Una neurocientífica española desvela lo que nuestro cerebro necesita para realizar cambios en la vida: "Si estoy sufriendo..."

La neurociencia nos ofrece claves interesantes sobre cómo nuestros cerebros gestionan los cambios, especialmente aquellos que nos resultan difíciles de asumir. En un reciente vídeo de @aprendemosjuntosbbva, aparece la neurocientífica española, Ana Ibáñez, que desvela lo que nuestro cerebro necesita para aceptar y adaptarse a transformaciones importantes en nuestras vidas.

En su vídeo habla sobre cómo cerebro busca la estabilidad y la familiaridad, por lo que cualquier cambio, aunque sea positivo, genera incertidumbre y resistencia.La entrenadora cerebral explica que, incluso cuando sabemos que algo en nuestra vida ya no funciona y necesitamos un cambio, nuestro cerebro no lo ve necesariamente como algo positivo. Al contrario, lo percibe como una amenaza.

“La vida son cambios, son transformaciones, son sorpresas”, menciona la neurocientífica. Esto significa que, por más que desee el cambio, el cerebro no lo recibe de inmediato como algo beneficioso, sino que se aferra a lo conocido.

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Muchos de nosotros hemos experimentado esta paradoja: sabemos que un cambio es necesario y que nos llevará a una mejor situación, pero aún así nos resistimos a hacerlo. “¿Cómo es posible que si mi organismo ya sabe que esto no funciona y estoy sufriendo, no me dé la seguridad y las herramientas para cambiar?”, se pregunta Ibáñez.

La respuesta está en cómo el cerebro procesa la información sobre el futuro y la incertidumbre. Nuestro cerebro, a pesar de que sabe que lo que tenemos ahora ya no sirve, necesita una certeza de que el cambio nos llevará a un lugar mejor.Para facilitar este proceso, Ibáñez propone una solución: enseñarle a nuestro cerebro que el cambio es seguro y que sobrevivirá a él. 

 “Lo único que necesita tu cerebro es saber que va a sobrevivir a ese cambio”, afirma. Esta sensación de seguridad es clave para que podamos iniciar el proceso de transformación sin sentirnos atrapados por el miedo o la ansiedad. Aunque no se trata de que el cambio sea extraordinario o perfecto, lo que importa es la certeza de que nos llevará a un lugar en el que nos sentiremos bien.

La entrenadora cerebral explica que, incluso cuando sabemos que algo en nuestra vida ya no funciona y necesitamos un cambio, nuestro cerebro no lo ve necesariamente como algo positivo. Al contrario, lo percibe como una amenaza. “¿Cómo es posible que si mi organismo ya sabe que esto no funciona y estoy sufriendo, no me dé la seguridad y las herramientas para cambiar?”, se pregunta.