Los monitores de gran formato han llegado a España para quedarse. Atrás quedaron los tiempos en los que 20 pulgadas eran suficientes para todos. Los amantes de los videojuegos y los teletrabajadores ahora optan por pantallas que se asemejan enormemente a televisores. Samsung busca complacer a estos dos grupos con una propuesta extrema: el Samsung Odyssey Neo G9, un monstruoso monitor de nada menos que 57 pulgadas.
Esta es una de las nuevas renovaciones que el ya mítico monitor gaming de alta gama ha sufrido con los años, y el cual también analizamos en El ESPAÑOL - Omicrono. En este caso, Samsung ha decidido aumentar enormemente su tamaño, pasando de las 49 pulgadas a las 57, manteniendo el formato 32:9. Exacto; es como si usáramos dos monitores de 32 pulgadas pero sin separación, en este caso en 4K cada una.
Un monitor en cuyo público encajo a la perfección. Y es que tal y como ha querido la providencia, justo soy un amante de los videojuegos que además cuenta con dos pantallas separadas de 32 pulgadas gaming —también Samsung— en su escritorio. ¿Me habrá podido contentar un dispositivo que en España roza los 2800 euros de precio?
Un monstruo en tu escritorio
Ya lo dije en mi análisis de 2022 con el modelo de 49 pulgadas: el Samsung Odyssey Neo G9 es un monitor pesado, y que destaca por sus importantes proporciones. Esta idea se ha visto multiplicada en esta nueva versión, ya que si las 49 pulgadas en 32:9 ya eran un tema a tener en cuenta, estas 57 se vuelven toda una locura difícil de gestionar para escritorios pequeños.
El estilo estético no ha cambiado apenas nada; salvo la inclusión de un par de LEDs en las esquinas inferiores de la pantalla, este modelo es prácticamente calcado al anterior. Misma peana de doble pata central, mismo sistema para mover la pantalla, mismo sistema de iluminación trasero y sobre todo la misma curvatura 1000R. Y que este monitor sea estéticamente casi calcado a su predecesor es todo un acierto, ya que el anterior modelo era excelente.
Todas las bondades que el Odyssey Neo G9 de 47 pulgadas tenía las vemos reflejadas en esta nueva versión. Un recogecables en la parte inferior, la posibilidad de voltear el monitor o incluso la capacidad de alzarlo y bajarlo fácilmente son solo algunos de ellos. La versatilidad del cuerpo del Odyssey Neo G9 está fuera de toda duda, pese a que el modelo de 57 pulgadas sea ahora sustancialmente más grande, y es algo que nos encanta.
Eso sí, si ya esta pantalla me abrumaba en la versión anterior, en la actual la sensación es todavía mayor. Tener una pantalla tan grande y además con esta curvatura implica la necesidad de un escritorio de importantes proporciones. En mi caso concreto he podido acomodar el Odyssey Neo G9 gracias a que tengo un espacio suficiente para ello. Si no es así, tendrás que acomodar tu setup a este tanque de monitor.
Lo que más destaca en lo que al apartado físico refiere es la calidad de construcción. El Samsung Odyssey Neo G9 de 57 pulgadas es, sencillamente, una bestia partda en este apartado. Los materiales son de alta calidad, haciendo que a la hora de alzar o mover el monitor sintamos una construcción robusta y premium. Incluso inclinarlo es una experiencia agradable, lo que ayuda mucho a que mover el panel sea una grata experiencia.
Lo que sí deseo recalcar es la necesidad de 2 personas para montar el Odyssey Neo G9. Si bien el propio proceso de montaje no es complicado, la idea de subir un dispositivo así a una mesa requiere, obligatoriamente, cuatro manos. Esto ya era necesario en el modelo de 47 pulgadas y en esta de 57, es algo todavía más imprescindible.
