Oro, cuadros y un clavo de Cristo: el tesoro español del que se apoderó Indalecio Prieto en México
En febrero de 1939, los republicanos enviaron a México un cargamento con 110 bultos en el yate Vita. Se trata de uno de los mayores expolios culturales en la historia de España. Las piezas fueron incautadas con el fin de proteger los bienes culturales ante el avance de los nacionales.
11 junio, 2017 01:57Noticias relacionadas
¿Pudo la amistad y los ideales revolucionarios del presidente mexicano Lázaro Cárdenas y del socialista republicano Indalecio Prieto condicionar durante 40 años el reconocimiento de la España franquista, o hubo intereses mas allá de los políticos que propiciaron el desencuentro?. Hasta Marzo de 1977, dos años después de muerto Franco, no se restablecieron relaciones diplomáticas entre los dos países gracias en gran medida a la presión del influyente lobby de los republicanos residentes en México.
La historia de aquel desencuentro inicia en Febrero de 1939 con la llegada al puerto de Veracruz (México) de un yate, el Vita; adquirido en Reino Unido por Marino de Gamboa, testaferro de Negrín, partió del puerto de El Havre (Francia) el 28 de Febrero de 1939 con destino al puerto de Veracruz (México) cargado con un inmenso tesoro en sus bodegas compuesto por cajas de oro amonedado y en lingotes procedentes del Banco de España, cuadros de gran valor, reliquias, tesoros artísticos de catedrales, museos, instituciones y particulares que durante la guerra civil española formaron parte de los bienes depositados en la Caja General de Reparaciones; un siniestro organismo creado en Septiembre de 1936 por el socialista Largo Caballero y dependiente del Ministerio de hacienda que por entonces presidia Juan Negrín.
El objetivo inicial de tan piadosa institución era la de incautar en favor del gobierno los bienes de civiles que apoyasen la sublevación militar; como sucedió entre otros con las obras artísticas que el Duque de Alba poseía en el Palacio de Liria de Madrid, las del Duque de Medinaceli, el de Lerma, Urquijo y tantos otros aristócratas, militares, y empresarios como Juan March que se sumaron al levantamiento militar. Los fondos acumulados en la Caja General de Reparaciones ascendían en Diciembre de 1937 a 640 millones de pesetas. Metales preciosos, gemas, cuadros de gran valor, objetos de culto, valores, fincas y edificios como el del Casino de Madrid de la calle Alcalá fueron requisados con absoluta impunidad.
Ante la irregularidad que suponía el decomiso, la República tuvo que reinterpretar la ley y la Constitución, que en su Art. 44 diferenciaba claramente la incautación del saqueo y revestirlo de legalidad. Se creó para ello el Tribunal de Responsabilidades Civiles que juzgaba, condenada con extrema severidad e incautaba todos los bienes de los llamados Desafectos.
Si nos atenemos a los hechos resulta esclarecedor el espíritu recaudador que movía a los dirigentes republicanos del primer instante que inició la sublevación militar. El gobierno, o mejor dicho Negrín con el beneplácito de Azaña, concibe un plan ante la mas que probable posibilidad de perder la guerra con el que garantizar el futuro de los dirigentes republicanos en el exilio. La disculpa oficial al saqueo era la de recabar fondos para reconstruir España tras la victoria. La realidad fue otra bien distinta ya que lo incautado salió rápidamente de España y en la mayoría de los casos jamás regresó.
La contienda se prolongó durante tres largos y agónicos años en los que un dividido y desorganizado ejercito republicano carente del armamento y organización militar de los 'Nacionales' fue perdiendo paulatinamente toda posibilidad de victoria hasta el día en el que el coronel Segismundo Casado, jefe del ejército republicano del Centro, protagonizó el 5 de Marzo de 1939 su particular y previsto golpe de estado que supuso el fin de la guerra civil española.
El expolio cultural -sin precedentes en la historia de España- se inició el 13 de septiembre de 1936 – tan solo dos meses después de iniciado el levantamiento militar de Mola y Franco.
