¿Quién mató a Miriam Vallejo? Todas las dudas un año después con el asesino en la calle
Sergio, el principal sospechoso, salió en libertad el pasado 20 de diciembre. Aun así, sigue imputado por la muerte de Mimi el pasado mes de enero.
25 diciembre, 2019 01:50Noticias relacionadas
Sergio, el único detenido por la muerte de Miriam Vallejo, está en libertad. El sospechoso -que sigue imputado- salió de prisión el pasado viernes y durante el pasado lunes estuvo en los Juzgados, donde había acudido a firmar. En todo momento, Sergio ha defendido su inocencia. Además, su salida de la cárcel ha sorprendido a todos, ya que en el mes de septiembre perdió el recurso que presentó contra el auto de prisión. Ahora, el juez ha explicado que no existen las pruebas suficientes contra él, aunque estuvo en la lista de sospechosos desde un primer momento. Además, en la escena del crimen -en Meco- se encontró su ADN en una camiseta de Miriam. Aun así, tenía coartada.
Su abogado explicó que se había producido por una contaminación cruzada, ya que ambos hacían la colada juntos. El arresto de Sergio se produjo el pasado agosto, cuando el caso dio un giro de 180 grados. Los agentes detuvieron al joven, que era el compañero de piso de Mimi y el novio de su mejor amiga. Poco a poco su coartada se fue desmontando y los agentes comprobaron que no había estado toda la tarde jugando a la consola. Por ello, los investigadores registraron palmo a palmo la vivienda familiar a la que se había trasladado tras dejarlo con Celia. De allí se llevaron ropa y un machete, que todavía no se sabe si han aportado pistas nuevas. La puesta en libertad de Sergio, casi un año después del crimen de Mimi, añade más dudas a la investigación.
Miriam Vallejo fue asesinada el pasado 16 de enero en un campo de Meco (Madrid). La joven se encontraba paseando a sus perros y a los de su compañera de piso. Vivía junto a su mejor amiga Celia y Sergio Saéz, el novio de esta y principal sospechoso. Su cadáver fue encontrado a última hora de la tarde con 90 puñaladas, causadas por varias armas. En un primer momento, Sergio tuvo coartada. Contó a los investigadores que había estado toda la tarde jugando a Play. Algo que constató la consola; estuvo encendida cuando se produjo el suceso, aunque no registró ningún tipo de actividad en el momento en el que se cometió el asesinato.
Posteriormente, la investigación corroboró que había muestras de ADN de Sergio en la ropa que llevaba Miriam cuando fue asesinada. Cuando fue detenido, el joven ya había cortado su relación con Celia y se había trasladado a vivir a una casa de Azuqueca de Henares. Tras su puesta en libertad, Sergio se ha mostrado "muy contento". Desde el círculo más íntimo de Miriam no encuentran consuelo: “Nunca pensé que escribiría esto, porque nunca pensamos en perderla. Quien la hace, la paga y el tiempo pone a cada uno en su lugar. Sólo pedimos justicia para Mimi, para que pueda descansar en paz". Por tanto, las dudas siguen sobrevolando el crimen de Meco.
¿Quién cometió el crimen?
La primera de ellas y la más importante: ¿quién cometió el asesinato? En un primer momento, la Policía revisó todas las aplicaciones de citas a las Mimi era asidua. Entre ellas, Tinder o Badoo. Allí, había contactado con una abultada cantidad de hombres -algo más de 200- que los agentes investigaron. Otra posibilidad era que a Miriam le hubieran asesinado por error. Era enero, en Meco, en un paraje con pocos lugares de cobijo y la joven iba bien abrigada. Llevaba una bufanda que le tapaba la cara y un gorro. Además, tenía una estatura parecida a la de su amiga Celia e iba con los perros de ella -y los suyos, claro-. Por ello, los investigadores barajaron que a Mimi la pudieran haber asesinado al confundirla con su mejor amiga o con otra joven del lugar.
Otra opción que barajó los agentes fue que el asesinato hubiera sido cometido por una mujer, debido al ensañamiento que se produjo en el crimen. Además, poco después, saltó el bulo en la localidad de Meco de que Celia había sido detenida. Algo que ella tardó poco en desmentir. "No he estado detenida en ningún momento, ni un segundo. Con vuestras mentiras habéis conseguido que el infierno que estoy pasando por perder a una mitad de mí sea aún peor", se defendió en su cuenta de Facebook. Mimi había recibido hasta 90 puñaladas, por lo que la agresión podía haber sido motivada por celos o podía ser un crimen pasional. También, podía haber sido alguien de su confianza, ya que los perros ni se inmutaron ante el ataque.
