La industria militar de España tiene mucho que celebrar. Tras una larga espera de más de 15 años, las 7 primeras unidades del Vehículo de Combate sobre Ruedas (VCR) 8x8 Dragón, desarrollado y fabricado en nuestro país, han sido entregadas al Ejército de Tierra. El acto ha tenido lugar en la fábrica de Santa Bárbara Sistemas (SBS) en la localidad sevillana de Alcalá de Guadaira, el mismo lugar en el que se inició el ensamblaje de los vehículos hace casi un año.
Los Dragón, que llegarán a la brigada de la Legión en Almería, integrarán la Fuerza 35, o lo que es lo mismo, "la solución del Ejército de Tierra para dar respuesta al proceso de planeamiento militar" con el "diseño, la experimentación y el equipamiento" como grandes prioridades. Así, Dragón se convertirá en la columna vertebral de la modernización del ejército de cara a 2035.
Estas primeras unidades, entregadas en presencia de la secretaria de Estado de Defensa, María Amparo Valcarce, se descuentan de las 348 previstas hasta 2027 en la primera fase de un programa que no termina aquí. Las próximas fases del contrato entre el ejército y Tess Defence, fabricante de los vehículos, contemplan la entrega de un total de 998 vehículos Dragón. Una de sus principales características es su versatilidad, de ahí que llegue en 5 versiones y 13 configuraciones distintas, para cumplir con los requisitos de las distintas ramas del ejército que harán uso de ellos.
Dragón 8x8
El VCR se basa en el blindado Piranha V desarrollado por la compañía suiza Mowag como la quinta generación de una saga que, en sus diferentes versiones, ha servido en las fuerzas armadas de medio mundo. Con representación en Estados Unidos, Canadá o Suecia.
Para conocer el origen de la versión española hay que remontarse década y media. Era 2007, un año negro en el que seis paracaidistas españoles murieron en el Líbano cuando viajaban a bordo de un blindado BMR del Ejército de Tierra y un artefacto explosivo se activó. Poniendo de relieve el escaso blindaje y protección que proporcionaban esos vehículos —diseñados en los 70— contra las nuevas amenazas terrestres. Y sirviendo de punto de inflexión para la modernización de la flota.
Tras pasar todos los trámites y aprobarse todos los presupuestos necesarios, el acuerdo se remató en agosto de 2020 con la firma del contrato entre el Ministerio de Defensa y el consorcio TESS Defence; formado por Santa Bárbara, Indra, Sapa Placencia y Escribano Mechanical & Engineering.
En cuanto a las especificaciones elegidas, el Ejército ha optado por una motorización Scania que desarrolla una potencia de 724 caballos junto a una transmisión de 24 marchas fabricada por Sapa Placencia. Esto le posiciona en una clara ventaja respecto a la plataforma Piranha V, que cuenta en su versión básica con 577 caballos y aumenta hasta los 100 km/h la velocidad máxima y a 10 km/h en el agua.
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Uno de los componentes más importantes del blindado es el Sistema de Misión, fabricado por Indra, que busca hacer del Dragón "el vehículo con un mayor componente digital del mercado y asegurar su superioridad", tal y como informan. También recalcan la importancia de la soberanía nacional en esta parte del vehículo que "permitirá todo tipo de modernizaciones y evoluciones futuras sin dependencia de terceros".
Por ejemplo, permite compartir información táctica entre todas las fuerzas y también que "la generada por los propio sensores agilice el proceso de toma de decisión, mejore la sincronización, tome conciencia de la situación y actúe".
La primera etapa de la fase de producción en serie, que se ha materializado en esta primera entrega de 7 unidades, está compuesta por 348 vehículos 8x8 que irán a parar, en su mayoría, como Vehículos de Combate de Infantería (VCI), con 219 unidades. El resto se repartirán entre Exploración de Caballería (VEC, 58 unidades), Combate de Zapadores (VCZ, 49), Puesto de Mando de Batallón (VCPC, 14) y Vehículos de Combate de Observador Avanzado (VCOAV, 8 unidades).
Torreta Guardian
En junio de 2021 se eligió a Escribano Mechanical & Engineering como el proveedor de la torreta de armas del VRC Dragón. En particular, de su desarrollo Guardian 30 de 30 milímetros, dedicada a proporcionar una gran potencia de ataque al blindado español.
Una de las últimas —y más decisivas— pruebas la llevaron a cabo el mes de junio, cuando probaron en la Base Militar de San Gregorio (Zaragoza) la integración de la torreta con el misil Spike LR2. "Nuestra exitosa cooperación con Rafael y PAP Tecnos pone en común las capacidades y tecnologías de dos empresas referentes en Defensa en España [...] y da respuesta a las necesidades de nuestro Ejército de Tierra y de nuestras Fuerzas Armadas", declaró en su día Ángel Escribano, presidente de Escribano Mechanical & Engineering.
Fue el primer lanzamiento de este modelo de misil desde una estación remota en toda España y todo un éxito desde el punto de vista tecnológico. El Spike, en sus versiones más antiguas, llevan más de una década sirviendo dentro de las Fuerzas Armadas en España y la elección de este modelo más moderno es esencial para mejorar las capacidades del VCR.
El Spike LR2 cuenta con una modalidad de lanzamiento llamada "disparo a coordenadas sin línea de visión del objetivo"; que permite un disparo automático para que el misil se dirija a un punto sin la necesidad de detectar con sus sensores a su objetivo a batir. Una característica novedosa para esta versión que entró en servicio en 2018 como misil anticarro de quinta generación.
Dispone de un buscador electoóptico que incluye un sensor infrarrojo no refrigerado y un segundo sensor diurno en color de alta definición para el apartado del guiado del misil. Este nuevo buscador incluye capacidades de rastreo de objetivos mediante inteligencia artificial para mantener el bloqueo del objetivo, "incluso en condiciones extremas y casi sin necesidad de intervención del tirador", comentan desde Rafael.
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El misil en su versión LR2 —la que finalmente integrará el Dragón— tiene un peso de 12,7 kilogramos (1,3 menos que su antecesor) junto con un alcance de 5,5 kilómetros si se dispara desde la superficie o 10 kilómetros en caso de lanzarse desde el aire. Esta última versión no está disponible en el Ejército de España.
La carta de armamento de la torreta Guardian 30 se completa con un cañón de 30 milímetros, que se acompaña de una ametralladora coaxial de calibre 7,62 milímetros. Cuenta también con 12 tubos lanzadores complementarios como los que se dedican a desplegar contramedidas y, adicionalmente, un lanzador de misiles anticarro de dos tubos.
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