Juan Negrín y el oro de Moscú
Negrín convence al presidente Azaña para firmar un Decreto secreto (1), del que no tuvieron conocimiento las Cortes, por el que -incomprensiblemente- se le autorizaba a sacar todo el oro del Banco de España de Madrid ( 585.000 kilos de oro) empaquetado en 7.800 cajas de municiones de 75 kg. Con la intermediación de su amigo, el militar y espía soviético Aleksandr Orlov, el oro terminó en manos de Stalin aun antes de que Rusia iniciase envíos de armamento a la República. Cuenta la historia que a la llegada del oro a Moscú, un sonriente Stalin al ver el cargamento exclamó aquello de "los españoles recuperarán el oro cuando se vean las orejas". Predicción cumplida ya que el botín jamás regreso a España. La disculpa de Rusia y de Negrín fue el elevado costo de los envíos de armamento a España. Rusia compensó con aquel oro las ventas de material que en muchos casos jamás llegó a manos republicanas. Hoy el kilo de oro se paga a 36.290 Euros y convertido en pesetas de 1936 nos da una idea del arsenal que podrían haber adquirido.
En octubre de 1936, un mes después del expolio del Banco de España, Negrín logra un nuevo decreto que firma Azaña por el que se decide que el oro de particulares y corporaciones debe ser entregado al Estado bajo pena de ser considerados enemigos del régimen, lo que en aquellos días significaba terminar en una Checa o en una cuneta. Resulta evidente el interés del gobierno por el oro de los ciudadanos españoles. (2)
Artículo 1º. En la plazo de siete días a partir de la publicación de este Decreto en la Gaceta de Madrid, toda persona española, individual o colectiva, entregará en el Banco de España, sucursales o establecimientos bancarios, oro amonedado, o en pasta, así como las divisas, o valores extranjeros de toda clase que estén dentro del territorio nacional y que estuviesen a su disposición, bien de su propiedad o en custodia.
A los contraventores de la presente disposición se les aplicará la penalidad que para el delito de contrabando señalan las leyes, y serán considerados además, como enemigos del régimen a todos los efectos
Oro, divisas, valores, cuadros de gran valor y objetos de diversa índole fueron incautados en nombre de la República y al igual que sucedió con las obras del Museo del Prado recorrieron la geografía española siguiendo a los dirigentes republicanos en su huida de Madrid. En noviembre de 1936 llegan a Valencia en donde se instaló el Gobierno ante el avance de las tropas franquistas, y en octubre de 1937 con el gobierno en Barcelona, repartidos por Cataluña hasta pasar a Francia y finalmente Suiza de donde acabada la Guerra Civil los cuadros del Prado fueron devueltos a la España de Franco por la Sociedad de Naciones, no así muchas otras obras incautadas.
El traslado de las obras del Prado tuvo dos claros objetivos: por un lado, salvar la colección pictórica de los bombardeos 'nacionales' sobre Madrid, pero a tenor de lo sucedido posteriormente con el envío de oro y obras históricas enviadas a Francia y México, apropiarse de un valioso botín con el que garantizar el futuro republicano una vez perdida la guerra.
Viendo perdida la contienda y con el gobierno de la República dividido entre Cataluña y Francia, los cuadros, oro y tesoros artísticos fueron repartidos con mayor o menor fortuna por el Castillo de Figueras, el Castillo de Perelada y en la mina de la Vajol. No se han cuantificado las perdidas porque nunca existió un inventario oficial y detallado de las obras incautadas, y si la sospecha de que se perdieron para siempre obras en pillajes y en el incendio que las tropas republicanas realizaron en su huida al castillo de Perelada aun con cuadros en su interior. Existe la teoría de un camión cargado de tesoros artísticos camino de Francia que se separó del convoy y del que nunca volvió a saberse.
El oro de México e Indalecio Prieto
En febrero de 1939 - faltaban dos meses para el final de la guerra civil y con Negrín instalado en París llegaron a México a bordo del yate Vita alrededor de 110 cajas conteniendo oro, brillantes, y una serie de bultos de gran tamaño conteniendo cuadros de gran valor que formaban parte de aquel tesoro incalculable que en la desbanda del gobierno de la República se envió a Francia.
Indalecio Prieto, enemistado con Negrín al que responsabilizaba de apartarle del gobierno se encontraba de gira en América y, con la connivencia del presidente mexicano Lázaro Cárdenas, traiciona a Negrín apoderándose del cargamento del Vita en una maniobra digna de un mal guión cinematográfico autoproclamándose representante oficial de gobierno de España en el exilio.
