Hay un Pedro Sánchez en España cuya vida siempre ha estado vinculada a la energía nuclear. Nació en 1965 en Yebra (Guadalajara). Ese mismo año, a 10 kilómetros, arrancó la construcción de la primera central nuclear de España, la José Cabrera, más conocida como Zorita. El niño creció mirando con curiosidad infantil a los ingenieros estadounidenses que pasaban meses en el pueblo para revisar el reactor. De adolescente, cuando empezó a interesarse por la política, se abrió otro reactor, a 50 kilómetros: el de Trillo. Ni con tales coincidencias imaginó aquel joven lo que la nuclear iba a significar en su trayectoria profesional, personal y política.
Hoy, Juan Pedro Sánchez Yebra trabaja en Zorita (desde 2005), es el alcalde por el PP de su pueblo (desde 2003) y preside AMAC, la Asociación Española de Municipios en Áreas de Centrales Nucleares, desde 2019. La Asociación agrupa a un total de 60 pueblos, casi todos los que están cerca de reactores. Las localidades situadas hasta a 10 kilómetros del reactor tienen responsabilidades en caso de emergencia nuclear.
Los 60 pueblos en zonas nucleares de España
Almaraz (Cáceres): Almaraz, Belvis de Monroy, Casatejada, Higuera de Albalat, Mesas de Ibor, Millanes de la Mata, Romangordo, Saucedilla, Toril, Valdecañas de Tajo, Casas de Miravete y Serrejón.
Ascó (Tarragona): Ascó, El Molar, La Figuera, La Palma d'Ebre, Mora la Nova y Vinebre.
Cofrentes (Valencia): Cofrentes, Cortes de Pallás, Jalance, Jarafuel y Requena.
El Cabril: (Almacén, Córdoba) Hornachuelos.
Garoña (Burgos, cerró en 2012): Bozoo, Cascajares de Bureba, Encío, Frías, Jurisdicción de San Zadornil, Lantarón, Merindad de Cuesta Urría, Miraveche, Oña, Pancorbo, Partido de la Sierra en Tobalina, Santa Gadea del Cid, Valdegovía y Valle de Tobalina.
José Cabrera, Zorita (Guadalajara, cerró en 2006): Almonacid de Zorita, Buendía, Escopete, Illana, Pastrana, Pozo de Almoguera, Sayatón, Valdeconcha, Valle de Altomira, Yebra y Zorita de los Canes.
Trillo (Guadalaja): Brihuega, Budia, Durón, Henche, Pareja, Solanillos del Extremo y Trillo.
Vandellòs (Tarragona): Mont-Roig del Camp, Pratdip, Tivissa y Vandellòs i l’Hospitalet de l’Infant.
El otro Pedro Sánchez, el presidente del Gobierno, no ha preguntado a la asociación su postura respecto a la propuesta que acaba de lanzar la Comisión Europea -órgano que ostenta el poder Ejecutivo y la iniciativa legislativa en la Unión- de declarar como energías verdes la nuclear y el gas natural. Aunque a la propuesta aún le queda un largo camino por recorrer, el Gobierno español ya ha dicho "no" de forma rotunda. Pedro Sánchez Yebra -el nombre de su pueblo es su segundo apellido- explica a EL ESPAÑOL | Porfolio por qué sí debería serlo.
Francia y Alemania
Su opinión coincide con la del Gobierno francés. Emmanuel Macron ha anunciado más inversiones y nuevas plantas. Pero choca con la de Alemania, que ha comenzado su desconexión nuclear cerrando reactores este 2022. Con la clara división de los dos grandes, la Comisión ha pedido informes a los Gobiernos y a expertos sobre su propuesta. El último día para entregarlos estaba previsto que fuera el 12 de enero, pero se ha retrasado a este viernes, 21 de enero, señala Reuters.
Si sale "sí", para que entrara en vigor la nueva clasificación tendría que pasar por el Parlamento Europeo. También por el Consejo de la Unión Europea, órgano que representa a los gobiernos, con el voto a favor de al menos 20 países que sumen el 65% de población. En juego, inversiones millonarias: de considerarse verdes, tanto la nuclear como el gas recibirían mucho dinero de Bruselas.
