón Priu, especialista en enfermedades infecciosas en Barcelona; José Algaba, celador del Hospital Gregorio Marañón (Madrid); Margarita, limpiadora del Hospital de Fuenlabrada; y dos personas anónimas.