Rusia reconoce escasez de munición para otoño y ultima un pacto con Kim Jong-un que alerta a EEUU
Además de las armas, el desgaste de los neumáticos de los vehículos puede mermar la capacidad de desplazamiento del ejército ruso este otoño.
8 septiembre, 2023 02:51El portavoz de la inteligencia militar rusa, Andriy Yusov, reconoció este miércoles lo que era un secreto a voces: Rusia se está quedando sin munición y, sobre todo, se está quedando sin repuestos. Simplemente, su industria es incapaz de fabricar piezas a ritmo suficiente para sostener la destrucción que está sufriendo en Ucrania. Según Yusov, Rusia solo puede producir decenas de misiles de crucero Kalibr al mes y aún menos misiles Iskander, un número muy por debajo de lo anunciado por la propaganda rusa en su momento.
También están teniendo problemas para obtener la tecnología necesaria para reparar el armamento dañado: faltan chips, piezas electrónicas y equipamiento óptico moderno.
Recordemos que este era uno de los grandes objetivos del alto mando ucraniano cuando empezó la ofensiva: mermar la logística del ejército ruso con continuos bombardeos aun a costa de ralentizar su ritmo de avance en el frente. Parece que, poco a poco, Rusia va pagando las consecuencias de esta estrategia.
No acaban ahí los problemas para el ejército invasor. Según el Institute for the Study of War, citando fuentes rusas, los neumáticos de muchos de sus vehículos están desgastados desde hace tiempo y no acaban de llegar los nuevos, prometidos para mediados de agosto. Esto podría plantear una seria dificultad cuando lleguen el otoño y el invierno: dichos vehículos verían mermada su capacidad de desplazamiento por terrenos cubiertos por barro, lluvia o hielo. Los movimientos se harán más lentos en un frente cada vez más amplio y que requiere de traslados urgentes según se producen los ataques.
Del imperio a la dependencia de Corea del Norte
Esta escasez de munición puede estar detrás de las intensas negociaciones que se están viviendo en las últimas horas entre delegados rusos y norcoreanos. Corea del Norte es un país pobre, pero con un enorme presupuesto militar. El problema es que gran parte de su armamento es de producción propia o cedida en su momento por China o la Unión Soviética. Hay dudas razonables sobre su calidad y su utilidad en un conflicto real, más allá de pruebas y ejercicios militares.
Aun así, el acercamiento preocupa, y mucho, a Estados Unidos. Aunque públicamente bromeen con el hecho de que Rusia haya pasado de intentar resucitar su viejo imperio a pedir favores a dos parias de las relaciones internacionales como son Irán y Corea del Norte, es lógico que la inteligencia militar estadounidense se ponga en alerta ante la posible unión de dos dictadores tan peligrosos como Putin y Kim Jong-Un.
Si bien en su momento el propio Putin se posicionó junto a Estados Unidos en contra del programa nuclear norcoreano, es indudable que, en su cruzada contra Occidente, ahora no vería con malos ojos tener un aliado que le permitiera seguir amenazando con el apocalipsis cada dos por tres. A nadie se le escapa, sin embargo, que difícilmente va Kim Jong-Un a desobedecer lo que se le dicte desde Beijing, pues la persistencia de su régimen depende en buena parte de las relaciones militares y económicas entre ambos países... y Beijing ya ha dejado bien clara su postura en contra de cualquier escalada atómica.
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Una cumbre inminente
Aun así, según la cadena CNN, la inteligencia estadounidense está estudiando hasta qué punto una ayuda norcoreana ayudaría a Rusia en su resistencia frente a los ataques ucranianos. ¿Llegaría la munición a tiempo de frenar los avances actuales en el saliente de Vremievski y, sobre todo, en el eje Robotyne-Tokmak? Es lo que está por ver, igual que está por ver, como decíamos, la efectividad de dicha munición una vez se utilice en combate.
Aparte, está la cuestión de que Rusia parece haber encontrado por fin un aliado que pueda internacionalizar el conflicto. Es improbable que Corea del Norte declare oficialmente la guerra a Ucrania -de hecho, formalmente, Rusia sigue llamando a esto una "operación militar especial"-, pero hasta el momento los apoyos rusos -Nicaragua, Siria, Venezuela, etc.- no habían pasado de lo anecdótico, mientras que la intervención de un país fabricante de armas como Corea del Norte sí puede alterar el equilibrio. Es cierto que ya Irán vendió numerosos drones a Putin, pero la industria armamentística norcoreana probablemente sea superior a la iraní, o así nos lo ha hecho creer durante años.
La cumbre entre Putin y Kim Jong-Un podría celebrarse en cualquier momento. La prensa estadounidense habla del desplazamiento de diplomáticos rusos a Pyongyang y de la posibilidad de que Kim se monte en su tren blindado para llegar hasta Moscú y reunirse con su homólogo ruso. Da la sensación de que Kim lleva más de una década esperando a que le invitaran a una revuelta contra su odiado Occidente y por fin lo ha conseguido. Sería raro que desaprovechase la oportunidad y que no consiguiese de paso un apoyo abierto a su régimen y sus pretensiones militares.