Familiares y amigos del soldado ucraniano Andrii Mokhonko, caído en Kursk, en su funeral.

Familiares y amigos del soldado ucraniano Andrii Mokhonko, caído en Kursk, en su funeral. Maksym Kishka Reuters

Europa

Ucrania encara el tercer invierno de guerra con sus plantas de energía diezmadas y miedo a un frente nuclear

Kiev (Ucrania)
Publicada

Ucrania encara su tercer invierno en guerra y las perspectivas desde el punto de vista energético, y por lo tanto del bienestar de la población, no son optimistas. Según ha informado el Ministerio de Energía ucraniano, los bombardeos rusos de los últimos meses han destruido infraestructura capaz de generar 9 gigavatios. Antes de esta última oleada de ataques, el país podía generar unos 19 gigavatios, y antes de la invasión rusa su capacidad se encontraba en torno a los 40 gigavatios.

Para hacerse una idea de lo que significan estas cifras, hay que entender que 1 gigavatio es el equivalente a 1.000 megavatios y que un molino terrestre de última generación apenas genera unos 6 o 7 megavatios. Puesto de otro modo: en los últimos seis meses Rusia ha destruido el equivalente a 1.500 molinos eólicos terrestres.

“Ucrania necesita 17 gigavatios de capacidad eléctrica para este invierno”, subrayó hace unas semanas la propia presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, tras anunciar el envío de 100 millones de euros destinados a reparar este tipo de infraestructura.

Trabajando contrarreloj

Según ha informado la principal eléctrica del país, DTEK, las fuentes de energía más afectadas por las bombas rusas han sido la termal y la hidroeléctrica. Además, también se han visto afectadas un sinfín de facilidades cuya labor no es otra que conectar dichas fuentes de energía con los pueblos y las ciudades del país.

Todo lo cual implica, según las estimaciones de la empresa, que en el mejor de los casos la sociedad ucraniana atravesará el invierno disfrutando de una media de 19 horas de suministro eléctrico al día. Salvo que en las próximas semanas los bombardeos se ceben todavía más con la red, en cuyo caso serán todavía menos.

Por eso las eléctricas del país están reparando las principales estaciones energéticas afectadas por los misiles balísticos y los drones rusos contrarreloj y construyendo, en paralelo, muros de cemento y otros tipos de cobertura con el fin de protegerlas de futuros impactos. Asimismo, el Ministerio de Energía ha empezado a incrementar las importaciones procedentes de Europa.

En paralelo, la población civil está tratando de hacerse con generadores electrónicos para poder mantener abiertos los negocios y encendida la calefacción –para poder seguir, en fin, haciendo vida normal– en caso de cortes, apagones y otras consecuencias similares.

El frente nuclear

Ahora mismo la mitad de la energía de Ucrania se produce en las tres centrales nucleares que siguen bajo su control: la de Pivdennoukrainsk, en el suroeste; la de Rivne, que se encuentra entre Leópolis y Kiev; y la de Khmelnytskyi, sita no muy lejos de la anterior.

De ahí que el Ministerio de Energía ucraniano tema que los rusos intenten interrumpir su trabajo atacando no las centrales nucleares directamente, pues eso sería demasiado arriesgado de cara a la comunidad internacional, sino las subestaciones que las rodean.

“Los rusos saben que dependemos de la energía nuclear”, explicó durante una conversación con los corresponsales de varios diarios europeos, incluido EL ESPAÑOL, Yuliia Kyian, directora general de Planificación Estratégica del citado ministerio. “Por eso han decidido atacar la infraestructura que rodea a las centrales”.

Unas palabras que secunda Oleksandr Lytvynenko, secretario del Consejo de Defensa y Seguridad, una organización dedicada a coordinar a las diferentes ramas del gobierno y del entramado militar a la hora de garantizar la seguridad del país. “Contamos con informes de inteligencia que indican que los rusos están planeando atacar nuestra infraestructura nuclear”, afirma Lytvynenko durante una conversación mantenida con EL ESPAÑOL. “No los reactores, sino las subestaciones”.

De ahí que el Gobierno de Ucrania se encuentre, según explicó Kyian, negociando con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) el envío de equipos de voluntarios que, instalándose sobre esos terrenos, ayuden a proteger dichas subestaciones.