La guerra de Ucrania, la creciente tensión entre China y Taiwán, los arsenales renovados de Marruecos y Argelia, los compromisos alcanzados por los países de la OTAN en la cumbre de Madrid... Todos estos elementos del tablero geopolítico se han unido para conducir a un aumento considerable en el presupuesto de Defensa en España, con la mira puesta en los programas de compra y renovación de material militar para reforzar las tres ramas de las Fuerzas Armadas.
En los últimos años, la baja de activos como los lanzacohetes Teruel han dejado grandes agujeros en las capacidades operativas del Ejército de Tierra. Vista la efectividad de sistemas como el HIMARS, que está siendo decisivo en el conflicto ucraniano y acaba de adquirir Marruecos, el Ministerio de Defensa ha puesto en marcha el programa SILAM (Sistema de Lanzacohetes de Alta Movilidad), junto a otros 12 planes de modernización similares con los que se pretende actualizar el arsenal español.
En el caso de estos lanzacohetes móviles para las unidades de artillería, muy efectivos y precisos a larga distancia y difíciles de contrarrestar, hay varios candidatos sobre la mesa. La intención inicial, según el medio Infodefensa, es invertir la partida de 22 millones de euros de los presupuestos de 2023 en la puesta en marcha de un lanzacohetes de fabricación española. Estaría basado en el PULS, de la israelí Elbit Systems, y contaría con la participación de las empresas patrias Expal y Escribano.
Tanto PULS como HIMARS han sido adquiridos recientemente por las autoridades marroquíes, embarcadas en una imparable escalada armamentística con su vecina Argelia. De hecho, tampoco se descarta que finalmente el programa sirva para financiar la compra de alguno de estos dos sistemas, ya probados en combate con gran éxito.
La opción española
De momento, el Ministerio de Defensa no ha dado ningún paso definitivo para sustituir los lanzacohetes Teruel, fuera de servicio desde hace más de una década. En cualquier caso, desde finales del año pasado la cartera que dirige Margarita Robles tiene los detalles de la propuesta de Expal y Escribano, ambas con sede en Madrid, para desarrollar un nuevo lanzador múltiple en nuestro país.
Según lo detallado en el foro Ejército-Empresas que se celebró en octubre de 2022, el primer paso necesario es la transferencia tecnológica por parte de Elibit Systems, fabricante de PULS, siglas de Precise and Universile Launching System. Basado en el Lynx, desarrollado y fabricado inicialmente por Israel Military Industries (IMI) y utilizado por el ejército del país hebreo, este lanzacohetes múltiple es uno de los más demandados actualmente en el mercado.
En los últimos meses se han sucedido las adquisiciones de países como Dinamarca, Países Bajos o la propia Marruecos. Alemania también parece interesada en el PULS a través de la empresa germana KMW, que se ha asociado con Elbit para desarrollar una variante europea del lanzacohetes, denominada Europuls.
Este sistema ofrece, según indica Elbit Systems en su web, "una solución completa y rentable para disparar con precisión todo tipo de cohetes avanzados, con una capacidad de respuesta óptima". La principal ventaja que ofrece frente a otros como HIMARS o MLRS tiene que ver principalmente con su versatilidad, ya que puede disparar diversos tipos de munición a varios alcances desde la misma posición, con una distancia máxima de 300 km.
Para ello, PULS cuenta con capacidad para dos pods para cohetes (cápsulas de cohetes selladas para acoplar al lanzador), cada uno de ellos diseñado para un tipo de cohete específico. Entre ellos está el AccuLAR, de 122 mm y 160 mm, con alcances entre 35 y 40 km; el EXTRA, que llega a los 150 km de distancia; y el Predator Hawk, que es el que alcanza esos 300 km de rango máximo. Si de los primeros la capacidad llega hasta 18 cohetes en cada pod, de los últimos se reduce a dos cohetes de 370 mm.
Una misión de disparo típica puede ejecutarse en menos de un minuto desde el inicio. Tras disparar el pod entero, se puede instalar uno nuevo en menos de 10 minutos. La precisión, hasta en los cohetes con mayor alcance, es inferior a 10 metros del objetivo marcado gracias a los sistemas de guiado, lo que permite reducir la posibilidad de daños colaterales.