Una de las mejores pantallas del mercado
El Samsung Odyssey Neo G9 ha estado posicionado en el mismo lugar en el que he tenido siempre mis fieles monitores Samsung de 32 pulgadas 2K a 144 Hz. En el caso de este nuevo monitor, paso de dos pantallas 2K a una única pantalla Dual HD, que destaca por tener una monstruosa resolución de 7.680 x 2.160. Samsung lo tiene claro: que el dueño de este dispositivo tenga la mejor experiencia gaming posible.
Y lo han conseguido, ya que la etiqueta de precio de casi 3.000 euros se ve reflejada aquí. El Samsung Odyssey Neo G9 es, sin ambages, uno de los mejores monitores del mercado para jugar a videojuegos, otorgando una calidad de visionado propia de lo mejor del catálogo de Samsung. Y lo más importante es que prácticamente todos los elementos que conforman a este monitor suman, y tienen una gran utilidad.
Solo en el apartado de las características, este es uno de los monitores más potentes que el dinero puede comprar. Recordemos: 57 pulgadas en formato 32:9 pero que además están aderezados con unos brutales 240 Hz de tasa de refresco. Todo ello en un panel Quantum Mini-LED que ofrece altísimos niveles de precisión, color y definición. Y sí, posee HDR10+ Gaming y Vesa DisplayHDR 1000.
La lista de características es tremendamente abultada. 1 milisegundo de tiempo de respuesta, AMD FreeSync Premium Pro para la sincronización vertical y toda la conectividad que uno pueda desear, incluyendo HDMI 2.1 y puertos DisplayPort 2.2. Incluso tiene un hub USB con varios puertos para conectar todo tipo de accesorios y dispositivos externos. Su única falla es que no posee altavoces, algo comprensible en este tipo de monitores gaming.
Lo mismo aplica a tecnologías de pantalla de última generación. Por ejemplo es el caso de la tecnología Quantum Matrix, que gracias a sus 2.392 zonas de oscuridad localizadas da lugar a unos negros casi puros, y a un contraste tremendamente similar a lo que encontraríamos en los mejores paneles OLED. Eso sin contar que el Odyssey Neo G9 disfruta de un brillo de 1.000 nits y de una brutal relación de contraste de 1 000 000:1, consiguiendo una profundidad de color sin igual.
Cualquiera que tenga un buen ojo para analizar paneles verá en este Odyssey Neo G9 un panel tope de línea, con unas características de primer nivel que lo sitúan en el podio de los monitores gaming en calidad de imagen. Este producto consigue algo que yo pensaba imposible: disfrutar de una gran calidad de visionado en un monitor pensado para videojuegos.
Y es que los monitores gaming suelen sacrificar la calidad para ofrecer una mayor rapidez a la hora de jugar, saltándose aspectos como la definición o la calibración de color. Afortunadamente no es el caso; ya sea jugando, consumiendo contenido o trabajando, el usuario tendrá una experiencia brutal usando este monitor.
Tanto es así que hasta he podido editar contenido en él. Normalmente no edito mis fotografías o vídeos en esta clase de pantallas por la nula fidelidad de color que estos suelen poseer. Nada más lejos de la realidad; la calibración de color, el contraste y la definición son tan altos que me he visto disfrutando de usar mi software de edición en este monitor, consiguiendo unos resultados buenísimos.
Jugar a un nuevo nivel
En el terreno del videojuego, el Samsung Odyssey Neo G9 también saca pecho, y de una manera muy prominente. Sí, es un monitor en el que se puede ver contenido, pero su principal uso es el de jugar a videojuegos. En este sentido, el Neo G9 posee muy pocas sombras y muchas luces.
El primer aspecto es obvio: el formato de 32:9. Este formato ultrapanorámico, como decimos, equivale a tener dos monitores de 16:9 unidos sin separación, lo que da lugar a una pantalla tremendamente alargada. Este es un formato que algunos títulos soportan y otros no, ya que habitualmente los usuarios juegan en pantallas 16:9 o 21:9. Lo mismo se aplica a la mayoría de contenidos de Internet.