El oro y las esmeraldas que los españoles se llevaron de América tres siglos antes volvía a México para no regresar jamás. En los veintitrés años de exilio jamás rindió cuentas de destino final de los cuadros que empaquetados en cajas de madera eran el mayor volumen de la expedición.
Cuenta la historia que entre el presidente Cárdenas y Prieto se estableció una fructífera amistad producto entre otras cosas, del carácter revolucionario y violento que les unía. Escribía el presidente Cárdenas en sus apuntes personales: "¿El motivo por el que ayuda México a España?. Solidaridad a su ideología". Una solidaridad que permitió a Prieto vivir al resguardo de cualquier tipo de fiscalización y desde el presidente Cárdenas al presidente Luis Echevarria gozar de un halo de protección institucional que le permitió encabezar su particular lucha contra España y el régimen franquista incluso tras consumarse el asesinato de José Gallostra y Coello de Portugal, representante oficioso de la España Franquista en México a manos de dos anarquistas españoles. El gobierno mexicano jamás condenó el crimen ni dio muestras de condolencia, limitándose a una investigación policial.
A Prieto, entre otras muchas funciones, se le debe el "éxito republicano" de que España no ingresara en la Sociedad de Naciones hasta 1955.
"El magnate" Prieto, como le definía el intelectual mexicano Alfonso Junco cuestionó hasta su muerte la legalidad del expolio cometido por Prieto y el dudoso proteccionismo que los diferentes presidentes le concedieron.
"La cosa es diáfana. Se extrajeron de España, en gigantesca operación extractiva, tesoros que pertenecen colectivamente al pueblo español o, privadamente, a personas españolas. Los legítimos propietarios tienen derecho –para no hablar de restitución–, por lo menos a saber qué ha sido de ese caudal.
¿No le parece justo a D. Indalecio que esas cuentas se conozcan para que los propietarios –así la impresionante mayoría que permanece en España como la impresionante minoría que anda fuera– sepan por ministerio de la prensa qué ha sido del tesoro? Ya va para una década, y nadie los ha informado. Si se aguarda al retorno para informar, podría la información no llegar nunca. ¿No es más lógico –y más gallardo– apresurarse a exhibir cuentas? ¿Por qué tanto misterio?"
Entre Prieto y Junco se estableció una constante pugna por la reclamación de responsabilidades sobre el saqueo que la Republica y Prieto cometieron contra los españoles. Mas allá de los tesoros del Vita, Alfonso Junco relató en sus artículos los pormenores del expolio del Banco de España, los tesoros artísticos incautados y los caudales que desaparecieron de bancos, montepíos y particulares para sufragar la vida de dirigentes republicanos en el exilio.
"En Enero de 1937- escribia Junco- salieron de España 22 millones libras esterlinas. Parece que éstas, convertidas en francos, luego en diversas instituciones bancarias del mundo a disposición de distintas personalidades con las cifras respectivas redondeadas a millones de francos:
Aun hoy entre la documentación que forma parte de la Fundación Indalecio Prieto en Alcalá de Henares (Madrid) no hay rastro alguno sobre el destino final de las obras que transportó el Vita; ni a quien regaló o vendió joyas, brillantes o cuadros de grandes pintores españoles; como tampoco hay constancia de que los intelectuales republicanos que acompañaron en el exilio a Prieto: Josep Renau, Ramón Gaya, Kati Horna, Wenceslao Roces o José Bergamín, algunos de los cuales habían participado directamente en la protección y conservación del Patrimonio Artístico durante la guerra civil se pronunciaran en ningún momento contra aquel expolio artístico realizado por su camarada. ¿Razones de peso o connivencia?
Si analizamos el contenido que se cargó en el yate Vita (3) , detallado parcialmente por el socialista Amaro del Rosal, único director de aquella Caja General de Reparaciones, o mas bien Caja del expolio, mas allá del oro, brillantes, y objetos artísticos que llegaron a México, llama la atención el saqueo realizado por la República en las miles de cajas del Monte de Piedad y Montepío donde se almacenaban los ahorros y miserias de las clases trabajadoras españolas. Hoy, alguna de esas cajas de seguridad del Montepío de Madrid pueden verse en el INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia de México).