A diferencia de otros lanzacohetes, el PULS sólo es el lanzador, que puede incorporarse a distintos vehículos 6x6 u 8x8, por lo que permite a cada cliente acoplarlo a las plataformas que integran su cadena logística y ahorrar así en costes de mantenimiento y formación de personal. En este caso, el vehículo elegido como chasis es un Astra 6x6 de Iveco, con el sistema de mando y control Talos habitual en el Ejército de Tierra.
Una vez transferida la tecnología de Elbit, Escribano sería la encargada de los elementos mecánicos, la hidráulica y la electrónica, además de la integración de sistemas blindados. Mientras, Expal será sobre el papel la que fabrique componentes como los pods de lanzamiento y la propia munición.
De recibir el visto bueno definitivo por parte del Ministerio de Defensa, el primer prototipo podría estar listo en un plazo aproximado de 18 meses, con lo que podría realizar sus primeras pruebas a mediados de 2024. Si finalmente se diseña, fabricar y ensambla la mayor parte del SILAM en nuestro país será una buena noticia para la industria militar de nuestro país. Esta nacionalización de la producción de armamento ya está teniendo sus frutos en blindados como el 8x8 Dragón, aunque haya costado cerca de tres lustros que entre en servicio.
HIMARS, apuesta sobre seguro
La principal ventaja del HIMARS de Lockheed Martin frente a su rival israelí es su experiencia probada en combate. Tras su éxito en los despliegues en Irak y Siria, la guerra de Ucrania está siendo todo un escaparate para la gran movilidad y eficacia de un lanzacohetes que ha supuesto un antes y un después en la evolución del conflicto. Su compra por parte del Ejército se ha planteado con anterioridad, pero su elevado coste es su gran hándicap.
El High Mobility Artillery Rocket System (Sistema de Cohetes de Artillería de Alta Movilidad) se desarrolló en 1996 como encargo del Ejército estadounidense a la compañía Lockheed Martin. Pocos años después, tras realizar algunas pruebas de campo, la Army comenzó la ronda de pedidos ordenando 89 lanzadores en un primer momento y 4 unidades para el Cuerpo de Marines. Ahora dispone de más de 900 unidades en servicio.
Una de sus características más diferenciadoras es que puede transportarse dentro de un avión C-130 Hércules. Eso le permite una gran flexibilidad a la hora de desplegarse en cualquier parte del mundo en cuestión de horas, algo totalmente impensable para otros modelos de lanzadores de misiles similares.
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Cada uno de los lanzadores puede incorporar hasta 6 misiles —según el modelo que se elija— que se integran dentro de un camión con tracción 6x6 fabricado por BAE Systems en Texas. El vehículo tiene un peso total de unos 11.000 kilogramos, prácticamente la mitad que su equivalente M270.
En cuanto a especificaciones técnicas del propio camión, cuenta con una velocidad máxima de 85 kilómetros por hora sobre pista asfaltada y dispone de una autonomía de 480 kilómetros. Todo ello con un blindaje ligero que protege a sus 3 ocupantes.
En cuanto a la munición, el HIMARS puede acarrear y lanzar una única unidad de misiles guiados de largo radio ATACMS (Army Tactical Missile System) compatibles con todos los modelos de esta munición empleados hasta ahora. Fabricados por la misma Lockheed Martin, emplean un sistema de guiado por inerciales y un propulsor de combustible sólido.
Cada uno de los misiles de la primera versión, denominada Block 1, despliega 950 submuniciones del tamaño de una bola de béisbol para impactar contra personal y material a una distancia de 165 kilómetros, según recoge Army Technology. Algunas versiones mejoradas incrementan el alcance hasta los 300 kilómetros gracias a un sistema de guiado por GPS y reduciendo la carga de submuniciones a 300 unidades.
La vista está ahora puesta en el denominado PrSM o Precision Strike Missile, que mejoraría ampliamente las prestaciones del HIMARS. Esta munición acapara un radio de acción desde los 60 a más de 499 kilómetros, llenando la plataforma de lanzamiento con 2 unidades. Su entrada en servicio debería producirse este mismo año, pero de momento se desconoce fecha definitva.
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