Una coronación del siglo XXI: Carlos III reutilizará la toga de su abuelo y será ungido con aceite vegano

A rasgos generales, durante casi 200 años, este ritual medieval apenas ha cambiado, pero cada coronación ha tratado adaptarse a los tiempos. Y ese es, precisamente, el gran reto que el actual monarca, que será entronizado ni más ni menos que a los 74 años, tiene por delante: respetar la tradición y añadirle un toque de modernidad a un rito centenario que parece no acabar de encajar en este siglo. 

Todo ello tiene que lograrlo en un momento social, político y económico delicado. Reino Unido se enfrenta desde hace meses a una profunda crisis del coste de la vida. Además, los índices de popularidad de la monarquía se encuentran en mínimos históricos. Ante este contexto, no es de extrañar que Carlos III haya decidido reducir la pompa y ostentación que caracterizó la coronación de su madre en 1953 y la de todos sus antecesores.

.- Los fanáticos reales leen un libro sobre el rey Carlos mientras esperan en la ruta de la procesión de coronación en The Mall en Londres, Gran Bretaña, el 05 de mayo de 2023. EFE

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Una ceremonia más corta y reducida

La primera muestra de austeridad es que habrá 2.000 invitados en lugar de los 8.250 que asistieron a la anterior coronación. Además, el Rey ha decidido romper una de las tradiciones más antiguas de la monarquía británica que dicta que ningún miembro de la realeza extranjera puede asistir a la coronación porque se entiende que es un acto sagrado entre el soberano y el pueblo. En esta ocasión, el Palacio de Buckingham ha invitado a reyes como Felipe VI y Letizia, Guillermo Alejandro y Máxima, de Países Bajos, o a Abdulá II y Rania de Jordania.

El servicio religioso, que consta de seis fases en las que se unge, bendice, consagra e inviste con las joyas de la corona al soberano, será el mismo. No obstante, si con Isabel II este duró casi cuatro horas, la de Carlos III no durará más de dos horas. 

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El monarca ha aprovechado el momento más sagrado y secreto de la ceremonia -la unción- para hacer gala de su espíritu ecologista. Y es que durante el servicio será ungido con un aceite crismal que por primera vez en la historia no incluirá ningún ingrediente procedente de animales, sino que será 100% vegetal. El aceite ha sido producido expresamente para la coronación a partir de aceitunas recogidas en dos olivares del Monte de los Olivos, en Jerusalén.

Otra de las modificaciones que ha incorporado Carlos III parece ser el dress code, ya que no vestirá como su abuelo -con unos calzones y medias de seda blanca-, sino que llevará un uniforme militar. Lo que no cambiará es la toga de terciopelo y armiño, conocida como la túnica de Estado, que exhibirán los Reyes y que estarán personalizadas. En concreto, Carlos III lucirá la misma túnica que ya llevó su abuelo, el rey Jorge VI en su coronación en 1975. Por su parte Camilla llevará la que  fue confeccionada por primera vez para la Reina Isabel II en 1953.

Dos carrozas de oro

Uno de los grandes y más vistosos cambios que ha aplicado Carlos III para su coronación es la manera en la que él y Camila -que será coronada como reina y no como reina consorte- se desplazarán durante la jornada. Habrá dos grandes procesiones: la que se conoce como 'La procesión del Rey' y que va del Palacio de Buckingham a la Abadía de Westminster, y otra que se conoce como 'La procesión de la Coronación', y que va de vuelta al palacio. 

Tradicionalmente, en las dos procesiones se ha empleado el histórico Carruaje de Estado de Oro (Gold State Coach), que data del siglo XVIII. Sin embargo, Carlos, en un arrebato de modernidad, sólo utilizará este vehículo en la procesión de vuelta. En la de ida usará el más nuevo de los carruajes reales: el Carruaje de Estado del Jubileo de Diamante (Diamond Jubilee State Coach), que -como su propio nombre indica- conmemora el Jubileo de Diamante de Isabel II que se celebró en 2012 cuando cumplió 60 años como monarca. 

La Familia Real no ha dado explicaciones de por qué se ha decidido optar por dos vehículos. No obstante, puede que algo tenga que ver que Isabel II dijese en una entrevista a la BBC en 2018 que la procesión de su coronación en ese carruaje fue un infierno porque el carruaje era "incómodo". Se dice que incluso el primer rey que lo usó, Guillermo IV, coronado en 1831, comparó el viaje en ese coche con estar en un barco "en mar embravecido".