La idea de la Comisión es que la nuclear tenga etiqueta verde como una forma de transición hasta un predominio de las renovables. Es un medio para un fin: la nuclear hasta 2045 y el gas natural -con algunas condiciones- hasta el 2035, mientras crecen más la eólica y la solar. Alemania es favorable a la parte del gas. España se opone tanto al gas como a la nuclear.
La postura del Gobierno de España
Neutralidad climática en 2050. "España es firme defensora de la taxonomía verde para lograr la descarbonización de la economía y alcanzar la neutralidad climática en 2050. Dentro de ese objetivo, admitir la nuclear y el gas natural como parte de la taxonomía verde europea supondría un paso atrás", señala el Gobierno.
Inversiones, aparte. "Independientemente de que puedan seguir acometiéndose inversiones en una u otra, consideramos que no son energías verdes ni sostenibles", ha recalcado la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, sobre la propuesta de la Comisión Europea.
Daño ambiental. "La clave para considerar verde una actividad económica, sector o tecnología es su contribución sustancial a las principales metas ambientales de la UE, como mitigar el cambio climático, entre otras, respetando además el principio de no causar daño ambiental significativo (Do Not Significant Harm)".
Señal errónea. "Las emisiones de metano de la generación por gas natural y la cuestión de los residuos de la energía nuclear ponen en cuestión la inclusión de ambas tecnologías dentro de la taxonomía verde de la UE. Incluirlas supone una señal errónea para los mercados financieros y no aporta la necesaria claridad para enfocar los flujos de capital hacia la economía descarbonizada, resiliente y sostenible prevista en el Pacto Verde Europeo".
Antes de exponer su teoría, Juan Pedro Sánchez Yebra lanza un lamento: "No sé por qué la energía, sea del tipo que sea, tiene que tener ideología, debería haber un mix, que aprovechemos los beneficios de cada una, pero este país es así". La queja es premonitoria de su siguiente frase. Un resumen de cómo se ve, cómo se mira y cómo se decide sobre la nuclear en España. "La izquierda no la defiende por ideología y la derecha no la defiende por cobardía", sentencia.
Pedro lo dice por experiencia. Él mismo tuvo que enfrentarse a su partido en 2006 cuando pidió para su pueblo el cementerio nuclear. Hasta le abrieron expediente. "Es agua pasada", dice él. Firme defensor de la nuclear, anima precisamente "a no tener complejos, a no ser cobardes con ella".
Cementerio parado
Cuando preguntamos en el bar o en la panadería sobre qué opinan de la energía nuclear, todo el mundo se acuerda aún de aquello. La propuesta se marchó a otro pueblo de Castilla-La Mancha. El ATC -almacén temporal centralizado- se instalaría en Villar de Cañas. Ahora está totalmente parado.
Desde Estrasburgo, la eurodiputada del PP Pilar del Castillo, miembro de la Comisión de Industria, Investigación y Energía del Europarlamento, explica que su partido "está a favor" de la propuesta de la Comisión Europea. Una propuesta, recuerda, en fase de "predebate". De convertirse en acto delegado -nombre preciso de la iniciativa-, pasará tanto por el Parlamento Europeo como por el Consejo de la Unión Europea. El proceso durará meses. Al menos cuatro, señala la propia Comisión.
"Nuestro partido está a favor. Siempre hemos defendido que las emisiones de la energía nuclear son nulas"
"Nosotros siempre hemos defendido que las emisiones de la energía nuclear son nulas y que esta energía tiene un papel fundamental para complementar el papel intermitente de las renovables", señala Pilar del Castillo. La eurodiputada popular no se atreve a vaticinar cómo evolucionará la propuesta, pero recalca que "la nuclear es muy importante para la transición ecológica".