De las custodias, relicarios, copones, cálices y joyas se extrajeron las gemas y se fundieron los metales preciosos. De la valiosa colección de relojes se extrajo el oro y la plata en un taller cercano a la casa que Prieto tenía en la avenida de Nuevo León 103 de la Ciudad de México y parte de los desechos se arrojaron a una de las lagunas del volcán Nevado del Toluca (Estado de México) pensando que jamás se encontrarían.
Consta que en una primera entrega Prieto vendió al Banco de México 1.488 kilos de oro que al cambio actual tendrían un valor aproximado de cincuenta y cuatro millones de euros que en pesetas supondrían 8.984.844.00 pesetas.
Las piedras preciosas, diamantes, plata y reliquias como el clavo de Cristo o el manto de las 50.000 perlas de la Virgen del Sagrario de la Catedral Toledo, los brillantes, o los objetos de culto del Papa Luna que llegaron a México en las bodegas del Vita desaparecieron sin que , hasta hoy, quede constancia de venta o regalo, La misma suerte corrieron los cuadros entre los que según Amaro del Rosal se encontraban telas de grandes pintores españoles de un valor extraordinario que, como regalos que pagarían favores, es probable que en México formen hoy parte de colecciones particulares de difícil rastreo al no haber sido detalladas las obras y autores en el envío. Al término de la guerra Civil, el gobierno de Franco exigió a México “dignamente y como inexcusable defensa de sus intereses, la devolución del tesoro expoliado por los rojos y que se hallaba en aquel país, sabiéndolo su gobierno y amparado por éste”.
Indalecio Prieto Tuero falleció de un infarto de miocardio en México el 12 de Febrero de 1962 a los 79 años después de ver en la televisión una corrida de toros y recibir la visita del ex presidente Miguel Alemán con quien mantuvo una gran amistad. Falleció con el sorprendente respaldo de la mayoría de presidentes que precedieron a Lázaro Cárdenas, exceptuando al presidente Manuel Ávila Camacho que terminó interviniendo las cuentas del JARE (Junta de Ayuda a los Refugiados Españoles) ante la sospecha de los manejos de Prieto y el incumplimiento de los fines de la institución.
En el cementerio de Derio (Bilbao) desde mayo de 1985 reposan sus restos y nadie en las filas del PNV, PSOE o PP cuestiona su exhumación. Indalecio Prieto forma , para bien o para mal, parte de la historia de España.
TESORO CARGADO EN EL VITA
1 al 10. Objetos entregados por la Caja de Reparaciones.
11. Depósitos Banco de España de gran valor.
12. Monte de Piedad de Madrid. Gran valor.
13. Monte de Piedad y Depósito Banco de España.
14. Monte de Piedad y Depósito Banco de España, de gran valor.
15. Depósitos Banco de España.
16. Depósitos y una custodia de gran valor.
17. Depósitos Banco de España.
18. Depósitos Banco de España y una custodia Caja de Reparaciones.
19. Depósitos Banco de España y especial de Caja de Reparaciones.
20. Depósitos Banco de España y una custodia de Caja de Reparaciones.
21. Depósitos Banco de España y dos custodias Caja de Reparaciones.
22. Depósitos Banco de España y una custodia Caja de Reparaciones.
23. Depósitos Banco de España
24. Depósitos Banco de España y una custodia de la Caja de Reparaciones.
25. Objetos religiosos Caja de Reparaciones de excepcional interés.
26. Depósitos Alicante.
27. Depósitos Banco de España.
28. Depósitos Banco de España y objetos religiosos Caja de Reparaciones.
29. Depósitos Banco de España y dos custodias Caja de Reparaciones.
30. Depósitos Banco de España y Castellón.
31. Depósitos Banco de España.
32. Depósitos Banco de España y entregas al Ministerio de Hacienda, de gran valor.
33. Depósitos Banco de España y entregas al Ministerio de Hacienda.
34. Depósitos Banco de España.
35. Depósitos Banco de España y entregas Ministerio de Hacienda.
36. Depósito.
37. Objetos varios.
38. Cajón entrega Generalitat de Cataluña oro amonedado.
39. Depósitos de Bancos y reliquias del Patrimonio Real. Todo el joyero de Capilla Real. El célebre Clavo de Cristo.
40. Depósitos Monte de Piedad.
41. Depósitos Banco de España y custodia.
42. Depósitos Banco de España y lingotes oro.
43. Depósitos Banco de España y lingotes de oro.
44. Depósitos Banco de España y objetos históricos Catedral Tortosa.
45. Depósitos Banco de España y objetos históricos Catedral Tortosa.
46. Objetos religiosos y ropa de gran valor artístico e intrínseco.
47. Objetos religiosos de gran valor artístico e intrínseco.
48. Entrega Generalitat de Cataluña. Objetos de gran valor
49. Ropas y objetos religiosos procedentes de la Catedral de Toledo, entre ellos el famoso manto de las cincuenta mil perlas.
