Rafael, no lo hagas

Si lo parafraseo para dirigirme a Rafael del Pino, el presidente de Ferrovial, no es para impostar ninguna familiaridad, dado que no hemos coincidido (él en lugar destacado, yo entre la masa) más que en algún acto relacionado con la titulación que compartimos. O acaso en alguna conferencia de la fundación que lleva el nombre de su padre, un foro de discursos reformistas y comprometidos con nuestro país.

Rafael del Pino e Ignacio Madridejos en la Junta General de Accionistas 2021. Ferrovial

Pero sí quiero evocar una condición muy importante (al menos para mí) que nos une y que me gustaría que tuviera muy presente antes de decidir definitivamente trasladar la sede su empresa al extranjero: la de ser españoles.

Está claro que lo de apelar al patriotismo en España en 2023 tiene poco predicamento cuando tenemos un gobierno que no tiene reparos en garantizar su supervivencia apoyándose en una mayoría que desde el Parlamento ha debilitado garantías elementales para la supervivencia de cualquier Estado.

Pero lo que terminaría de rematar a nuestro país es que esta crisis institucional sirviera como coartada para que los empresarios españoles empezasen a justificar "por racionalidad" o "para proteger los intereses de sus accionistas" el ir reduciendo posiciones en nuestro país.

Los argumentos esgrimidos por Ferrovial en su comunicación a la CNMV para defender el traslado de la sede a Países Bajos son una excusatio non petita. Tener la máxima calificación crediticia para su deuda depende ante todo de la propia empresa, no de su sede fiscal.

¿Que se seguirán pagando muchos impuestos locales donde se tienen inversiones y obras? Faltaría más, porque así lo exigen las correspondientes leyes. Pero la clave es que el cambio de sede facilita llevarse al cuasiparaíso fiscal holandés los márgenes que obtenga el grupo.

En el comunicado de Ferrovial se menciona el escaso peso que tiene ya el negocio en España, aunque este es aún del 18%. ¿En qué países obtuvo más y de manera recurrente? ¿Y, concretamente, en los Países Bajos?

"Los empresarios que han creado prósperos negocios deben dar ejemplo reconociendo que no se deben sólo a su talento, sino al esfuerzo colectivo"

Por otro lado, para que no parezca que el asunto es para tanto, se indica que, aunque se empezará a cotizar en bolsa en Estados Unidos, se seguirá haciendo también en Madrid. Pero eso sólo determina adónde acudir para el intercambio de acciones. Lo cual, ciertamente, genera una actividad financiera relevante, pero cuyo impacto económico en España es de índole muy inferior a lo que supone perder las recaudaciones derivadas del impuesto de sociedades y otros tributos.

Por otro lado, mantener la cotización bursátil en España interesa a la propia empresa para retener el importante número de pequeños accionistas que han contribuido a su capitalización. Precisamente porque consideraban que era una empresa "de bandera".

Afirma Ferrovial, por último, que España permanecerá como "principal fuente de desarrollo de talento". Magro consuelo que revela que lo máximo que se espera ya de nuestro país es que le sigamos proporcionando los ingenieros y otros profesionales a otros países desde nuestras universidades (y en particular las públicas, como en la que estudió brillantemente el propio Del Pino), fuertemente financiadas por los contribuyentes.

Hace tres años, el hombre más rico del mundo, el francés Bernard Arnault, solicitó la nacionalidad belga. Y atento al desprestigio que su nombre y sus marcas empezaban a sufrir a causa de esta decisión, tuvo los reflejos de rectificar.

[Ferrovial trasladará su sede social a Países Bajos y cotizará en Estados Unidos]

En España hemos visto saludables reacciones cívicas. Incluso entre los jóvenes ante los streamers que se instalan en Andorra o los futbolistas que evaden impuestos.

España necesita no sólo poderosos, sino también líderes. Y los empresarios españoles que han creado prósperos negocios deben dar ejemplo reconociendo que no se deben sólo a su talento, sino al esfuerzo y el talento colectivo que desde generaciones hemos ido construyendo juntos.

Por lo relevante que es Ferrovial y todo su grupo, pero también por el efecto cascada que podría generarse (como aquel que sufrió Cataluña y que está lejos de revertirse), te pido, compatriota Rafael del Pino, que no lo hagas.

*** Víctor Gómez Frías es ingeniero de caminos y profesor en la Universidad Politécnica de Madrid.