Esto da como resultado dos posibles escenarios. Si el juego o contenido soporta el formato 32:9, nos encontraremos con una experiencia súper inmersiva, que además se ve increíblemente potenciada por la curvatura 1000R. Llega a ser extraño, especialmente cuando jugamos en consola, ver los lados llenos de contenido, totalmente expandido.
En el caso contrario, en el peor de los casos tendremos bandas negras a los lados y el contenido centrado en el medio de la pantalla. En el mejor, las bandas se convertirán en artes o imágenes estáticas. Es el caso de videojuegos como Hades o The Binding of Isaac, que ofrecen diseños artísticos o juegan con el menú para 'rellenar' esos huecos.
Hay géneros de videojuegos más propensos que otros a soportar estos formatos. Por ejemplo, el género de la simulación está plagado de juegos soportados. Y de hecho, la experiencia en ellos es sencillamente sublime. Microsoft Flight Simulator, Forza Horizon 5 o Gran Turismo son juegos que se ven espectacular en el Odyssey Neo G9. Esto es algo que debes tener en cuenta para usar este monitor.
No obstante, la experiencia en todo caso es increíble. El monitor es rapidísimo, hasta el punto de ser casi instantáneo y su tasa de refresco a 240 Hz es una gozada. Este no es un monitor para todos los ordenadores, ya que recordemos que a efectos prácticos son dos pantallas de 32 pulgadas 4K en conjunto. Será necesario tener un PC relativamente potente o una buena consola para poder reproducir juegos a buena calidad en esta bestia.
Este tamaño de pantalla y este formato han tenido beneficios inesperados en el apartado del trabajo. Tener dos pantallas, como es mi caso, pero sin separación alguna hace que trabajar en un mismo espacio conjunto y no en dos separados sea mucho más cómodo. Tener dos espacios diferenciados y además con suficiente tamaño para que no se vean pequeños de forma unidos en un mismo panel es genial a la hora de hacer multitarea.
Por si fuera poco, Samsung da facilidades para aprovechar este formato. Sin ir más lejos, el Odyssey Neo G9 ofrece funciones como PBP, que permite tener dos fuentes distintas de pantalla en el mismo monitor, de forma simultánea. Por otro lado está Auto Source Switch+, que detecta automáticamente cuándo un dispositivo está encendido y cambia instantáneamente a esa fuente de señal.
El único punto que nos ha dejado fríos ha sido la iluminación CoreSync trasera, consistente en un aro de luz RGB ubicado justo en el soporte central. Aunque epuede proyectar los colores de la pantalla al estilo Philips Hue y posee efectos chulos, no nos ha parecido un añadido especialmente relevante si no tenemos el monitor muy pegado a la pared.
¿Me lo compro?
Sí, gastarse casi 3.000 euros en un monitor para jugar puede parecer una locura. Pero obedece a un fin y a un público muy claros: los gamers más extremos, que no tienen problema en gastarse miles de euros en lo mejor que el mercado puede ofrecer. Y teniendo en cuenta el tamaño del Odyssey Neo G9 y sus características, podríamos llegar a pensar que para lo que ofrece, es incluso barato.
Hemos de tener en cuenta, además, que hay muy pocos monitores 32:9 en el mercado que ofrezcan tales características. Algunos tipos de jugadores, como los amantes del género de simulación, verán esta opción como la ideal: un monitor que ofrece lo mejor de los modelos más caros y que sobre todo ahorra al usuario tener que usar dos pantallas separadas.
Si eres uno de esos pocos afortunados que pueden permitirse el Samsung Odyssey Neo G9, entonces la recomendación es clara: es quizás una de las mejores opciones de todo el mercado. Un producto redondo, que será el rey de tu escritorio desde el mismo momento en el que lo instales en él.
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