El trabajo de cerrar
Zorita, en la Alcarria Baja, cerró sus puertas en 2006. Aunque sería más correcto decir que dejó de generar energía ese año. Porque hoy, 16 años después, sigue existiendo un edificio al que acuden cada día empleados como Pedro Sánchez.
"La central ha estado operando 38 años, hasta el 30 de abril de 2006. Desde el 2006 al 2010 la propietaria de la central, Naturgy, sacó el combustible de la piscina y en 2010 se transfirió la titularidad a Enresa, que es la Empresa Nacional de Residuos Nucleares", explica el alcalde de Yebra. Cuando acabe ese proceso, se debería devolver la titularidad de la tierra a Naturgy para que la empresa la deje de la misma forma que la encontró hace más de 40 años.
Pero no parece probable que esa vuelta al origen se produzca en los próximos años porque, de momento, España no tiene ese cementerio nuclear centralizado. De modo que en la misma central se conservan los residuos: el combustible gastado. Es lo que se llama un ATIC: almacén temporal individualizado que incluye "unos contenedores que están completamente blindados".
Una central nuclear se desmonta, explica el alcalde, como si fuera un coche. Pieza por pieza. Todo lo que se puede reciclar, se recicla. Todo el proceso de desmantelamiento de la central nuclear cuesta, según los datos de AMAC, 450 millones de euros.
¿Cómo es el combustible? "Son unas pastillas como los pellets -pequeñas piezas-, de uranio que tienen una capacidad energética enorme y que mediante la fisión origina unas cantidades de calor que calientan el agua y a su vez mueven la turbina cuya energía llega a la red mediante un alternador", resume Pedro Sánchez, tras años de trabajo y formación en la central. Y recuerda que, "aunque se llama combustible, las pastillas de uranio, del tamaño de caramelos y metidas en unas vainas, no arden".
La explicación nos lleva a las torres de las centrales. Esas que Zorita ya no tiene pero que durante 38 años también echaron humo. Ese humo que da como miedo. "Al contrario de lo que todo el mundo cree, no es un humo contaminante, no es CO2, es sólo vapor de agua. Lo que sale de las torres de refrigeración es vapor de agua, que se utiliza para refrigerar el sistema. No emite nada", dice Sánchez.
Ese vapor es clave en la defensa de la energía nuclear como verde. "Si realmente se quiere luchar contra el cambio climático, contra las emisiones de CO2, si vamos a una verdadera transición energética, la nuclear puede desempeñar un papel importante", explica Sánchez. Recuerda que aporta el 20% a la energía que consumimos en España -es la primera fuente de generación eléctrica- y habla de dos ventajas: "Su precio razonable y la seguridad que da: puedes disponer de ella los 365 días, las 24 horas. Una cuestión que no está resuelta con la eólica y la solar. Somos incapaces de estar sin suministro eléctrico durante 4 o 5 horas", recuerda.
El alcalde habla de uno de los grandes retos de las renovables: "El problema de la energía es que no se puede almacenar en grandes cantidades. Esa seguridad te la aporta la nuclear. También el carbón, que sí es mucho más contaminante".
Pregunta.- Entonces, ¿usted sí la calificaría, la nuclear, como verde?
Respuesta.- La Comisión ha dicho que hay que considerar la energía nuclear y al gas como energía verde y esto tiene un trasfondo que va mucho más allá. Si se clasifica, en la taxonomía, podrá recibir ayudas y fondos europeos para toda esta transición. Por eso Alemania tiene tanto interés en que el gas sea considerado una energía verde, porque va a depender mucho del gas. Francia, con 57 o 58 reactores nucleares, quiere seguir construyendo. Independientemente de los intereses particulares la energía nuclear es muy aprovechable.
P.- ¿Pero la nuclear es verde?
R.- Sí.
P.- ¿Verde y peligrosa?
