'Guardian', la torreta con lanzagranadas 'made in Spain' para abatir enjambres de drones
La compañía madrileña de tecnología militar Escribano ha probado su nuevo sistema antidrones que consigue derribarlos a una distancia de hasta 600 metros.
28 enero, 2022 01:59Noticias relacionadas
Los drones se han convertido en la mejor herramienta y también en la peor pesadilla de las fuerzas armadas de todo el mundo. En España, este tipo de aeronaves no tripuladas ya participan dentro del ejército como un elemento más con diferentes roles, pero igualmente esenciales son las medidas capaces de destruirlos.
Con el abaratamiento tecnológico de los últimos años, los drones han dejado de ser armas exclusivas de los ejércitos más avanzados y ya sirven incluso dentro de los carteles de la droga en México o de grupos terroristas como el Daesh.
Ante esta situación, el Ejército de Tierra ya ha comenzado con una serie de pruebas para evaluar varios sistemas antidrones y así equiparlos dentro de sus filas. El último test a gran escala se llevó a cabo hace en el campo de pruebas de Médano del Loro (Huelva), donde participó el Mando de Artillería Antiaérea (MAAA) y varias compañías como Escribano Mechanical & Engineering que probó un par de sistemas obteniendo buenos resultados.
Granadas antidrones
En lo relativo a las granadas de Nammo, son capaces de crear un cono de metralla de unos cuantos metros cuadrados que la hacen perfecta para abatir enemigos rápidos y con poca protección. Justo como son los drones de pequeño tamaño de ala móvil.
La programación de la detonación y la posterior liberación de la metralla se lleva a cabo gracias a los sensores integrados dentro de la Guardian 2.0. Los datos sobre la distancia donde debe accionar la espoleta se transmiten mediante una antena situada cerca del cañón y los recibe la propia granada gracias a un sistema implementado a bordo.
La distancia calculada se traduce a un tiempo medido en milisegundos que son los que tarda finalmente en explotar la granada. Justo en el momento preciso para que más de 1.500 fragmentos de metralla salgan disparados e impacten con el blanco.
La ventana de eficacia estimada se sitúa entre los 60 y los 600 metros en los que puede derribar un dron. La primera cifra por seguridad en el lanzamiento y la última por el propio alcance de los fragmentos. Siempre y cuando se trate de drones de pequeño tamaño como los que se usan en los enjambres.
"Los escenarios a los que tendrán que hacer frente nuestras fuerzas armadas en la actualidad y, sobre todo, en el futuro, exigen de soluciones eficaces y asumibles que proporcionan autonomía industrial y libertad a las Fuerzas Armadas nacionales", recogen desde Escribano en un comunicado.
También destacan que las granadas de Nammo Palencia se posicionan como una de las alternativas más avanzadas, versátiles y económicas. Esto último, según recoge Revista Ejércitos, es una característica que Escribano ha tenido en cuenta a la hora de escoger la munición y es que las granadas HEDP programables son prácticamente iguales que las no programables y rebajan el coste por disparo.
En cuanto a las pruebas realizadas en Médano del Loro, señalan que "han dado unos resultados muy prometedores y destaca su grado de efectividad respecto al resto de soluciones existentes en la actualidad".
El otro sistema novedoso que probó el Ejército de Tierra en Huela fue el cañón Dillon Aero M134D MiniGun también integrado dentro de la Guardian 2.0 de Escribano. La modularidad de la torreta permite cambiar de una a otra arma en pocos minutos y fue así como comenzó la segunda parte de las pruebas.
La Aero M134D alcanza una cadencia de 3.000 disparos por minuto con una munición de 7,62 x 51 milímetros y su función antidrones se basa en realizar barridos y saturación de la zona donde se encuentra el objetivo. Por el momento, el Ejército de Tierra no ha anunciado la adquisición de ninguno de estos dos sistemas.
Guardian 2.0
Una de las claves del sistema antidrones desarrollada por la alcalaína Escribano pasa por su Guardian 2.0. "Es una estación de armas giro-estabilizada en dos ejes, controlada de manera remota, que puede ser operada tanto de día como de noche y montada sobre diferentes plataformas o vehículos", según la describen.
La torre Guardian 2.0 está presente en el ejército español en su versión marítima para la Armada y en fuerzas armadas de países extranjeros. Dispone de una gran capacidad de integración de armamento pudiendo operar calibres 5,56, 7,62 y 12,70 milímetros; así como los mencionados lanzagranadas MK19 de 40 milímetros.
La plataforma tiene un peso de 180 kilogramos y ha demostrado poder integrarse en vehículos ligeros como los VAMTAC de la gallega Uro. Además de las diferentes armas que puede equipar, Escribano ha integrado en la torre otros accesorios como un GPS o un ordenador para el cálculo balístico.
También dispone de una suite de sensores con dos cámaras infrarrojas —solo una refrigerada—, cámara diurna y un telémetro láser. La Guardian 30, una evolución del modelo 2.0, estará presente en el Dragón que recibirá el Ejército de Tierra próximamente.