50. Ropa y objetos religiosos de Toledo. Depósitos del Monte de Piedad de Madrid y tres sobres de la Caja de Reparaciones conteniendo brillantes de alta calidad y de gran valor.
51. Depósitos Monte de Piedad de Madrid.
52 al 54. Depósitos Monte de Piedad de Madrid.
55. Depósitos Banco de España.
56. Depósitos Banco de España.
57. Una colección de relojes. Valor histórico y artístico.
58. Colecciones de monedas de oro de valor numismático. Ejemplares únicos de incalculable valor histórico.
59. Colecciones de monedas de oro de valor numismático. Ejemplares únicos de incalculable valor histórico.
60. Depósito objetos de valor. Caja de Reparaciones.
61. Depósitos y entregas Ministerio de Hacienda.
62. Colección de monedas valor numismático y objetos valor. Ministerio de Hacienda.
63. Caja de Reparaciones. Objetos de valor.
64. Caja de Reparaciones y Monte de Piedad.
65 al 78. Depósitos Monte de Piedad.
79. Depósitos Monte de Piedad y Banco de España.
80. Depósitos Monte de Piedad y Banco de España.
81. Caja pequeña de madera conteniendo el monetario de la Casa de la Moneda de Madrid, de oro. Mucho valor.
82 al 84. Depósito Banco de España. 85 al 87 Caja de Reparaciones. Objetos gran valor.
88. Depósitos Bancos y Monte de Piedad.
89. Entrega de la Generalidad y Monte de Piedad.
90. Entrega de la Generalidad y Monte de Piedad.
91. Depósitos Monte de Piedad.
92. Depósitos Monte de Piedad.
93. Depósitos Monte de Piedad.
94. Entregas de acuerdo con Decreto. En depósito.
95. Depósitos Generalidad y otros.
96. Entregas de acuerdo con Decreto.
97. Depósitos Monte de Piedad.
98. Depósitos Monte de Piedad.
99. Depósitos de la Generalitat y sacos con monedas de oro. (Sin revisar su valor numismático.)
100. Varios bultos objetos de valor.
101. Objetos del Culto de la Capilla Real de Madrid.
102. Objetos del Culto de la Capilla Real de Madrid.
103 al 110. Depósitos Monte de Piedad.
Un ejemplar extraordinario del Quijote editado en hojas de corcho.
Quedaban sin controlar los objetos empaquetados en cajas que eran el mayor volumen de la expedición. En el Vita fueron depositados cuadros de valor extraordinario. Asimismo, fueron depositados objetos de culto que pertenecieron al Papa Luna.
(1) DECRETO RESERVADO
Ministro de Hacienda.- Excelentísimo señor: Por su excelencia el presidente de la República, y con fecha 13 del actual, ha sido firmado el siguiente Decreto Reservado de este departamento ministerial : "La anormalidad que en el país ha producido la sublevación militar aconseja al Gobierno adoptar aquellas medidas precautorias que considere necesarias para mejor salvaguardar las reservas metálicas del Banco de España, base del crédito público. La índole misma de la medida y la razón de su adopción exigen que este acuerdo permanezca reservado. Fundado en tales consideraciones, de acuerdo con el Consejo de Ministros y a propuesta del de Hacienda vengo a disponer, con carácter reservado, lo siguiente:
Artículo 1º Se autoriza al ministro de Hacienda para que en el momento que lo considere oportuno ordene el transporte, con las mayores garantías, al lugar que estime de mas seguridad, de las existencias que en oro, plata y billetes hubiera en aquel momento en el establecimiento central del Banco de España.
Artículo 2.º El Gobierno dará cuenta en su día a las cortes de este decreto.- Lo que comunico a vuestra excelencia para su conocimiento y efectos oportunos.-- Madrid, trece de septiembre de mil novecientos treinta y seis"
Manuel Azaña