R.- Es verde porque no emite CO2, cero emisiones. Es peligrosa, como otras muchas actividades salvando siempre las diferencias. En España, en Francia… en países civilizados las medidas de seguridad son muy importantes y, como todo en la vida, puede tener un peligro. Cuando nos subimos a un coche también tenemos un cierto peligro. Pero hay que buscar si compensa o no. En Zorita no ha habido nunca ningún accidente. Si acaso alguno convencional, pero ninguno con consecuencias radiológicas. En España que yo recuerde tampoco ha habido ninguno.
"El problema de la nuclear son los residuos radiactivos, pero sabemos muy bien qué hacer y cómo gestionarlos"
El problema que existe con la energía nuclear, explica, son los residuos radiactivos. "Pero sabemos muy bien lo que hay que hacer y cómo se deben gestionar. No estamos hablando de los años 70 u 80. Ahora se gestionan de una manera segura y muy responsable. En la balanza riesgo-beneficio, los beneficios de la nuclear son mucho más importantes".
El otro problema, señala Pedro Sánchez, es el desconocimiento. Pasó en su pueblo: "Al principio, claro, la central generaba dudas, no había ninguna en España. Era una industria desconocida. No se sabía qué se hacía exactamente allí. Sí, que se fabricaba luz, pero siempre había estigmas sobre las centrales nucleares".
Radiación y cáncer
Fuera de la central, en sus alrededores, explica el alcalde, no hay ninguna radiación. Dentro, señala, hay partes con radiación cero. Pero, además, los trabajadores que están en zonas que emiten radiación están protegidos. Controlando los tiempos, las distancias y utilizando los blindajes requeridos, que incluyen equipos especiales con láminas de plomo si es necesario.
Contra ese desconocimiento trabaja AMAC, la Asociación de Municipios en zonas nucleares que preside Sánchez. "Otro tema que siempre ha sido muy espinoso y se ha dicho de las áreas nucleares es que había una incidencia mayor de casos de cáncer. Nuestra asociación siempre ha querido aclararlo", explica Sánchez. "Se hicieron estudios durante varios años, uno por parte de la Universidad Carlos III, y concluyeron que no había una incidencia mayor en las áreas nucleares que en otras zonas".
AMAC, con sede en la Gran Vía madrileña, aúna a alcaldes de todos los colores. "Del PP, del PSOE, de Ciudadanos, de Esquerra…" Están todos los que tienen central nuclear -cinco activas, con un total de siete reactores, dos en proceso de desmantelación y un almacén en Córdoba- in situ o cerca. "Mayoritariamente están a favor de estas centrales, por sus propias experiencias", asegura su presidente. En el seno de la asociación, que mantiene reuniones de su directiva más o menos una vez al mes no se ha debatido -oficialmente- si la nuclear debería ser verde o no, aunque a todos les iría bien por lo de la partida económica. No han tenido ni voz ni voto.
Los alcaldes trabajan de forma conjunta para compartir esas experiencias y para tratar cuestiones de desarrollo económico y de propuestas ante los cierres: de cómo conservar residuos a cómo conservar el empleo. La clausura de una planta deja un agujero difícil de suplir en la zona: cada central da unos 300 empleos directos.
En los últimos 40 años, unas 60 personas de Yebra han trabajo en la central. "En diferentes tiempos, pero siempre había 8 o 10 empleados allí". Yebra tiene 450 habitantes. Supone más de un 2%. "La gente que trabajaba ahí, de la comarca, de Yebra y de otros pueblos como Almonacid, Pastrana… No sé si catalogarlo como un sueño, pero las condiciones laborales eran infinitamente mejores que las del resto de empresas, la agricultura o la ganadería. Mucha gente buscó desde los inicios trabajar para la central".
Entre los empleos directos de las centrales se incluyen puestos administrativos, como es el caso del alcalde, pero también limpieza, mantenimiento, mecánicos, electricistas, operadores y auxiliares de turbinas… La misma central aportaba la formación más específica. "Los propietarios de las centrales invierten muchísimo dinero en dos cuestiones: en formación, que es continua, y en seguridad".
P.- ¿Cómo entró a trabajar Pedro Sánchez en Zorita?