¿Cuál fue el arma? ¿O las armas?
Tras agredir a Mimi, el asesino huyó del paraje de Meco. Allí, dejó a la joven con más de 90 puñaladas, pero ni rastro del arma que pudo haber utilizado. Tal y como descubrieron los agentes, la joven había sido agredida con dos cuchillos diferentes. Un extremo que llevó a pensar a los agentes que podía haber participado más de una persona en su asesinato. Además, de la escena del crimen no solo faltaban las armas con las que se había cometido el asesinato. También, alguien había sustraído el teléfono móvil de la joven y había borrado parte del contenido.
Cuando se produjo la detención de Sergio, los investigadores encontraron en su casa de Azuqueca de Henares un machete. Aunque cuando se realizaron las pruebas pertinentes, los agentes descubrieron que ese no había sido el arma que había acabado con la vida de Mimi. El resultado dio negativo. Durante el registro de la casa de sus padres, los agentes se llevaron ropa, la videoconsola y el mencionado cuchillo. Sobre el machete, Sergio aseguró que lo guardaba desde la muerte de su abuelo y que lo utilizaba para su gran pasión, la pesca.
¿Fue Sergio?
El pasado 13 de agosto, la Guardia Civil detuvo a Sergio. Contra él, tenían varias pruebas que le situaban en el foco de la cuestión. La principal; la videoconsola a la que había estado jugando -su principal coartada- no registró actividad durante los minutos en los que se produjo el crimen. Sergio, en todo momento, negó su participación en los hechos, aunque las pruebas recogidas "y el cúmulo de todas ellas nos predispone a pensar que efectivamente es el autor, salvando la presunción de inocencia", apuntó en el abogado de la familia de la víctima. Además, el ADN bajo las uñas de Mimi, así como en parte de su ropa aceleraron su detención.
El juez ordenó su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza. Durante todo ese tiempo, durante los siete meses que habían pasado desde el crimen, Sergio actuó con normalidad. Aunque no siempre. Las primeras alarmas saltaron cuando acudió a la casa de la familia de Miriam, dos días después del asesinato. El joven vestía un abrigo, gorra y gafas de sol, que no se quitó en ningún momento. Esta sería la última vez que la familia vería a Sergio, hasta que la noticia de la detención saltó a los medios de comunicación. Durante todo ese tiempo, el hombre siguió con su vida. Cortó con Celia y se fue a vivir a casa de sus padres.
Tres días después del crimen, ambos deciden abandonar el chalé de Meco y, también, romper su relación. Todo sucedió tras una discusión, tal y como relataron varios vecinos. Aun así, siguieron trabajando en la misma empresa de reciclaje de pilas en la que él era técnico de mantenimiento y ella, técnica de laboratorio. Celia decidió regresar a Alcalá de Henares. Por su parte, Sergio siguió acudiendo a su puesto de trabajo y saliendo de fiesta con amigos y dedicándose en su tiempo libre a su gran pasión: la pesca. Acudía hasta los pantanos de Sacedón y Buendía para desarrollar su hobbie. La tienda de ropa que le patrocinaba en el mundo de la pesca se mostró muy sorprendida después de que se hiciera pública la noticia de su detención.
Otros, en cambio, ya conocían el comportamiento "violento" del detenido. "A mi no me sorprende esta noticia, no sé como era con su novia, pero no había tratado nada bien a sus relaciones anteriores", comentó un conocido a EL ESPAÑOL. El pasado 20 de diciembre, Sergio quedó en libertad sin fianza, se le retiró el pasaporte y tiene la obligación de comparecer en el juzgado para declarar semanalmente. Su salida de prisión coincide con la ratificación de la Audiencia Provincial de Madrid, quien decretó su prisión provisional. Además, el tribunal desestimó el recurso de defensa del detenido.
La defensa de Sergio apuntó que, debido a las más de 90 puñaladas que había recibido Mimi, no se podía haber cometido el asesinato de manera individual. Por lo que más de una persona habrían participado en el crimen. De hecho, la investigación no descarta que haya nuevas detenciones en los próximos meses.