R.- Entré en 2005 a través de una empresa de trabajo temporal. Mi familia se dedicaba al textil, hacíamos géneros de punto, pero las cosas no estaban boyantes y me surgió la oportunidad. Hago labores de administrativo, en la oficina técnica.
Así, durante más de tres lustros. El alcalde del pueblo -no cobra del Ayuntamiento- se encarga de la documentación de las licencias, y entre otras cuestiones, de los informes al Consejo de Seguridad Nuclear. No lo imaginó cuando era pequeño, cuando no se atrevía a decirle ni hola a los extranjeros que pasaban largas temporadas en el pueblo porque habían venido a la central.
"En las épocas de mantenimiento y recarga de combustible, que al principio eran incluso de dos meses, prácticamente se duplicaba el número de trabajadores de la central y muchos se alojaban en Yebra. Venían, entre otros, ingenieros americanos porque se había puesto tecnología de EEUU. Se alojaban en casas del pueblo y comían en los restaurantes", explica el alcalde.
Entonces Yebra tenía 1.400 habitantes. En la Alcarria de los años 70, aunque Camilo José Cela ya había escrito su famoso Viaje, no se veían ni inmigrantes ni turistas. "Nos chocaba mucho, no es que España recibiera mucha gente aquellos años... Los mirábamos con mucha distancia", recuerda.
"Nos quedamos sin gente"
Opiniones de fuera. "Aquí hemos vivido siempre con la central y nunca ha pasado nada. Y contamina menos que otras. Siempre nos lo dice la doctora cuando le preguntamos: 'Si os pusieran una térmica, ahí veríais las alergias'", señalan Toñi y Ana, de la panadería Chaparro, la única del pueblo.
Ambas dicen estar a favor de la energía nuclear así como de la propuesta de hace años de instalar en Yebra el cementerio nuclear. ¿Quiénes estaba en contra? "Gente que no vive aquí: de los que vienen en verano y lo quieren todo limpito", contestan.
Economía rural. "Nosotros estamos preocupados porque nos quedamos sin gente. Sí, aquí hemos vivido de la nuclear, nunca diremos 'no' a la nuclear", señala Gema, del restaurante La Curva, justo enfrente del Ayuntamiento de Yebra.
Yebra, con 450 empadronados en la llamada Alcarria Baja, ha perdido cerca del 70% de su población. Las zonas despobladas intentan atraer hoy a inmigrantes para mantener vivos los pueblos pequeños y Tamara Falcó se fotografía, patrocinada, en los campos de lavanda de Brihuega para atraer turistas. Son las esperanzas de una zona, la Alcarria, que tiene ya tiene fecha de caducidad para su otra central. Zorita fue la primera en abrir. Trillo será la última en bajar la persiana, en 2035.
Reconocido motor económico de todas sus zonas, además de los puestos indirectos, la sola presencia de un reactor incluye partidas directas a los ayuntamientos. El 25% del presupuesto anual del Ayuntamiento de Yebra proviene de Zorita. 250.000 euros con los que el Consistorio que dirige Pedro Sánchez, entre otras inversiones, mantiene una vivienda tutelada para 10 mayores, que podría ampliarse a 20, y un servicio de gestoría gratuito a sus habitantes.
P.- ¿Aquí la luz no es más barata?
R.- Para nada.
Cada ayuntamiento decide en qué invertir su asignación. No hay fecha de caducidad para la inyección económica, porque de momento, los residuos se quedan ahí. El almacén centralizado, aquel que Yebra pidió para el pueblo –"incluía un vivero de empresas y un centro tecnológico", incide el alcalde-, el que se fue a Cuenca, está parado. "Necesitaría al menos ocho o 10 años para su construcción", explica.
P.- ¿Ha echado de menos más debate en España con la propuesta de la Comisión Europea?
R.- Creo que está habiendo bastante, aunque siempre he echado de menos debates serios en torno a la energía nuclear. No es fácil. Ya lo he dicho, unos por ideología y otros por cobardía. El tema energético es un tema de Estado, como la Justicia y la Educación, donde hay que plantear estrategias a largo plazo.